Las fuerzas de Gadafi atacan Misrata y Zintan
Los rebeldes comienzan a recibir entrenamiento en tácticas militares.- Los sublevados desplazan armamento pesado al frente de Brega, a 230 kilómetros al oeste de Bengasi
Ajdabiya, El País
Las fuerzas del líder libio, Muamar el Gadafi, están atacando de forma intensa con artillería pesada zonas residenciales de Misrata, a unos 200 kilómetros al este de Trípoli. El portavoz de los revolucionarios, Mustafa Geriani, ha explicado a EFE por teléfono que "los partidarios del régimen están bombardeando intensamente con obuses áreas habitadas de Misrata". Además de los bombardeos, hay francotiradores en las azoteas de las viviendas.
El representante rebelde ha asegurado desde Bengasi, capital de los sublevados contra el régimen de Gadafi, que Zintan, en el oeste del país y cerca de la frontera con Túnez, también está siendo atacada de forma implacable. Geriani ha agregado que desconocen el número de víctimas que se han registrado en ambas ciudades porque "las comunicaciones están fallando", aunque ha reiterado que la situación es crítica en esta localidad.
Misrata y Zintan han sido dos de las ciudades más castigadas por la artillería de las tropas leales a Gadafi durante las últimas dos semanas. Ya esta mañana Misrata se convirtió en el objetivo de los fieles a Gadafi. El Ejército libio ha intensificado en las últimas horas los bombardeos. Los mercenarios del régimen están asaltando tiendas y viviendas en el centro de la ciudad, según esta fuente. "Están empleando tanques, lanzacohetes, morteros y otros proyectiles contra la ciudad. Ha sido un bombardeo aleatorio y muy intenso", ha explicado este guerrillero por teléfono. "El lugar está irreconocible. La destrucción no se puede describir con palabras". "Disparan contra todos, incluidos civiles en sus casas. Espero que Alá nos proteja".
Además de Misrata y Zintan, Sirte también está sufriendo los efectos de la guerra. El vicario apostólico en Libia, el obispo Giovanni Innocenzo Martinelli, ha asegurado que ocho civiles, entre ellos varias mujeres y niños, han muerto en los bombardeos aliados, en los que también perdieron la vida 40 militares del régimen de Gadafi. "Los efectos de la guerra se notan. Los bombardeos de la OTAN en la ciudad de Sirte -donde nació Gadafi- se han cobrado otras ocho víctimas, sobre todo mujeres y niños, además de 40 militares de Gadafi", ha contado Martinelli a la agencia vaticana Asianews .
Los rebeldes comienzan a recibir entrenamiento táctico
La temeridad y falta de disciplina que lastran a los rebeldes frente a la jerarquía y mando que gobiernan a las tropas leales a Gadafi es una de las claves para entender el conflicto libio. Los alzados contra el dictador han sufrido un severo retroceso militar desde que hace dos días los aviones de la coalición dejaron de bombardear posiciones de Gadafi. Ellos, por sí mismos, se ven incapaces de ganar territorio y conservarlo frente al embate de los tanques y artillería del régimen. Una señal más de su carácter anárquico que los aleja de ser un Ejército regular equiparable al del enemigo.
Pero eso podría estar cambiando. En paralelo a la decisión de Estados Unidos de desplegar a agentes de la CIA sobre el terreno para recabar información y adiestrar a los insurgentes en el uso de armamento y disciplina militar, las noticias que llegan del frente aseguran que los rebeldes empiezan a contar con mandos con mayor conocimiento de tácticas militares que están entrenando a los combatientes de menor rango. Además, el acceso a la primera línea de combate se restringe a aquellos que portan arsenal potente de largo alcance. Los milicianos que llevan consigo únicamente armas automáticas, blancas o sencillamente van desarmados tendrán que permanecer en la retaguardia. Son un blanco fácil para el enemigo y su contribución es más bien escasa.
