Crecen en Pakistán bromas sobre Bin Laden
ISLAMABAD, Agencias
Los paquistaníes abordan en clave de humor la operación desplegada por EU para matar a Bin Laden en las proximidades de Islamabad, donde nadie se explica que el líder de Al Qaeda viviera tan cerca ni que lo ignoraran las autoridades.
El estupor ha dado paso a la carcajada para tratar circunstancias difíciles de entender como que el Ejército paquistaní no se percatara de la violación de su espacio aéreo por parte de las fuerzas de EU, que viajaron en helicópteros desde la frontera afgana hasta Abbottabad, a unos 60 kilómetros de Islamabad y a tiro de piedra de la principal academia de cadetes de Pakistán, Kakul.
"Se ha revelado recientemente que Osama Bin Laden era profesor invitado en la Academia Militar de Pakistán, donde enseñaba Terrorismo Global", dice uno de los chistes que circulan por mensajes de texto o por internet.
"Sistema de radares paquistaní a la venta: 99.99 dólares. Compre uno y llévese otro gratis (no pueden detectar helicópteros de EU pero pueden recibir Star Plus)", reza otro de los mensajes, en referencia a un conocido canal de televisión local.
Tanto el gobierno como el Ejército han admitido "fallos" de inteligencia y se han escudado en que los helicópteros de EU tenían la tecnología necesaria para evitar los radares, algo que no ha hecho que remitieran los comentarios jocosos.
"La nación no debe preocuparse, ya hemos pedido sistemas de alimentación para nuestros radares", dice otro mensaje, que alude a los continuos cortes de suministro eléctrico que sufre el país.
No solo los mensajes de texto a través de móviles; también las redes sociales como "Twitter" han servido para que los paquistaníes hagan gala de su sentido del humor tras el episodio letal.
Con la etiqueta 'pakistanantijokes', los tuiteros subrayan las contradicciones de su país, como que las autoridades mantuvieran a la vez que no sabían nada de la operación pero habían proporcionado inteligencia para que EU pudiera conocer el paradero de Bin Laden.
"Pakistán tiene dos equipos -dice una de las bromas-. Uno convenciendo al mundo de que apoyaron la operación y el otro convenciendo a Al Qaeda de que no lo hicieron".
Algunos recuerdan que era un secreto a voces que Bin Laden residía en Pakistán, aunque la mayoría creía que se escondía en las regiones tribales fronterizas con Afganistán.
"El estado de 'Facebook' de Osama Bin Laden no ha cambiado de RIP. Antes ya era 'Resting in Pakistan' (Descansando en Pakistán)", es otro de los chistes.
Incluso un tabú como el llamado doble juego paquistaní -la teoría de que Pakistán asegura a Occidente que lucha contra el terrorismo pero da encubrimiento a grupos insurgentes- se rompió el lunes de la pasada semana, cuando EU anunció la muerte de Bin Laden.
"Las cosas se deben de haber puesto muy mal en Pakistán cuando ni siquiera Osama está a salvo aquí", era una especie que circulaba en Abbottabad el mismo día en que se lanzó la operación.
Pese a ello, Efe pudo comprobar que durante las primeras horas tras la muerte de Bin Laden, más que el humor, el escepticismo y la indiferencia predominaban entre los vecinos.
"No me lo creo", era la reacción más frecuente entre la vecindad, más reacia aún a dar por buenas las informaciones de la muerte de Bin Laden cuando supieron que su cadáver había sido arrojado al mar.
Según un sondeo conjunto del instituto demoscópico británico YouGov y de Polis, de la Universidad de Cambridge, un 66 por ciento de los paquistaníes rechazan que EU matara al jefe de Al Qaeda, en una operación que suscita ironía pero también antiamericanismo.
Eso explica que, pese al buen humor popular, la prensa haya abundado más en viñetas críticas con EU -mostrando ese país como una superpotencia dispuesta a aplastar Pakistán- y en voces que se quejan amargamente de la clase política, casi un deporte nacional.
"La sátira política es muy popular en Pakistán", comentó a Efe el humorista político Alí Salim, que advierte que "mucha gente piensa que todo es una conspiración o que no es verdad. Pero una vez que todo se aclare, quizá haya más espacio para el humor" en la prensa.
