Las fuerzas de Ouattara toman la residencia de Gbagbo en Abiyán

El presidente electo de Costa de Marfil lanza su ofensiva final en la capital económica del país.- La ONU y Francia atacan el palacio presidencial y enclaves militares de Gbagbo

Abiyán, El País

La suerte de la Costa de Marfil y la batalla de Abiyán se acelera. Por una parte, los fieles del presidente electo, Alassane Ouattara, aseguran haber desencadenado ya la ofensiva final que les llevará hasta los últimos reductos donde se hacen fuertes los seguidores de Lauren Gbagbo: el palacio presidencial y la residencia del expresidente de Costa de Marfil, aferrado al poder a pesar de haber perdido las elecciones. Según un portavoz de Ouattara, esta madrugada sus tropas han logrado tomar el control de la casa privada de Ggagbo, de quien se desconoce su paradero.

Por otra, Francia, antigua metrópoli, con 12.000 ciudadanos franceses actualmente en Abiyán, ha decidido actuar. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha autorizado a las fuerzas francesas desplazadas en Abiyán bajo la bandera de la ONU a que disparen contra las armas pesadas de los seguidores de Gbagbo. Sarkozy ha precisado que dio la orden de intervenir después de recibir la petición del Secretario general de la ONU, Ban Ki-moon que, a su vez, se apoya en la resolución 1975 de la ONU, votada el 30 de marzo, que autoriza el empleo de la fuerza para proteger a los civiles.

Al caer la noche, helicópteros franceses dispararon varios misiles en bases militares de los soldados de Gbagbo. Posteriormente, los helicópteros atacaron el palacio presidencial y la residencia de Gbagbo, que parece tener ya las horas contadas y que se oculta en alguno de estos dos lugares.

La decisión de Sarkozy coincide con el secuestro de varios extranjeros por parte de las fuerzas de Gbagbo que se encontraban en el hotel Novotel de Abiyán. Al menos, dos son franceses, según ha confirmado el ministerio de Asuntos Exteriores francés. "Los blindados de la ONU estaban allí y lo vieron todo, pero no podían intervenir", ha explicado un periodista de la cadena de televisión LCI.

Las tropas aliadas al presidente electo Ouattara habían entrado pocas horas antes en Abiyán fuertemente armados. Para llevar a cabo la que consideran su ofensiva final cuentan con entre 4.000 y 5.000 soldados y decenas de carros de combate de las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI) y de los antiguos rebeldes de las Fuerzas Nuevas. "Sabemos cuando se inicia, pero podría tomarnos 48 horas para limpiar adecuadamente la ciudad", ha declarado el comandante oficial Issiaka Wattao Ouattara.

Ouattara investigará la matanza de civiles

En otro frente, Ouattara debe responder ante la ONU por la matanza a matanza de civiles perpetrada por sus tropas en el oeste del país. "La posición del Gobierno es clara y limpia: no habrá impunidad. Vamos a realizar una investigación y los responsables serán castigados. Queremos un Estado de derecho", declaró Guillaume Soro, primer ministro de Ouatarra, a la cadena francófona TV5.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, exigió el domingo a Ouattara que investigue la masacre en Duékué cuando sus hombres tomaron la ciudad, situada al oeste del país. Ban Ki-moon se declaró "alarmado" por los informes recibidos de los equipos de la ONU sobre el terreno, que encontraron al menos 330 cadáveres de civiles asesinados, en su mayoría, por las fuerzas de Ouattara. Varias organizaciones internacionales creen que la cifra de muertos es mucho más alta.

Francia, preocupada por sus nacionales

Ante la escalada de violencia en el país, el Ejército francés se desplegó el domingo en el aeropuerto internacional de Abiyán, en una operación coordinada por la misión de la ONU en Costa de Marfil, a fin de tener todo listo por si fuera necesario repatriar a los extranjeros, en su mayoría franceses.

Además, el presidente Nicolas Sarkozy ordenó también el agrupamiento urgente de la colonia francesa (unas 12.000 personas) en la capital y, según el portavoz de las tropas francesas, cerca de 1.900 extranjeros se han refugiado ya en la base militar francesa de Port-Bouët, dejando atrás sus casas y negocios, temiendo ser víctimas de las bandas de saqueadores que deambulan por los barrios ricos de Abiyán. Además, otros 500 extranjeros han abandonado ya el país.

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