EEUU está en estado de vigilancia pero no de pánico tras la muerte de Bin Laden
Washington, Agencias
La policía y los servicios de inteligencia estadounidenses se encontraban en estado de alerta, bajo la hipótesis de posibles atentados en Estados Unidos o Europa como represalia a la muerte de Osama Bin Laden, pero minimizaron la posibilidad de un riesgo inminente.
"Muy probablemente, los terroristas intentarán vengarse", estimó el lunes Leon Panetta, el director de la CIA, quien deberá tomar las riendas del Pentágono este verano. "Debemos permanecer vigilantes y resueltos", agregó horas después del anuncio de la muerte del jefe de Al Qaeda tras una operación de las fuerzas especiales estadounidenses en Pakistán.
En Nueva York y Washington, dos ciudades traumatizadas por los atentados del 11 de septiembre, las medidas de seguridad fueron reforzadas, constataron los periodistas de la AFP, especialmente en el metro neoyorquino y en la 'Zona cero', en donde patrullaban policías fuertemente armados.
"No hay amenaza inmediata en la ciudad, pero no cabe duda de que somos un blanco prioritario, la muerte de Bin Laden no cambia nada", opinó el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, en una rueda de prensa.
En el Congreso, en la capital federal, las medidas de seguridad también fueron reforzadas. "La gente observará una presencia policial más marcada, pero algunas de las medidas no son visibles para el público", aseguró a la AFP el sargento Kimberly Schneider.
Para Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interna (DHS), Estados Unidos no está bajo ninguna amenaza inminente. "Estamos en un nivel elevado de vigilancia, pero hasta el momento el ministerio de la Seguridad Interior no tiene la intención de lanzar un alerta", declaró en un comunicado.
Sin embargo, el DHS envió un comunicado de alerta a los funcionarios de las fuerzas del orden, afirmando que, aunque no fuera inminente, "la muerte del jefe de Al Qaeda podría ocasionar atentados en territorio estadounidense y en contra de los intereses del país y de los occidentales en el mundo entero".
En este comunicado, del cual la AFP se procuró una copia, el ministerio estimó que "la reacción más fuerte debe temerse en el sur de Asia", especialmente de parte de los miembros de Al Qaeda en las zonas tribales de Pakistán. Europa podría ser otro blanco de las represalias, pero también "los bastiones de Al Qaeda, como el deOriente Medio, África y el sureste de Asia".
Sin embargo, "los servicios de inteligencia estadounidenses no disponen de pistas sobre una lista de blancos de Al Qaeda en Estados Unidos", afirmó el ministerio, creado después de los atentados del 11 de septiembre. "La historia de los complots de la red (Al Qaeda) muestra que se deben vigilar especialmente los blancos simbólicos, económicos y de transporte", agregó el ministerio, antes de afirmar que "no excluye la posibilidad de atentados de pequeña magnitud".
Para el senador independiente, Joe Liebermann, la muerte de Osama Bin Laden podría motivar a los militantes extremistas a "acelerar" sus proyectos de atentados. Esto "podría permitir a individuos radicalizados justificar una movilización rápida", afirmó.
La policía y los servicios de inteligencia estadounidenses se encontraban en estado de alerta, bajo la hipótesis de posibles atentados en Estados Unidos o Europa como represalia a la muerte de Osama Bin Laden, pero minimizaron la posibilidad de un riesgo inminente.
"Muy probablemente, los terroristas intentarán vengarse", estimó el lunes Leon Panetta, el director de la CIA, quien deberá tomar las riendas del Pentágono este verano. "Debemos permanecer vigilantes y resueltos", agregó horas después del anuncio de la muerte del jefe de Al Qaeda tras una operación de las fuerzas especiales estadounidenses en Pakistán.
En Nueva York y Washington, dos ciudades traumatizadas por los atentados del 11 de septiembre, las medidas de seguridad fueron reforzadas, constataron los periodistas de la AFP, especialmente en el metro neoyorquino y en la 'Zona cero', en donde patrullaban policías fuertemente armados.
"No hay amenaza inmediata en la ciudad, pero no cabe duda de que somos un blanco prioritario, la muerte de Bin Laden no cambia nada", opinó el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, en una rueda de prensa.
En el Congreso, en la capital federal, las medidas de seguridad también fueron reforzadas. "La gente observará una presencia policial más marcada, pero algunas de las medidas no son visibles para el público", aseguró a la AFP el sargento Kimberly Schneider.
Para Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interna (DHS), Estados Unidos no está bajo ninguna amenaza inminente. "Estamos en un nivel elevado de vigilancia, pero hasta el momento el ministerio de la Seguridad Interior no tiene la intención de lanzar un alerta", declaró en un comunicado.
Sin embargo, el DHS envió un comunicado de alerta a los funcionarios de las fuerzas del orden, afirmando que, aunque no fuera inminente, "la muerte del jefe de Al Qaeda podría ocasionar atentados en territorio estadounidense y en contra de los intereses del país y de los occidentales en el mundo entero".
En este comunicado, del cual la AFP se procuró una copia, el ministerio estimó que "la reacción más fuerte debe temerse en el sur de Asia", especialmente de parte de los miembros de Al Qaeda en las zonas tribales de Pakistán. Europa podría ser otro blanco de las represalias, pero también "los bastiones de Al Qaeda, como el deOriente Medio, África y el sureste de Asia".
Sin embargo, "los servicios de inteligencia estadounidenses no disponen de pistas sobre una lista de blancos de Al Qaeda en Estados Unidos", afirmó el ministerio, creado después de los atentados del 11 de septiembre. "La historia de los complots de la red (Al Qaeda) muestra que se deben vigilar especialmente los blancos simbólicos, económicos y de transporte", agregó el ministerio, antes de afirmar que "no excluye la posibilidad de atentados de pequeña magnitud".
Para el senador independiente, Joe Liebermann, la muerte de Osama Bin Laden podría motivar a los militantes extremistas a "acelerar" sus proyectos de atentados. Esto "podría permitir a individuos radicalizados justificar una movilización rápida", afirmó.