Obama: Libia está en un punto muerto, pero "Gadafi debe irse"
Washington, Agencias
El presidente de EEUU, Barack Obama, reconoció el viernes que había un "punto muerto" sobre el terreno en Libia, pero dijo que aún esperaba que la campaña de tres semanas tuviera éxito y finalmente derrocara a Muamar el Gadafi.
Obama y los líderes de Francia y Reino Unido firmaron conjuntamente un artículo publicado en prensa en el que se comprometían a continuar con la campaña militar hasta que Gadafi abandone el poder, haciendo del cambio de régimen el objetivo oficial de su guerra aérea.
"No esperaba que en tres semanas, de repente como consecuencia de una campaña aérea, Gadafi se hubiera marchado necesariamente", dijo Obama en una entrevista con Associated Press. "Lo que hemos podido hacer es establecer una zona de exclusión aérea, poner en marcha un embargo de armas, mantener a raya al régimen de Gadafi, dificultarle que reponga los suministros".
Obama dijo que la misión había tenido éxito al impedir que se produjera un gran número de víctimas civiles, especialmente en el bastión rebelde de Bengasi, y que eventualmente tendría éxito en derrocar a Gadafi.
"Ahora tenemos un punto muerto sobre el terreno, militarmente, pero Gadafi aún sigue siendo presionado de otros muchos modos. Se está quedando sin dinero, está quedándose sin suministros. El nudo se está apretando y está quedando cada vez más aislado".
"Mis expectativas es que si continuamos aplicando esa presión y continuamos protegiendo a los civiles, algo que la OTAN está haciendo muy competentemente, entonces creo que a largo plazo Gadafi se irá y habremos tenido éxito".
Más de un centenar de cohetes del Gobierno cayeron sobre Misrata el viernes, en el segundo día de fuertes bombardeos en la ciudad, el único gran bastión de los rebeldes en esa zona de Libia.
Un médico local dijo al canal Al Yazira que al menos ocho personas murieron y otras siete resultaron heridas. Los rebeldes dijeron que 23 personas murieron por misiles el jueves. Cientos de personas se cree que han fallecido en la ciudad en las seis semanas de "asedio medieval", según definieron su situación Obama, y el presidente francés, Nicolás Sarkozy y el primer ministro británico, David Cameron.
"Es impensable que alguien que ha tratado de masacrar a su propio pueblo pueda jugar un papel en su futuro Gobierno", escribieron los tres en el artículo conjunto.
Reconocieron que su clara intención de lograr un cambio de régimen en Libia va más allá de los términos de una resolución de Naciones Unidas que autoriza los ataques aéreos para proteger civiles, pero dijeron que los libios nunca podrán estar seguros mientras Gadafi continúe en el poder.
PRESIÓN
Washington, que encabezó la campaña en su primera semana, posteriormente cedió el mando a la OTAN y asumió un papel secundario, mientras el peso de los ataques recae sobre todo en Francia y Reino Unido. Obama dejó claro que EEUU no pensaba reanudar un papel militar más activo.
"Lo que estamos haciendo es suministrar capacidad de bloqueo electrónico, inteligencia, repostaje, de forma que seguimos teniendo muchos aviones allí. Simplemente no somos los que llevamos a cabo los ataques terrestres en su mayor parte", declaró.
Reino Unido y Francia están tratando de persuadir a otros aliados de la OTAN a que contribuyan con más capacidad armamentística. Los ministros de la OTAN se reunieron por segundo día en Berlín, donde las divisiones eran claras.
El ministro de Exteriores británico, William Hague, y el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, expresaron su optimismo respecto a que los aliados aportarían más aviones de combate, pero Italia inmediatamente descartó ordenar a sus aviones abrir fuego.
El presidente de EEUU, Barack Obama, reconoció el viernes que había un "punto muerto" sobre el terreno en Libia, pero dijo que aún esperaba que la campaña de tres semanas tuviera éxito y finalmente derrocara a Muamar el Gadafi.
Obama y los líderes de Francia y Reino Unido firmaron conjuntamente un artículo publicado en prensa en el que se comprometían a continuar con la campaña militar hasta que Gadafi abandone el poder, haciendo del cambio de régimen el objetivo oficial de su guerra aérea.
"No esperaba que en tres semanas, de repente como consecuencia de una campaña aérea, Gadafi se hubiera marchado necesariamente", dijo Obama en una entrevista con Associated Press. "Lo que hemos podido hacer es establecer una zona de exclusión aérea, poner en marcha un embargo de armas, mantener a raya al régimen de Gadafi, dificultarle que reponga los suministros".
Obama dijo que la misión había tenido éxito al impedir que se produjera un gran número de víctimas civiles, especialmente en el bastión rebelde de Bengasi, y que eventualmente tendría éxito en derrocar a Gadafi.
"Ahora tenemos un punto muerto sobre el terreno, militarmente, pero Gadafi aún sigue siendo presionado de otros muchos modos. Se está quedando sin dinero, está quedándose sin suministros. El nudo se está apretando y está quedando cada vez más aislado".
"Mis expectativas es que si continuamos aplicando esa presión y continuamos protegiendo a los civiles, algo que la OTAN está haciendo muy competentemente, entonces creo que a largo plazo Gadafi se irá y habremos tenido éxito".
Más de un centenar de cohetes del Gobierno cayeron sobre Misrata el viernes, en el segundo día de fuertes bombardeos en la ciudad, el único gran bastión de los rebeldes en esa zona de Libia.
Un médico local dijo al canal Al Yazira que al menos ocho personas murieron y otras siete resultaron heridas. Los rebeldes dijeron que 23 personas murieron por misiles el jueves. Cientos de personas se cree que han fallecido en la ciudad en las seis semanas de "asedio medieval", según definieron su situación Obama, y el presidente francés, Nicolás Sarkozy y el primer ministro británico, David Cameron.
"Es impensable que alguien que ha tratado de masacrar a su propio pueblo pueda jugar un papel en su futuro Gobierno", escribieron los tres en el artículo conjunto.
Reconocieron que su clara intención de lograr un cambio de régimen en Libia va más allá de los términos de una resolución de Naciones Unidas que autoriza los ataques aéreos para proteger civiles, pero dijeron que los libios nunca podrán estar seguros mientras Gadafi continúe en el poder.
PRESIÓN
Washington, que encabezó la campaña en su primera semana, posteriormente cedió el mando a la OTAN y asumió un papel secundario, mientras el peso de los ataques recae sobre todo en Francia y Reino Unido. Obama dejó claro que EEUU no pensaba reanudar un papel militar más activo.
"Lo que estamos haciendo es suministrar capacidad de bloqueo electrónico, inteligencia, repostaje, de forma que seguimos teniendo muchos aviones allí. Simplemente no somos los que llevamos a cabo los ataques terrestres en su mayor parte", declaró.
Reino Unido y Francia están tratando de persuadir a otros aliados de la OTAN a que contribuyan con más capacidad armamentística. Los ministros de la OTAN se reunieron por segundo día en Berlín, donde las divisiones eran claras.
El ministro de Exteriores británico, William Hague, y el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, expresaron su optimismo respecto a que los aliados aportarían más aviones de combate, pero Italia inmediatamente descartó ordenar a sus aviones abrir fuego.