Este giro en la estrategia rebelde ha sido relatado a la agencia Reuters por un combatiente desplegado en las proximidades de Ajdabiya, la puerta de entrada a Bengasi. "Solo aquellos con armas de largo alcance pueden ir al frente. El acceso de civiles está prohibido", ha dicho Ahmed Zaitoun, un voluntario que integra una brigada que ha recibido más entrenamiento que la mayoría.
"Hoy tenemos a oficiales con nosotros. Antes íbamos solos al frente", explica Zaitoum mientras señala a un joven retenido en un puesto de control quejándose por no poder secundar la batalla. "Él es un chico joven y no tiene armas. ¿Qué va a hacer allí arriba?", se pregunta. Este nuevo enfoque tendrá que ser puesto a prueba los próximos días para ver si resulta en una mejora para los sublevados, obligados a replegarse hacia Bengasi y que combaten por no perder el control de Brega y Ajdabiya, las dos ciudades anteriores en la carretera costera que culmina en Bengasi. En la carretera que conecta esa ciudad con Ajdabiya, se pueden ver en las últimas horas trincheras con nidos de ametralladora protegidos con sacos de arena, la primera señal de una defensa bien organizada de Bengasi, la joya y baluarte de la rebelión libia.
Por su parte, el Gobierno provisional de los rebeldes libios ha revelado que ha firmado un acuerdo con Catar para exportar crudo y que en estos momentos tienen una capacidad para producir un millón de barriles a la semana. El "ministro de Petróleo" del Consejo Nacional Transitorio Interino, Alí Tahur, ha dicho en una rueda de prensa en Bengasi que "Catar ha acordado embarcar el petróleo y comercializarlo". Tahur ha explicado que el crudo se extrae en la actualidad de los campos del sureste y de las áreas "liberadas" y que pueden producir más de 100.000 barriles al día.
Manifestación en Bengasi
Miles de personas se han manifestado en la plaza de los juzgados de Bengasi para pedir la caída del régimen y demostrar que no hay militantes de Al Qaeda en las filas rebeldes. Desde primera hora de la mañana, centenares de personas se han dirigido a la céntrica plaza, frente al mar Mediterráneo, pertrechados con banderas tricolor -rojo, negro y verde- de la época monárquica, pese a que el día lluvioso no acompañaba para estar al aire libre.
Muchos llevaban también enseñas francesas, cataríes, estadounidenses, libanesas, canadienses y británicas. Como ya es habitual, la protesta comenzó con el rezo musulmán del viernes en el que el imán que encabezó la oración habló del conflicto que se está desarrollando en el país. El líder libio, Muamar Gadafi, "es un problema para Libia, queremos una Libia libre", ha asegurado el imán, que ha subrayado que "los que están con Gadafi no serán parte de la solución". "Viva la Libia libre, tenemos armas para defendernos de su Ejército (de Gadafi)", ha agregado el religioso.
Tras el rezo comenzó la protesta en la que los manifestantes gritaron lemas como "no hay más dios que Alá", "levanta la cabeza, Libia libre" y "no Al Qaeda, no terroristas, sí jóvenes".
Pero lo que siguen añorando los rebeldes es la ayuda que les brindan desde el cielo los aviones europeos. Ayuda que se ha frenado abruptamente. Mientras, Estados Unidos, Francia y Reino Unido, que han liderado los ataques aéreos, debaten sobre la posiblidad de armar a las milicias antigadafi. Pero esa alternativa sigue a día de hoy lejos de ser una realidad. Barack Obama no quiere suministrar armamento a los opositores mientras no recabe información exacta sobre quiénes son y cuáles son sus verdaderos objetivos. Experiencias previas en Afganistán resultaron desastrosas.
