Historia completa del niño polizón que buscaba a su madre

La Paz, Agencias
Un niño de 10 años que busca a su madre, un viaje impensado a otro país y una mujer humilde con problemas judiciales parecen ingredientes de una película o telenovela, pero son parte de la historia real del pequeño boliviano Franklin Villca, que fue a dar a Chile por error, esperando encontrar a su mamá.
Algunos medios lo han bautizado como el "niño viajero", otros han comparado su historia con la de Marco, el pequeño que viaja desde Italia hasta Argentina en busca de su madre, basada en la obra de Edmondo de Amicis, "De los Apeninos a los Andes".

Y aunque Franklin no haya cruzado el océano como Marco, su hazaña, contada por los medios en varios idiomas, fue recorrer mil kilómetros desde la ciudad andina de Oruro, hasta el puerto chileno de Iquique, escondido en el fondo de un camión, sin comer ni beber siquiera agua durante tres días.

Franklin, el menor de cuatro hijos y el más inteligente, según su madre, Zenobia Huanaco, contó a medios chilenos que se separó de ella hace tres años y medio, cuando fue encarcelada preventivamente en la región central de Cochabamba por supuesto narcotráfico.

El niño se fue a vivir entonces a Oruro con su padre, Tomás Villca, quien se volvió a casar, y sus hermanos.

Cansado de los maltratos de su hermano mayor y su madrastra, el pequeño decidió huir para buscar a su madre en Cochabamba, pero, sin saberlo, terminó en un camión que lo llevó a otro país.

Luego de tres días, el niño bajó del vehículo en la localidad chilena de Alto Hospicio, aledaña a Iquique, y fue encontrado todo sucio y asustado por Margarita Flores, vecina de la zona que lo acogió "como un hijo más", contó a Efe la abogada boliviana María Elena Valencia, encargada de traer a Franklin de vuelta al país.

"La señora es abuela de 17 nietos, tiene siete hijos y aumentó uno más. Lo ha tratado excelentemente, hemos encontrado a Franklin en buenas condiciones", dijo Valencia, responsable de la unidad jurídica del Servicio de Gestión Social de Cochabamba.

Flores dijo a medios bolivianos que los carabineros querían llevar al pequeño a un hogar de acogida, pero ella se negó a entregarlo a nadie que no fuera su madre y, finalmente, un tribunal determinó el pasado día 9 darle la custodia mientras se coordinaba la repatriación de Franklin.

En Cochabamba, Zenobia Huanaco se enteró por los medios de lo ocurrido y, desesperada, pidió ayuda de inmediato para reencontrarse con su hijo, a quien no había buscado antes porque primero quería reunir dinero para darle una mejor vida.

La mujer, de etnia aimara como el presidente boliviano, Evo Morales, y oriunda de la provincia Aroma, en el altiplano de La Paz, es víctima de la llamada "retardación de justicia" en Bolivia, donde un 80 por ciento de los cerca de 9.000 reos no tienen sentencia en firme.

La exministra de Justicia y actual secretaria de Desarrollo Humano de la gobernación de Cochabamba, Celima Torrico, explicó que Huanaco logró su libertad condicional en agosto de 2010 tras tres años y medio en prisión.

Huanaco, que hoy se gana la vida vendiendo comida, no pudo ir a recoger a su hijo a Chile porque tiene prohibido salir del país y debe presentarse ante la Fiscalía de Chimoré, en el trópico de Cochabamba, todos los lunes, mientras espera el inicio de un juicio.

La gobernación de Cochabamba envió a Valencia a buscar al niño y, con ayuda de las autoridades chilenas y el consulado boliviano en Iquique, el anhelado reencuentro de Franklin y su madre se hizo realidad el sábado, en medio de abrazos, lágrimas y sonrisas.

"Estoy bien, estoy tranquila. Se había ido a Chile mi hijo buscándome. Ahora va a estar conmigo, voy a hacerle estudiar", declaró escuetamente Huanaco a Efe por teléfono, tras su encuentro con el menor en Cochabamba.

Pero la historia del "niño viajero" y su madre todavía no termina, pues aún tiene que resolverse legalmente el asunto de la custodia de Franklin, actualmente en manos de su padre, y el juicio que deberá afrontar Huanaco a partir del próximo jueves.

Dos asuntos han llamado la atención de la exministra Torrico en esta historia: el escaso control en las fronteras para evitar la trata de niños y la lentitud de la justicia, que ha tenido a la madre de Franklin en prisión por casi cuatro años esperando un juicio.

"No queremos entrometernos en los procesos judiciales, pero quisiéramos que los procesos se agilicen", afirmó.

Torrico resumió perfectamente el final de la historia: fueron muchas horas de espera y ansiedad, un viaje muy largo en autobús desde Iquique, pero todo valió la pena porque Franklin y Zenobia ya están juntos.

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