Los paquistaníes abordan en clave de humor la operación desplegada por EU para matar a Bin Laden en las proximidades de Islamabad, donde nadie se explica que el líder de Al Qaeda viviera tan cerca ni que lo ignoraran las autoridades.
El estupor ha dado paso a la carcajada para tratar circunstancias difíciles de entender como que el Ejército paquistaní no se percatara de la violación de su espacio aéreo por parte de las fuerzas de EU, que viajaron en helicópteros desde la frontera afgana hasta Abbottabad, a unos 60 kilómetros de Islamabad y a tiro de piedra de la principal academia de cadetes de Pakistán, Kakul.
"Se ha revelado recientemente que Osama Bin Laden era profesor invitado en la Academia Militar de Pakistán, donde enseñaba Terrorismo Global", dice uno de los chistes que circulan por mensajes de texto o por internet.
"Sistema de radares paquistaní a la venta: 99.99 dólares. Compre uno y llévese otro gratis (no pueden detectar helicópteros de EU pero pueden recibir Star Plus)", reza otro de los mensajes, en referencia a un conocido canal de televisión local.
Tanto el gobierno como el Ejército han admitido "fallos" de inteligencia y se han escudado en que los helicópteros de EU tenían la tecnología necesaria para evitar los radares, algo que no ha hecho que remitieran los comentarios jocosos.
"La nación no debe preocuparse, ya hemos pedido sistemas de alimentación para nuestros radares", dice otro mensaje, que alude a los continuos cortes de suministro eléctrico que sufre el país.
No solo los mensajes de texto a través de móviles; también las redes sociales como "Twitter" han servido para que los paquistaníes hagan gala de su sentido del humor tras el episodio letal.
Con la etiqueta 'pakistanantijokes', los tuiteros subrayan las contradicciones de su país, como que las autoridades mantuvieran a la vez que no sabían nada de la operación pero habían proporcionado inteligencia para que EU pudiera conocer el paradero de Bin Laden.
"Pakistán tiene dos equipos -dice una de las bromas-. Uno convenciendo al mundo de que apoyaron la operación y el otro convenciendo a Al Qaeda de que no lo hicieron".
Algunos recuerdan que era un secreto a voces que Bin Laden residía en Pakistán, aunque la mayoría creía que se escondía en las regiones tribales fronterizas con Afganistán.
"El estado de 'Facebook' de Osama Bin Laden no ha cambiado de RIP. Antes ya era 'Resting in Pakistan' (Descansando en Pakistán)", es otro de los chistes.
Incluso un tabú como el llamado doble juego paquistaní -la teoría de que Pakistán asegura a Occidente que lucha contra el terrorismo pero da encubrimiento a grupos insurgentes- se rompió el lunes de la pasada semana, cuando EU anunció la muerte de Bin Laden.
"Las cosas se deben de haber puesto muy mal en Pakistán cuando ni siquiera Osama está a salvo aquí", era una especie que circulaba en Abbottabad el mismo día en que se lanzó la operación.
Pese a ello, Efe pudo comprobar que durante las primeras horas tras la muerte de Bin Laden, más que el humor, el escepticismo y la indiferencia predominaban entre los vecinos.
"No me lo creo", era la reacción más frecuente entre la vecindad, más reacia aún a dar por buenas las informaciones de la muerte de Bin Laden cuando supieron que su cadáver había sido arrojado al mar.
Según un sondeo conjunto del instituto demoscópico británico YouGov y de Polis, de la Universidad de Cambridge, un 66 por ciento de los paquistaníes rechazan que EU matara al jefe de Al Qaeda, en una operación que suscita ironía pero también antiamericanismo.
Eso explica que, pese al buen humor popular, la prensa haya abundado más en viñetas críticas con EU -mostrando ese país como una superpotencia dispuesta a aplastar Pakistán- y en voces que se quejan amargamente de la clase política, casi un deporte nacional.
"La sátira política es muy popular en Pakistán", comentó a Efe el humorista político Alí Salim, que advierte que "mucha gente piensa que todo es una conspiración o que no es verdad. Pero una vez que todo se aclare, quizá haya más espacio para el humor" en la prensa.