El Ejército siembra de minas la costa libia
Los milicianos y los ciudadanos de Libia oriental tienen otro motivo de preocupación: las minas. En los alrededores de Ajdabiya, y a pocos metros de la carretera que enlaza esta ciudad con Bengasi, el vehículo de unos trabajadores de una compañía eléctrica aplastó el lunes uno de estos artefactos. La búsqueda se inició inmediatamente y, aunque se ignora cuántas pudieron sembrar los soldados de Muamar el Gadafi, Human Rights Watch (HRW) denunció ayer que se han encontrado dos docenas de minas antipersona, prohibidas por un tratado internacional firmado en 1997, aunque no suscrito por el régimen del dictador.
Fueron desactivadas también 24 antitanque, legales aunque se viole a menudo la legislación humanitaria por su uso contra objetivos civiles. Esta ONG, laureada con el Nobel de la Paz por su campaña para la erradicación de estas armas, apeló al Ejército para que deje de utilizarlas. Tal apelación a Gadafi, que continúa bombardeando ciudades, es una petición a oídos sordos.
Ajdabiya fue conquistada el 17 de marzo por los militares libios, que durante 10 días provocaron serios destrozos en la ciudad que abre el camino a Cirenaica. En ese lapso enterraron las minas, según HRW. Los sublevados también cuentan con decenas de miles de ellas, después de que los depósitos del Ejército fueran abandonados en Bengasi al comienzo de la revuelta. Han prometido que no las usarán.
La guerra en Libia se estancó ayer en torno a la ciudad petrolera de Brega, 230 kilómetros al suroeste de Bengasi. El bando rebelde no avanza porque no puede, dado su raquítico armamento. Las fuerzas de Gadafi, bien adiestradas, porque parecen hacer la guerra con sentido, asegurando posiciones antes de seguir hacia delante. Las dos partes coinciden en estar bien atentas a quien en realidad tiene capacidad para dar un golpe sobre la mesa, aunque no tenga interés alguno en hacerlo: la OTAN, que ayer asumió el mando de las operaciones.
Los aviones de la OTAN han efectuado hasta ahora 178 salidas, 74 de ellas relacionadas con ataques a objetivos, desde que la organización asumió ayer el mando de todas las operaciones sobre Libia. Además, dos buques fueron detenidos para que informaran sobre su destino y carga, dentro de las operaciones navales de control del embargo de armas y mercenarios, aunque no fue necesario realizar abordajes.
Ajdabiya, El País
Las fuerzas del líder libio, Muamar el Gadafi, están atacando de forma intensa con artillería pesada zonas residenciales de Misrata, a unos 200 kilómetros al este de Trípoli. El portavoz de los revolucionarios, Mustafa Geriani, ha explicado a EFE por teléfono que "los partidarios del régimen están bombardeando intensamente con obuses áreas habitadas de Misrata". Además de los bombardeos, hay francotiradores en las azoteas de las viviendas.
El representante rebelde ha asegurado desde Bengasi, capital de los sublevados contra el régimen de Gadafi, que Zintan, en el oeste del país y cerca de la frontera con Túnez, también está siendo atacada de forma implacable. Geriani ha agregado que desconocen el número de víctimas que se han registrado en ambas ciudades porque "las comunicaciones están fallando", aunque ha reiterado que la situación es crítica en esta localidad.
Misrata y Zintan han sido dos de las ciudades más castigadas por la artillería de las tropas leales a Gadafi durante las últimas dos semanas. Ya esta mañana Misrata se convirtió en el objetivo de los fieles a Gadafi. El Ejército libio ha intensificado en las últimas horas los bombardeos. Los mercenarios del régimen están asaltando tiendas y viviendas en el centro de la ciudad, según esta fuente. "Están empleando tanques, lanzacohetes, morteros y otros proyectiles contra la ciudad. Ha sido un bombardeo aleatorio y muy intenso", ha explicado este guerrillero por teléfono. "El lugar está irreconocible. La destrucción no se puede describir con palabras". "Disparan contra todos, incluidos civiles en sus casas. Espero que Alá nos proteja".
