Los evacuados libios relatan el "infierno" de Misrata
Bengasi, Agencias
Tropas del líder libio Muamar Gadafi con tanques y francotiradores están "masacrando" a la población de Misrata, donde hay cadáveres en las calles y los hospitales están repletos de heridos, dijo un testigo que describió la asediada ciudad como un "infierno".
Misrata, la tercera ciudad de Libia, se alzó a mediados de febrero contra el régimen de Gadafi, y ahora está siendo atacada por fuerzas del Gobierno tras una contraofensiva que sofocó revueltas en otras ciudades del occidente del país.
"Tienen que visitar Misrata para ver la masacre de Gadafi", dijo Omar Bubaker, un ingeniero de 40 años con una herida de bala en la pierna. "Hay cadáveres en las calles. Los hospitales están saturados", agregó.
El estancamiento de los combates en el este de Libia, las deserciones en el círculo íntimo de Gadafi y el sufrimiento de civiles atrapados en el conflicto o afectados por la escasez de alimentos desataron frenéticos esfuerzos diplomáticos por encontrar una solución a la guerra civil.
Pero los evacuados de Misrata tienen preocupaciones más inmediatas.
"Podría vivir o morir, pero pienso en mi familia y amigos que están varados en el infierno de Misrata", dijo Abdula Lacheeb, que tenía heridas graves en su estómago y pelvis, además de una herida de bala en una de las piernas.
"Imagínense, ellos utilizan tanques contra civiles. (Gadafi) se está preparado para matar a todos allí (...) estoy pensando en mi familia", añadió.
Los evacuados, muchos de ellos envueltos en vendajes, ofrecieron algunas de las narraciones más detalladas hasta ahora sobre la situación en Misrata, el último bastión rebelde en el occidente de Libia, que recuerda al asedio de ciudades durante la guerra en Bosnia.
Los bombardeos aéreos de la OTAN para proteger a los civiles no han logrado hasta ahora frenar los ataques del Ejército libio, que según residentes ha colocado francotiradores en las azoteas y ha disparado morteros y artillería contra zonas habitadas de la ciudad, con un efecto devastador.
El Gobierno libio niega que esté atacando a civiles en Misrata y dice que está combatiendo a bandas armadas ligadas a Al Qaeda.
Los informes de la situación en Misrata no pudieron ser confirmados de manera independiente, porque las autoridades libias no permiten que los periodistas informen libremente desde la ciudad.
A las preocupaciones sobre la guerra en Libia se sumó el lunes el temor de que Al Qaeda esté aprovechando el conflicto para adquirir armas en Libia, incluyendo misiles tierra-aire.
Un funcionario de seguridad en la vecina Argelia dijo a Reuters que un convoy de ocho camionetas Toyota con un cargamento de armas proveniente del este de Libia cruzó hacia Chad y luego a Níger, para desde ahí entrar al norte de Mali.
El cargamento incluía lanzagranadas RPG-7, además de explosivos, municiones, ametralladoras y fusiles de asalto Kalashnikov.
MILES SE QUEDAN ATRÁS
Un buque turco que viajó a Misrata escoltado por aviones y barcos de guerra para rescatar a unos 250 heridos tuvo que zarpar rápidamente después de que miles de personas se abalanzaran al muelle con la esperanza de ser evacuados.
Otro buque gestionado por la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) atracó en el puerto tunecino de Sfax con 71 heridos de Misrata, muchos con heridas de bala y extremidades rotas. Algunas personas tenían los rostros desfigurados a causa de quemaduras.
El temor a una masacre en Misrata está acelerando los esfuerzos para intentar lograr un alto el fuego en la nación petrolera del norte de África.
"Ya no hay nada que podamos hacer contra esta masacre. Pedimos a los estadounidenses y los europeos que envíen gente sobre el terreno para ayudarnos a poner fin a estos crímenes", dijo Imed, otro herido.
Un enviado de Libia se encontraba el lunes en Europa buscando una salida a la sangrienta guerra civil estancada en combates entre los rebeldes y las fuerzas leales a Gadafi.
Libia quería un acuerdo político negociado, dijeron funcionarios griegos, pues una solución militar al conflicto entre los desorganizados rebeldes respaldados por los bombardeos occidentales y los soldados mejor armados de Gadafi parece imposible.
"El enviado libio quería expresar que Libia tiene la intención de negociar", dijo un funcionario griego después de la visita del viceministro de Relaciones Exteriores libio, Abdelati Obeidi. "No pensamos que pueda haber una solución militar a esta crisis", agregó.
Se espera que Obeidi llegue el lunes a Turquía, donde un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que ambas parte del conflicto barajan la posibilidad de un alto el fuego. El enviado libio viajará el martes a Malta.
Pero más allá de la voluntad de negociar, no había indicios de lo que ofrecería Libia para poner fin a la guerra, estancada en los enfrentamientos cerca de la petrolera ciudad oriental de Brega mientras las fuerzas de Gadafi bombardean a los civiles en los bastiones rebeldes del oeste.
Un grupo internacional de contacto creado para coordinar la situación en Libia se reunirá la próxima semana en Qatar.
