Sirios bloqueados en la frontera con Jordania denuncian una "masacre" en su país
Jordania, Agencias
Masalmé, un sirio bloqueado en el puesto de Ramtha, en la frontera sirio-jordana, logra contactar con un familiar en Deraa y tras la conversación clama, cayendo al suelo de rodillas y tapándose el rostro con las manos: "¡Es una masacre!".
"Me han dicho que hay más de 200 muertos, entre ellos miembros de nuestra familia. Es una masacre, una verdadera masacre", afirma a la AFP este cincuentón bloqueado en Jordania este martes, donde llegó hace dos días por motivos laborales. No puede entrar en su país, ya que las autoridades sirias cerraron unilateralmente el puesto sirio de Deraa, a tres kilómetros de allí.
Algunos tratan de reconfortarle, otros intentan a su vez contactar con sus familiares, visiblemente inquietos. Después intercambian las informaciones recibidas de sus allegados.
"Los tiros y las explosiones no han cesado desde el lunes al alba. Carros circulan en la ciudad de Deraa, hombres armados irrumpen en las casas y matan a los hombres, ni siquiera se salvan las mezquitas y dos de ellas, las de Abu Baker al Saddik y Omari, han sido incendiadas. Es una masacre, el mundo nos debe ayudar", imploran.
"La electricidad y el agua han sido cortadas en Deraa. Francotiradores han disparado a las reservas de agua sobre los tejados para impedir a la población que las utilice. Nuestras familias ni siquiera tienen velas y los alimentos empiezan a escasear. El asedio es total", denuncian estos sirios, que rechazan identificarse o que se les fotografíe por miedo a represalias.
Jordanos de la ciudad de Ramtha que comercian en Deraa se acercan para comprobar si se ha reabierto la frontera. "La frontera jordana está abierta normalmente, todo el mundo puede salir de Ramtha. No tenemos información referente al puesto fronterizo de Deraa", afirma a la AFP uno de los guardas fronterizos.
Toda persona que desde el lunes a primera hora de la tarde trata de llegar a Deraa es rechazada. Algunos testigos aseguran que ciudadanos sirios han sido detenidos en el puesto fronterizo de Deraa.
"Hemos escuchado explosiones muy pronto esta mañana procedentes de Deraa", explica Ahmad, un jordano que, al igual que 2.000 de sus compatriotas en Ramtha, cruza dos veces por semana la frontera siria para comerciar en Deraa.
El ejército jordano se ha desplegado en las colinas de Tarra, al Shajara, Amrawa y Zunayba, que rodean la ciudad, "para impedir infiltraciones", aseguran los habitantes de Ramtha.
El rey Abdalá II de Jordania ha suspendido una visita que tenía prevista realizar este martes a la ciudad.
Otras informaciones dejaron constancia de disparos esporádicos en la carretera que une ambos países. El lunes, un conductor jordano trasladó a Jordania a un turco, herido gravemente de bala, que se encontró en la carretera. Otros viajeros explicaron que un jordano y su hija murieron en la carretera, de lado sirio. Un portavoz de la policía no pudo confirmar esta información.
En Jamber, situado a 25 kilómetros, se encuentra un segundo paso fronterizo abierto normalmente que une esa ciudad con la de Nasib, en Siria.
Nubes de humo son visibles en el horizonte y sólo algunos coches entran en Jordania, al tiempo que decenas de camiones tratan de entrar en suelo sirio para llevar mercancías a Siria, Líbano y Turquía.
"Ayer (lunes), carros entraron en nuestro barrio de Karak Sharki, cerca de Deraa. Los tiros comenzaron a las 05H00 y continuaron durante siete horas", declaró a su llegada un sirio que trata de viajar a Kuwait. "En nuestro vecindario, un hombre ha muerto y otros cinco están heridos. La gente está encerrada en sus casas, hay francotiradores por todos los lados, vestidos de negro y con la caída de la noche se hacen invisibles porque no hay electricidad", dice este conductor con la cara marcada por "el miedo por todos aquellos que dejo tras de mí en Siria".
