El último ataque en Taiz, ejemplo de la represión del régimen yemení

La guerrilla y las protestas hunden a Yemen en el caos

Saná, El País

Las fuerzas leales al presidente de Yemen, Alí Abdulá Saleh, abrieron fuego la madrugada del lunes contra los manifestantes que piden una mayor apertura democrática y la dimisión de Saleh en el país y que se encontraban en la plaza de la Libertad de la ciudad de Taiz, al sureste del país africano. Las primeras informaciones, procedentes de fuentes hospitalarias, hablaban de unos 15 muertos. Pero esta madrugada, nuevos datos revelados por organizaciones humanitarias al Yemen Post hablan de más de cincuenta manifestantes muertos por un ataque brutal de las fuerzas de seguridad yemeníes.

Más de 50 manifestantes habrían muerto en el asalto de las fuerzas de seguridad yemeníes a la plaza Libertad de la ciudad de Taiz, ubicada en el suroeste del país, según fuentes médicas citadas por el diario 'Yemen Post' en su edición electrónica.

"Más de 52 personas han muerto, entre ellas 15 que han sido quemadas vivas mientras estaban durmiendo en sus tiendas de campaña", ha dicho Bushra Maktati, una activista pro Derechos Humanos, confirmando así la versión de los sanitarios.

Al parecer, las fuerzas yemeníes trataron de dispersar a los acampados en la céntrica plaza, pero al no conseguirlo incendiaron sus tiendas de campaña, dispararon munición real y lanzaron gases lacrimógenos. Algunos murieron aplastados por los bulldozers que se usaron para dispersar las protestas, según informaron fuentes hospitalarias a la agencia Reuters. Previamente, habían rodeado el lugar, provocando la reacción de los jóvenes, que lanzaron piedras a los agentes. Había francotiradores apostados en los edificios que dan a la plaza y las fuerzas gubernamentales asediaron el hospital de campaña creado por los manifestantes, según el Yemen Post.

Además, algunos testigos han indicado que las tropas leales al dictador lanzaron varias granadas contra los manifestantes, causando la muerte de siete de ellos, mientras que carros de combate se adentraron en la plaza destruyendo sus pertenencias.

Según Maktati, tras esta actuación las miles de personas que permanecían acampadas en la plaza huyeron, mientras que la propia rotonda, símbolo de las revueltas democráticas en Taiz, ha quedado reducida a escombros.

Por su parte, Abdu Ganadi, un portavoz gubernamental, ha rechazado esta versión, indicando que los jóvenes golpearon a los agentes e incluso secuestraron a algunos. "Nosotros no atacamos a los manifestantes. Solo han muerto dos. Todas las informaciones son exageradas", ha dicho.

Después de cinco meses de protestas, más de 300 manifestantes muertos y tres promesas de transferir el poder tres veces incumplidas, Saleh comprobó ayer cómo su país daba un paso más hacia el caos con la muerte, por un lado, de seis soldados en una emboscada de Al Qaeda y, por otro, de los manifestantes asesinados en la ciudad de Taiz.

La emboscada en la que murieron seis soldados en lo que parecía ser una operación de Al Qaeda se produjo en la ciudad costera de Zinjibar, que había sido tomada días antes por islamistas. Los opositores al presidente Saleh denuncia que la toma de Zinjibar obedece a una maniobra calculada del presidente para emitir el mensaje de que sin su presencia al frente del país, los islamistas sembrarán el caos. No obstante, según The New York Times, no existen pruebas de que Saleh haya dejado caer Zinjibar en manos de Al Qaeda.

Varios residentes de Zinjibar indicaron por teléfono que el agua y la electricidad estaban cortados y que muchos vecinos estaban huyendo de la ciudad.

El país se encuentra al borde del colapso financiero y la comunidad internacional teme que su inestabilidad termine afectando al vecino Arabia Saudí, el mayor exportador petrolero del mundo.

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