La cámara baja de EE.UU. aprueba el presupuesto para el resto de año fiscal 2011
Washington, Agencias
El presidente Barack Obama reiteró hoy que EE.UU. afrontará "decisiones difíciles" para controlar el gasto público, al inicio de una reunión con los líderes de su comisión fiscal bipartidista para reducir el déficit a largo plazo.
La comisión fiscal, encabezada por Erskine Bowles y Alan Simpson, estableció un marco que contribuyó ideas al plan que el miércoles presentó el mandatario estadounidense para recortar el déficit.
"Como ambos señalaron en su esfuerzo bipartidista, es importante que pongamos todo sobre la mesa. Tenemos que tomar algunas decisiones difíciles en lo que se refiere al gasto doméstico", explicó Obama, al inicio de la reunión en la Casa Blanca.
Ese "todo" incluye, según Obama, los gastos de seguridad y una posible reforma tributaria para que el sistema sea "más simple y más justo" y se utilice como una "herramienta" para reducir el déficit.
Obama reiteró que todos los estadounidenses tendrán que hacer sacrificios para "poner nuestra casa en orden", porque no es "apropiado" hacer excepciones para el 2 por ciento de estadounidenses que están en las mejores condiciones económicas.
Así, el propósito de la reunión privada es recabar ideas sobre cómo avanzar para resolver los asuntos más apremiantes de la crisis fiscal del país, según explicó Obama.
Aunque el vicepresidente Joe Biden liderará las negociaciones con ambos partidos en el Congreso, "necesitaremos la ayuda de ciudadanos que han prestado servicio al país de forma extraordinaria en el pasado y continúan haciéndolo en su tiempo libre", dijo Obama.
El mandatario se reúne con Bowles y Simpson horas antes de que el Congreso inicie la votación del presupuesto para el año fiscal 2011, pactado la semana pasada tras intensas negociaciones para conjurar el primer cierre parcial del Gobierno desde 1995.
El miércoles, durante un discurso político en la Universidad de George Washington, de corte altamente partidista, Obama fijó junio próximo como plazo para que demócratas y republicanos del Congreso logren un consenso bipartidista para reducir el déficit federal.
El plazo establecido por Obama en la búsqueda de un acuerdo fiscal, con un diálogo que deberá arrancar a principios de mayo y terminar a fines de junio, servirá de antesala para las negociaciones sobre la salud fiscal del país a largo plazo.
El recetario del mandatario, que se apoya en varias recomendaciones de la comisión liderada por Bowles y Simpson, busca reducir el déficit por cuatro billones de dólares en 12 años, mediante recortes al gasto público y un aumento de los impuestos a los ricos.
El plan de Obama sirve de contrapropuesta a la que han ofrecido los republicanos y que, a su juicio, perjudica a los ancianos y pobres mientras favorece a los más ricos.
El plan, sin embargo, de inmediato fue rechazado por los republicanos en el Congreso, que consideran que su idea de incrementar los impuestos a los ricos es mala y no sirve siquiera para arrancar el diálogo sobre cómo sanear el presupuesto federal.
La Cámara de Representantes prevé someter a debate y votación la propuesta presupuestaria republicana para el año fiscal 2012, que comienza en octubre próximo y que incluye recortes por seis billones de dólares en la próxima década.
El presidente Barack Obama reiteró hoy que EE.UU. afrontará "decisiones difíciles" para controlar el gasto público, al inicio de una reunión con los líderes de su comisión fiscal bipartidista para reducir el déficit a largo plazo.
La comisión fiscal, encabezada por Erskine Bowles y Alan Simpson, estableció un marco que contribuyó ideas al plan que el miércoles presentó el mandatario estadounidense para recortar el déficit.
"Como ambos señalaron en su esfuerzo bipartidista, es importante que pongamos todo sobre la mesa. Tenemos que tomar algunas decisiones difíciles en lo que se refiere al gasto doméstico", explicó Obama, al inicio de la reunión en la Casa Blanca.
Ese "todo" incluye, según Obama, los gastos de seguridad y una posible reforma tributaria para que el sistema sea "más simple y más justo" y se utilice como una "herramienta" para reducir el déficit.
Obama reiteró que todos los estadounidenses tendrán que hacer sacrificios para "poner nuestra casa en orden", porque no es "apropiado" hacer excepciones para el 2 por ciento de estadounidenses que están en las mejores condiciones económicas.
Así, el propósito de la reunión privada es recabar ideas sobre cómo avanzar para resolver los asuntos más apremiantes de la crisis fiscal del país, según explicó Obama.
Aunque el vicepresidente Joe Biden liderará las negociaciones con ambos partidos en el Congreso, "necesitaremos la ayuda de ciudadanos que han prestado servicio al país de forma extraordinaria en el pasado y continúan haciéndolo en su tiempo libre", dijo Obama.
El mandatario se reúne con Bowles y Simpson horas antes de que el Congreso inicie la votación del presupuesto para el año fiscal 2011, pactado la semana pasada tras intensas negociaciones para conjurar el primer cierre parcial del Gobierno desde 1995.
El miércoles, durante un discurso político en la Universidad de George Washington, de corte altamente partidista, Obama fijó junio próximo como plazo para que demócratas y republicanos del Congreso logren un consenso bipartidista para reducir el déficit federal.
El plazo establecido por Obama en la búsqueda de un acuerdo fiscal, con un diálogo que deberá arrancar a principios de mayo y terminar a fines de junio, servirá de antesala para las negociaciones sobre la salud fiscal del país a largo plazo.
El recetario del mandatario, que se apoya en varias recomendaciones de la comisión liderada por Bowles y Simpson, busca reducir el déficit por cuatro billones de dólares en 12 años, mediante recortes al gasto público y un aumento de los impuestos a los ricos.
El plan de Obama sirve de contrapropuesta a la que han ofrecido los republicanos y que, a su juicio, perjudica a los ancianos y pobres mientras favorece a los más ricos.
El plan, sin embargo, de inmediato fue rechazado por los republicanos en el Congreso, que consideran que su idea de incrementar los impuestos a los ricos es mala y no sirve siquiera para arrancar el diálogo sobre cómo sanear el presupuesto federal.
La Cámara de Representantes prevé someter a debate y votación la propuesta presupuestaria republicana para el año fiscal 2012, que comienza en octubre próximo y que incluye recortes por seis billones de dólares en la próxima década.