Japón: Crisis nuclear tomará años y una fortuna para solucionarse

Tokio, Agencias
Una vez que el complejo nuclear japonés deje de despedir radiación y sus reactores se enfríen, restablecer la seguridad del lugar y remover el equipo arruinado va a ser una verdadera odisea que podría tomar décadas y costar cientos de millones de dólares.

La radiación ha cubierto el área en torno de la planta Dai-ichi, de Fukushima, y partes del complejo, lo que dificulta más que nunca la tarea de desactivar la planta para que no amenace la salud pública y el ambiente.

Toshiba Corp., que suministró cuatro de los seis reactores de Fukushima, incluso dos en los que colaboró General Electric Co., entregó la semana pasada un plan al operador de la planta para sacar de servicio los reactores averiados. El estudio, efectuado junto con otras tres compañías, proyecta que tomará unos diez años remover los cátodos de combustible y los reactores que contienen otra radiactividad en el lugar, dijo Keisuke Omori, de Toshiba.

Ese plan de desactivación es mucho más rápido que los de otros accidentes nucleares pero contiene una salvedad importante: primero se deben estabilizar y enfriar los reactores, objetivos que han eludido a los equipos de emergencia que enfrentaron un sinfín de problemas en el mes desde que una ola gigantesca dañó los sistemas de enfriamiento. Omori dijo que todavía hay que evaluar la magnitud del daño a los reactores y otros problemas.

"Sacar de servicio los cuatro reactores sería más exigente que retirar uno en una operación ordinaria. Todavía tenemos mucho que examinar", dijo Omori. No quiso dar detalles de los costos y el calendario por cuestión de confidencialidad comercial.

Resolver pronto la crisis de Fukushima daría impulso a una nación que trata de recuperarse de los graves desastres del terremoto y la ola gigante, que obligaron a evacuar a decenas de miles de personas cerca de la planta y albergarlas en refugios sin perspectivas de regresar a sus hogares.

"Podría tomar décadas. Todos tendremos que mudarnos", se lamentó Hitomi Motouchi, de 36 años, quien abandonó su hogar en los límites de la zona de evacuación y que está viviendo en un gimnasio en la ciudad de Fukushima. Al contrario que los refugiados de la ola gigante que podrían volver a reconstruir sus comunidades, "para nosotros es diferente porque este desastre podría no terminar nunca", opinó Motouchi.

Sacar de servicio un reactor suele tomar tres formas: desmantelar o descontaminar partes de los reactores para poder usar el terreno; sellar herméticamente y vigilar la planta nuclear mientras decae la radiación en su interior, y sepultar las partes radiactivas con concreto y acero.

Con tanta radiación filtrada, los expertos dicen que probablemente se utilizará una combinación de esos procedimientos en Fukushima. Una vez que se enfríen los reactores, las áreas altamente contaminadas podrían ser sepultadas vertiendo concreto por arriba y abriendo túneles debajo para insertar una placa gruesa a fin de impedir filtraciones. Otras áreas contaminadas podrían ser encerradas. Eso permitiría que la radiación decayera naturalmente, pero retrasaría tareas como desmantelar partes del complejo.

"La mejor solución es sepultar el lugar por 40, 50, 60 años", opinó Arnold Gundersen, quien escribió parte del manual sobre cómo dar de baja un reactor del Departamento de Energía de Estados Unidos y administra la compañía consultora ambiental Fairewinds Associates.

Un estudio de Fairewinds calcula que el costo de sacar de servicio la planta nuclear Yankee de Vermont, cuyos reactores son similares a los de Fukushima, podría exceder 1.000 millones de dólares. Gundersen dijo que la planta japonesa podría costar varias veces esa cifra.

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