Además de Misrata y Zintan, Sirte también está sufriendo los efectos de la guerra. El vicario apostólico en Libia, el obispo Giovanni Innocenzo Martinelli, ha asegurado que ocho civiles, entre ellos varias mujeres y niños, han muerto en los bombardeos aliados, en los que también perdieron la vida 40 militares del régimen de Gadafi. "Los efectos de la guerra se notan. Los bombardeos de la OTAN en la ciudad de Sirte -donde nació Gadafi- se han cobrado otras ocho víctimas, sobre todo mujeres y niños, además de 40 militares de Gadafi", ha contado Martinelli a la agencia vaticana Asianews .
Los rebeldes comienzan a recibir entrenamiento táctico
La temeridad y falta de disciplina que lastran a los rebeldes frente a la jerarquía y mando que gobiernan a las tropas leales a Gadafi es una de las claves para entender el conflicto libio. Los alzados contra el dictador han sufrido un severo retroceso militar desde que hace dos días los aviones de la coalición dejaron de bombardear posiciones de Gadafi. Ellos, por sí mismos, se ven incapaces de ganar territorio y conservarlo frente al embate de los tanques y artillería del régimen. Una señal más de su carácter anárquico que los aleja de ser un Ejército regular equiparable al del enemigo.
Pero eso podría estar cambiando. En paralelo a la decisión de Estados Unidos de desplegar a agentes de la CIA sobre el terreno para recabar información y adiestrar a los insurgentes en el uso de armamento y disciplina militar, las noticias que llegan del frente aseguran que los rebeldes empiezan a contar con mandos con mayor conocimiento de tácticas militares que están entrenando a los combatientes de menor rango. Además, el acceso a la primera línea de combate se restringe a aquellos que portan arsenal potente de largo alcance. Los milicianos que llevan consigo únicamente armas automáticas, blancas o sencillamente van desarmados tendrán que permanecer en la retaguardia. Son un blanco fácil para el enemigo y su contribución es más bien escasa.
Este giro en la estrategia rebelde ha sido relatado a la agencia Reuters por un combatiente desplegado en las proximidades de Ajdabiya, la puerta de entrada a Bengasi. "Solo aquellos con armas de largo alcance pueden ir al frente. El acceso de civiles está prohibido", ha dicho Ahmed Zaitoun, un voluntario que integra una brigada que ha recibido más entrenamiento que la mayoría.
"Hoy tenemos a oficiales con nosotros. Antes íbamos solos al frente", explica Zaitoum mientras señala a un joven retenido en un puesto de control quejándose por no poder secundar la batalla. "Él es un chico joven y no tiene armas. ¿Qué va a hacer allí arriba?", se pregunta. Este nuevo enfoque tendrá que ser puesto a prueba los próximos días para ver si resulta en una mejora para los sublevados, obligados a replegarse hacia Bengasi y que combaten por no perder el control de Brega y Ajdabiya, las dos ciudades anteriores en la carretera costera que culmina en Bengasi. En la carretera que conecta esa ciudad con Ajdabiya, se pueden ver en las últimas horas trincheras con nidos de ametralladora protegidos con sacos de arena, la primera señal de una defensa bien organizada de Bengasi, la joya y baluarte de la rebelión libia.
Por su parte, el Gobierno provisional de los rebeldes libios ha revelado que ha firmado un acuerdo con Catar para exportar crudo y que en estos momentos tienen una capacidad para producir un millón de barriles a la semana. El "ministro de Petróleo" del Consejo Nacional Transitorio Interino, Alí Tahur, ha dicho en una rueda de prensa en Bengasi que "Catar ha acordado embarcar el petróleo y comercializarlo". Tahur ha explicado que el crudo se extrae en la actualidad de los campos del sureste y de las áreas "liberadas" y que pueden producir más de 100.000 barriles al día.
Manifestación en Bengasi
Miles de personas se han manifestado en la plaza de los juzgados de Bengasi para pedir la caída del régimen y demostrar que no hay militantes de Al Qaeda en las filas rebeldes. Desde primera hora de la mañana, centenares de personas se han dirigido a la céntrica plaza, frente al mar Mediterráneo, pertrechados con banderas tricolor -rojo, negro y verde- de la época monárquica, pese a que el día lluvioso no acompañaba para estar al aire libre.