Masalmé, un sirio bloqueado en el puesto de Ramtha, en la frontera sirio-jordana, logra contactar con un familiar en Deraa y tras la conversación clama, cayendo al suelo de rodillas y tapándose el rostro con las manos: "¡Es una masacre!".
"Me han dicho que hay más de 200 muertos, entre ellos miembros de nuestra familia. Es una masacre, una verdadera masacre", afirma a la AFP este cincuentón bloqueado en Jordania este martes, donde llegó hace dos días por motivos laborales. No puede entrar en su país, ya que las autoridades sirias cerraron unilateralmente el puesto sirio de Deraa, a tres kilómetros de allí.
Algunos tratan de reconfortarle, otros intentan a su vez contactar con sus familiares, visiblemente inquietos. Después intercambian las informaciones recibidas de sus allegados.
"Los tiros y las explosiones no han cesado desde el lunes al alba. Carros circulan en la ciudad de Deraa, hombres armados irrumpen en las casas y matan a los hombres, ni siquiera se salvan las mezquitas y dos de ellas, las de Abu Baker al Saddik y Omari, han sido incendiadas. Es una masacre, el mundo nos debe ayudar", imploran.
"La electricidad y el agua han sido cortadas en Deraa. Francotiradores han disparado a las reservas de agua sobre los tejados para impedir a la población que las utilice. Nuestras familias ni siquiera tienen velas y los alimentos empiezan a escasear. El asedio es total", denuncian estos sirios, que rechazan identificarse o que se les fotografíe por miedo a represalias.
Jordanos de la ciudad de Ramtha que comercian en Deraa se acercan para comprobar si se ha reabierto la frontera. "La frontera jordana está abierta normalmente, todo el mundo puede salir de Ramtha. No tenemos información referente al puesto fronterizo de Deraa", afirma a la AFP uno de los guardas fronterizos.
Toda persona que desde el lunes a primera hora de la tarde trata de llegar a Deraa es rechazada. Algunos testigos aseguran que ciudadanos sirios han sido detenidos en el puesto fronterizo de Deraa.
"Hemos escuchado explosiones muy pronto esta mañana procedentes de Deraa", explica Ahmad, un jordano que, al igual que 2.000 de sus compatriotas en Ramtha, cruza dos veces por semana la frontera siria para comerciar en Deraa.
El ejército jordano se ha desplegado en las colinas de Tarra, al Shajara, Amrawa y Zunayba, que rodean la ciudad, "para impedir infiltraciones", aseguran los habitantes de Ramtha.
El rey Abdalá II de Jordania ha suspendido una visita que tenía prevista realizar este martes a la ciudad.
Otras informaciones dejaron constancia de disparos esporádicos en la carretera que une ambos países. El lunes, un conductor jordano trasladó a Jordania a un turco, herido gravemente de bala, que se encontró en la carretera. Otros viajeros explicaron que un jordano y su hija murieron en la carretera, de lado sirio. Un portavoz de la policía no pudo confirmar esta información.
En Jamber, situado a 25 kilómetros, se encuentra un segundo paso fronterizo abierto normalmente que une esa ciudad con la de Nasib, en Siria.
Nubes de humo son visibles en el horizonte y sólo algunos coches entran en Jordania, al tiempo que decenas de camiones tratan de entrar en suelo sirio para llevar mercancías a Siria, Líbano y Turquía.
"Ayer (lunes), carros entraron en nuestro barrio de Karak Sharki, cerca de Deraa. Los tiros comenzaron a las 05H00 y continuaron durante siete horas", declaró a su llegada un sirio que trata de viajar a Kuwait. "En nuestro vecindario, un hombre ha muerto y otros cinco están heridos. La gente está encerrada en sus casas, hay francotiradores por todos los lados, vestidos de negro y con la caída de la noche se hacen invisibles porque no hay electricidad", dice este conductor con la cara marcada por "el miedo por todos aquellos que dejo tras de mí en Siria".