El régimen libio se muestra dispuesto a negociar reformas pero no la salida de Gadafi
El Gobierno se enroca en la propuesta de una reforma política dirigida por el propio dictador. -El coronelreaparece en Trípoli para saludar a sus seguidores
Trípoli, El País
Después de dos semanas sin saber de él, Muamar Gadafi saludó este lunes por la noche a los simpatizantes reunidos en torno a su complejo residencial de Bab al Aziziya, en el sur de Trípoli, según unas imágenes mostradas por la televisión estatal. Gadafi sonreía y formaba una uve de la visctoria con los dedos. El gesto llegó mientras los medios desplazados en la capital esperaban una anunciada comparecencia ante la prensa de uno de los hijos del dirigente, Saif al Islam Gadafi. Esta no fue tal: el único en presentarse (Saif el Islam se reunió con la BBC) fue Mussa Ibrahim , el portavoz del régimen, que aseguró que el país está listo para una "solución política". Esta promesa, que suena en principio tan bien, fue inmediatamente matizada de la forma en la que suele hacerlo el régimen de Gadafi: transición y elecciones, sí, aseguró Musa, pero guiadas por el propio Gadafi.
Mussa insistió en que "debe ser el pueblo, y no la comunidad internacional, el único actor que decida" sobre el futuro político del mandatario . No parece entender el portavoz que, después de 41 años en el poder, el dictador no parece una figura legitimada para guiar ningún proceso democrático.
"Podemos aceptar cualquier sistema político, cualquier cambio: constitución, elecciones, cualquier cosa, pero el líder es quien tiene que sacar esto adelante. Esa es nuestra convicción", aseguró Ibrahim.
Acuerdo rebelde con Catar
El día de ayer trajo un revés importante para las aspiraciones de Gadafi. Los rebeldes han llegado a un acuerdo con Catar para recibir el nuevo armamento que precisan con urgencia, indicaron hoy a Efe fuentes de la dirección insurgente en Bengasi, el bastión de los sublevados.
Paralelamente la batalla sigue su curso con el objetivo de conseguir el control de la ciudad portuaria y petrolera de Brega, al este de Trípoli.
Trípoli, El País
Después de dos semanas sin saber de él, Muamar Gadafi saludó este lunes por la noche a los simpatizantes reunidos en torno a su complejo residencial de Bab al Aziziya, en el sur de Trípoli, según unas imágenes mostradas por la televisión estatal. Gadafi sonreía y formaba una uve de la visctoria con los dedos. El gesto llegó mientras los medios desplazados en la capital esperaban una anunciada comparecencia ante la prensa de uno de los hijos del dirigente, Saif al Islam Gadafi. Esta no fue tal: el único en presentarse (Saif el Islam se reunió con la BBC) fue Mussa Ibrahim , el portavoz del régimen, que aseguró que el país está listo para una "solución política". Esta promesa, que suena en principio tan bien, fue inmediatamente matizada de la forma en la que suele hacerlo el régimen de Gadafi: transición y elecciones, sí, aseguró Musa, pero guiadas por el propio Gadafi.
Mussa insistió en que "debe ser el pueblo, y no la comunidad internacional, el único actor que decida" sobre el futuro político del mandatario . No parece entender el portavoz que, después de 41 años en el poder, el dictador no parece una figura legitimada para guiar ningún proceso democrático.
"Podemos aceptar cualquier sistema político, cualquier cambio: constitución, elecciones, cualquier cosa, pero el líder es quien tiene que sacar esto adelante. Esa es nuestra convicción", aseguró Ibrahim.
Acuerdo rebelde con Catar
El día de ayer trajo un revés importante para las aspiraciones de Gadafi. Los rebeldes han llegado a un acuerdo con Catar para recibir el nuevo armamento que precisan con urgencia, indicaron hoy a Efe fuentes de la dirección insurgente en Bengasi, el bastión de los sublevados.
Paralelamente la batalla sigue su curso con el objetivo de conseguir el control de la ciudad portuaria y petrolera de Brega, al este de Trípoli.