Fuertes choques en Yemen, luego que Salé se niega a renunciar
Yemen, Agencias
Las fuerzas de seguridad yemeníes se enfrentaron el lunes en las calles de la capital con combatientes de la tribu más poderosa del país, que se ha unido a la oposición para demandar que el presidente Alí Abdalá Salé deje el poder luego que se negó la víspera a firmar un acuerdo que contemplaba su renuncia.
Los miembros de la tribu y las fuerzas de seguridad se enfrentaron en las calles que rodean el ministerio de Interior, intercambiando fuego de armas automáticas y granadas propulsadas por cohetes.
Se observó humo brotando del edificio del ministerio. Combatientes tribales tomaron edificios cercanos pertenecientes al Ministerio de Industria, dijo el ministerio del Interior en un comunicado.
El estallido de violencia del lunes fue el más feroz hasta la fecha entre los bandos a favor y en contra de Salé, lo que hizo temer que se derrumben los esfuerzos para negociar una solución pacífica a la crisis política que comenzó hace tres meses y que Yemen caiga en una confrontación violenta.
Cientos de miles de yemeníes han estado realizando protestas desde febrero para exigir la salida de Salé, pero hasta antes del lunes se produjeron enfrentamientos armados de menor importancia entre las dos partes.
La violencia estalló fuera de la casa en Saná del jeque Sadeq al-Ahmar, líder de la mayor tribu de Yemen, de los Hashid. El propio Salé pertenece a esa tribu, pero al-Ahmar anunció en marzo que los Hashid se unieron a la rebelión popular contra el presidente.
No fue claro donde ocurrió la chispa que hizo estallar los enfrentamientos más recientes. Algunos testigos dijeron que las fuerzas de seguridad estaban levantando retenes entre el amurallado complejo residencial de al-Ahmar y el cercano ministerio del Interior, y que los miembros de la tribu lo interpretaron como una provocación.
La violencia estalló en medio de una tensión política que aumentó tras la negativa de Salé a firmar un acuerdo mediado por naciones árabes y respaldado por Estados Unidos, bajo el cual el presidente entregaría el poder a su vicepresidente y un gobierno de unidad antes de 30 días, a cambio de recibir inmunidad frente a cualquier enjuiciamiento futuro.
La situación en Yemen es particularmente explosiva debido a que ambos bandos cuentan con artillería pesada. El régimen de Salé se ha desangrado por una ola de deserciones por parte de funcionarios del partido, tribus y sobre todo por grandes unidades del ejército nacional.
Las fuerzas de seguridad yemeníes se enfrentaron el lunes en las calles de la capital con combatientes de la tribu más poderosa del país, que se ha unido a la oposición para demandar que el presidente Alí Abdalá Salé deje el poder luego que se negó la víspera a firmar un acuerdo que contemplaba su renuncia.
Los miembros de la tribu y las fuerzas de seguridad se enfrentaron en las calles que rodean el ministerio de Interior, intercambiando fuego de armas automáticas y granadas propulsadas por cohetes.
Se observó humo brotando del edificio del ministerio. Combatientes tribales tomaron edificios cercanos pertenecientes al Ministerio de Industria, dijo el ministerio del Interior en un comunicado.
El estallido de violencia del lunes fue el más feroz hasta la fecha entre los bandos a favor y en contra de Salé, lo que hizo temer que se derrumben los esfuerzos para negociar una solución pacífica a la crisis política que comenzó hace tres meses y que Yemen caiga en una confrontación violenta.
Cientos de miles de yemeníes han estado realizando protestas desde febrero para exigir la salida de Salé, pero hasta antes del lunes se produjeron enfrentamientos armados de menor importancia entre las dos partes.
La violencia estalló fuera de la casa en Saná del jeque Sadeq al-Ahmar, líder de la mayor tribu de Yemen, de los Hashid. El propio Salé pertenece a esa tribu, pero al-Ahmar anunció en marzo que los Hashid se unieron a la rebelión popular contra el presidente.
No fue claro donde ocurrió la chispa que hizo estallar los enfrentamientos más recientes. Algunos testigos dijeron que las fuerzas de seguridad estaban levantando retenes entre el amurallado complejo residencial de al-Ahmar y el cercano ministerio del Interior, y que los miembros de la tribu lo interpretaron como una provocación.
La violencia estalló en medio de una tensión política que aumentó tras la negativa de Salé a firmar un acuerdo mediado por naciones árabes y respaldado por Estados Unidos, bajo el cual el presidente entregaría el poder a su vicepresidente y un gobierno de unidad antes de 30 días, a cambio de recibir inmunidad frente a cualquier enjuiciamiento futuro.
La situación en Yemen es particularmente explosiva debido a que ambos bandos cuentan con artillería pesada. El régimen de Salé se ha desangrado por una ola de deserciones por parte de funcionarios del partido, tribus y sobre todo por grandes unidades del ejército nacional.