Muchos llevaban también enseñas francesas, cataríes, estadounidenses, libanesas, canadienses y británicas. Como ya es habitual, la protesta comenzó con el rezo musulmán del viernes en el que el imán que encabezó la oración habló del conflicto que se está desarrollando en el país. El líder libio, Muamar Gadafi, "es un problema para Libia, queremos una Libia libre", ha asegurado el imán, que ha subrayado que "los que están con Gadafi no serán parte de la solución". "Viva la Libia libre, tenemos armas para defendernos de su Ejército (de Gadafi)", ha agregado el religioso.
Tras el rezo comenzó la protesta en la que los manifestantes gritaron lemas como "no hay más dios que Alá", "levanta la cabeza, Libia libre" y "no Al Qaeda, no terroristas, sí jóvenes".
Pero lo que siguen añorando los rebeldes es la ayuda que les brindan desde el cielo los aviones europeos. Ayuda que se ha frenado abruptamente. Mientras, Estados Unidos, Francia y Reino Unido, que han liderado los ataques aéreos, debaten sobre la posiblidad de armar a las milicias antigadafi. Pero esa alternativa sigue a día de hoy lejos de ser una realidad. Barack Obama no quiere suministrar armamento a los opositores mientras no recabe información exacta sobre quiénes son y cuáles son sus verdaderos objetivos. Experiencias previas en Afganistán resultaron desastrosas.
El Ejército siembra de minas la costa libia
Los milicianos y los ciudadanos de Libia oriental tienen otro motivo de preocupación: las minas. En los alrededores de Ajdabiya, y a pocos metros de la carretera que enlaza esta ciudad con Bengasi, el vehículo de unos trabajadores de una compañía eléctrica aplastó el lunes uno de estos artefactos. La búsqueda se inició inmediatamente y, aunque se ignora cuántas pudieron sembrar los soldados de Muamar el Gadafi, Human Rights Watch (HRW) denunció ayer que se han encontrado dos docenas de minas antipersona, prohibidas por un tratado internacional firmado en 1997, aunque no suscrito por el régimen del dictador.
Fueron desactivadas también 24 antitanque, legales aunque se viole a menudo la legislación humanitaria por su uso contra objetivos civiles. Esta ONG, laureada con el Nobel de la Paz por su campaña para la erradicación de estas armas, apeló al Ejército para que deje de utilizarlas. Tal apelación a Gadafi, que continúa bombardeando ciudades, es una petición a oídos sordos.
Ajdabiya fue conquistada el 17 de marzo por los militares libios, que durante 10 días provocaron serios destrozos en la ciudad que abre el camino a Cirenaica. En ese lapso enterraron las minas, según HRW. Los sublevados también cuentan con decenas de miles de ellas, después de que los depósitos del Ejército fueran abandonados en Bengasi al comienzo de la revuelta. Han prometido que no las usarán.
La guerra en Libia se estancó ayer en torno a la ciudad petrolera de Brega, 230 kilómetros al suroeste de Bengasi. El bando rebelde no avanza porque no puede, dado su raquítico armamento. Las fuerzas de Gadafi, bien adiestradas, porque parecen hacer la guerra con sentido, asegurando posiciones antes de seguir hacia delante. Las dos partes coinciden en estar bien atentas a quien en realidad tiene capacidad para dar un golpe sobre la mesa, aunque no tenga interés alguno en hacerlo: la OTAN, que ayer asumió el mando de las operaciones.
Los aviones de la OTAN han efectuado hasta ahora 178 salidas, 74 de ellas relacionadas con ataques a objetivos, desde que la organización asumió ayer el mando de todas las operaciones sobre Libia. Además, dos buques fueron detenidos para que informaran sobre su destino y carga, dentro de las operaciones navales de control del embargo de armas y mercenarios, aunque no fue necesario realizar abordajes.