Mientras tanto, el Gobierno de Kuwait anunció el lunes que reconocería oficialmente a los rebeldes libios en cuestión de días, convirtiéndose en la segunda nación árabe en hacerlo después de Qatar.
Misrata, la tercera ciudad de Libia, se alzó a mediados de febrero contra el régimen de Gadafi, y ahora está siendo atacada por fuerzas del Gobierno tras una contraofensiva que sofocó revueltas en otras ciudades del occidente del país.
"Tienen que visitar Misrata para ver la masacre de Gadafi", dijo Omar Bubaker, un ingeniero de 40 años con una herida de bala en la pierna. "Hay cadáveres en las calles. Los hospitales están saturados", agregó.
El estancamiento de los combates en el este de Libia, las deserciones en el círculo íntimo de Gadafi y el sufrimiento de civiles atrapados en el conflicto o afectados por la escasez de alimentos desataron frenéticos esfuerzos diplomáticos por encontrar una solución a la guerra civil.
Pero los evacuados de Misrata tienen preocupaciones más inmediatas.
"Podría vivir o morir, pero pienso en mi familia y amigos que están varados en el infierno de Misrata", dijo Abdula Lacheeb, que tenía heridas graves en su estómago y pelvis, además de una herida de bala en una de las piernas.
"Imagínense, ellos utilizan tanques contra civiles. (Gadafi) se está preparado para matar a todos allí (...) estoy pensando en mi familia", añadió.
Los evacuados, muchos de ellos envueltos en vendajes, ofrecieron algunas de las narraciones más detalladas hasta ahora sobre la situación en Misrata, el último bastión rebelde en el occidente de Libia, que recuerda al asedio de ciudades durante la guerra en Bosnia.
Los bombardeos aéreos de la OTAN para proteger a los civiles no han logrado hasta ahora frenar los ataques del Ejército libio, que según residentes ha colocado francotiradores en las azoteas y ha disparado morteros y artillería contra zonas habitadas de la ciudad, con un efecto devastador.
El Gobierno libio niega que esté atacando a civiles en Misrata y dice que está combatiendo a bandas armadas ligadas a Al Qaeda.
Los informes de la situación en Misrata no pudieron ser confirmados de manera independiente, porque las autoridades libias no permiten que los periodistas informen libremente desde la ciudad.
A las preocupaciones sobre la guerra en Libia se sumó el lunes el temor de que Al Qaeda esté aprovechando el conflicto para adquirir armas en Libia, incluyendo misiles tierra-aire.
Un funcionario de seguridad en la vecina Argelia dijo a Reuters que un convoy de ocho camionetas Toyota con un cargamento de armas proveniente del este de Libia cruzó hacia Chad y luego a Níger, para desde ahí entrar al norte de Mali.
El cargamento incluía lanzagranadas RPG-7, además de explosivos, municiones, ametralladoras y fusiles de asalto Kalashnikov.
MILES SE QUEDAN ATRÁS
Un buque turco que viajó a Misrata escoltado por aviones y barcos de guerra para rescatar a unos 250 heridos tuvo que zarpar rápidamente después de que miles de personas se abalanzaran al muelle con la esperanza de ser evacuados.
Otro buque gestionado por la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) atracó en el puerto tunecino de Sfax con 71 heridos de Misrata, muchos con heridas de bala y extremidades rotas. Algunas personas tenían los rostros desfigurados a causa de quemaduras.
El temor a una masacre en Misrata está acelerando los esfuerzos para intentar lograr un alto el fuego en la nación petrolera del norte de África.
"Ya no hay nada que podamos hacer contra esta masacre. Pedimos a los estadounidenses y los europeos que envíen gente sobre el terreno para ayudarnos a poner fin a estos crímenes", dijo Imed, otro herido.
Un enviado de Libia se encontraba el lunes en Europa buscando una salida a la sangrienta guerra civil estancada en combates entre los rebeldes y las fuerzas leales a Gadafi.
Libia quería un acuerdo político negociado, dijeron funcionarios griegos, pues una solución militar al conflicto entre los desorganizados rebeldes respaldados por los bombardeos occidentales y los soldados mejor armados de Gadafi parece imposible.
"El enviado libio quería expresar que Libia tiene la intención de negociar", dijo un funcionario griego después de la visita del viceministro de Relaciones Exteriores libio, Abdelati Obeidi. "No pensamos que pueda haber una solución militar a esta crisis", agregó.
Se espera que Obeidi llegue el lunes a Turquía, donde un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que ambas parte del conflicto barajan la posibilidad de un alto el fuego. El enviado libio viajará el martes a Malta.
Pero más allá de la voluntad de negociar, no había indicios de lo que ofrecería Libia para poner fin a la guerra, estancada en los enfrentamientos cerca de la petrolera ciudad oriental de Brega mientras las fuerzas de Gadafi bombardean a los civiles en los bastiones rebeldes del oeste.
Un grupo internacional de contacto creado para coordinar la situación en Libia se reunirá la próxima semana en Qatar.
Mientras tanto, el Gobierno de Kuwait anunció el lunes que reconocería oficialmente a los rebeldes libios en cuestión de días, convirtiéndose en la segunda nación árabe en hacerlo después de Qatar.