Gadafi bloquea el puerto de Misrata para impedir la entrada de ayuda

Las tropas del régimen libio bombardean intensamente la zona.- Trípoli celebra los funerales del hijo del dictador

Bengasi, El País
El puerto de Misrata se ha convertido en los últimos días en el principal objetivo de Gadafi en su guerra contra los rebeldes. Al ser la única vía de acceso a la localidad, cercada por tierra desde hace más de dos meses por las tropas leales al régimen, el dictador libio concentra sus esfuerzos en mantenerlo bloqueado para impedir la entrada de ayuda humanitaria y suministro para los sublevados. Según testimonios recogidos en la zona, la zona está sufriendo intensos bombardeos y nada puede entrar en la ciudad ni salir por tierra o mar desde hace 48 horas, ni siquiera los heridos que necesitan ser evacuados.

Otra estrategia de Gadafi ha sido colocar minas en aguas cercanas al puerto. Desde el viernes, buques de la OTAN rastrean la zona para localizar y destruir los artefactos. Fuentes de la Alianza aseguran que se trata de "minas pequeñas y difíciles de detectar, pero que pueden provocar gran daño a los barcos". Además, la OTAN ha lanzado este lunes varios bombardeos sobre las fuerzas de Gadafi para intentar frenar la ofensiva.

Mientras, Gadafi perdía este lunes otro importante apoyo internacional al cerrar Turquía su Embajada en Trípoli y evacuar a su personal por razones de seguridad, después de que el domingo varias legaciones diplomáticas fueran atacadas en represalia por la muerte de Saif el Arab, el hijo menor de Gadafi, y tres de sus nietos, en un bombardeo de la OTAN el sábado por la noche, según la versión del régimen libio. La sede de la ONU en la capital Libia también fue atacada, lo que llevó al organismo a evacuar a su personal de manera inmediata.

El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, indicó que el cierre de su legación en Libia que "no quiere decir que Turquía vaya a dar por terminados sus trabajos" de mediación entre los rebeldes y el Gobierno libio, hacia el cual había mantenido hasta el momento una actitud conciliadora.

Unas 2.000 personas acudieron este lunes al funeral de Saif el Arab en Trípoli. Su muerte no ha podido ser verificada de manera independiente, aunque la televisión estatal mostró el domingo imágenes de su supuesto cadáver junto a los de tres niños, y ayer ofreció también imágenes del ataúd que transportaba sus restos mortales. Los asistentes coreaban gritos de venganza contra la coalición internacional o levantaban sus manos al cielo en señal de victoria, según Al Yazira.

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