Asesinado con una bomba lapa un policía en Irlanda del Norte
Fuentes policiales confirman que el explosivo encontrado es el que utilizan normalmente los disidentes republicanos del IRA
Londres, El País
Londres, El País
Un policía católico de 25 años que se había incorporado recientemente al Servicio de la Policía de Irlanda del Norte (PSNI en sus siglas en inglés) ha muerto por las heridas que le produjo el estallido de una bomba lapa colocada bajo su coche, muy cerca de su domicilio, en Omagh (County Tyrone, Irlanda del Norte). El artefacto estalló a las cuatro de la tarde (una hora más en la España peninsular) y el oficial falleció poco después allí mismo, sin que los vecinos que de inmediato acudieron a auxiliarle pudieran hacer nada por salvarle la vida.
Aunque nadie se ha atribuido el atentado y la policía aún no ha hecho públicas sus sospechas, se da por seguro que ha sido obra de disidentes republicanos y muy probablemente del IRA Continuidad, opuestos al proceso de paz en el Ulster. Los disidentes han puesto desde 2007 numerosas bombas lapa bajo los automóviles de agentes de la PSNI, aunque hasta hoy sin consecuencias mortales.
Los republicanos del Sinn Féin (brazo político del ya inactivo IRA Provisional) apoyan desde hace años a la policía de la provincia, que tradicionalmente actuaba como agente del sectarismo protestante frente a los católicos. Al asesinar a un joven policía católico, los disidentes intentan boicotear la transformación del cuerpo policial en un servicio aceptado por toda la población.
Es el primer atentado terrorista en Omagh desde que un coche bomba matara a 29 personas e hiriera a 220 en agosto de 1998, el último gran intento de los disidentes de hacer descarrilar el proceso de paz. Sus consecuencias fueron más bien las contrarias.
Pero los atentados aislados se han mantenido. En marzo de 2009 el IRA Continuidad asesinó a tiros a un policía en Armagh y dos días antes murieron también a tiros dos soldados en un cuartel de Antrim. Dos policías perdieron las piernas en sendos atentados con bomba lapa en mayo de 2008 y enero de 2010. Y los informes semestrales del equipo que controla la evolución de la actividad terrorista en Irlanda del Norte llevan meses alertando de la posibilidad de que algún día los disidentes consigan llevar a cabo un atentado de grandes dimensiones, quizás incluso en Gran Bretaña.
El asesinato del policía provocó de inmediato la repulsa de la clase política tanto en Belfast como en Londres y Dublín. "Le han matado porque representa la clase de progreso que se ha conseguido en Irlanda del Norte. Esta gente quiere matar y llevar a Irlanda del Norte atrás en el tiempo, a los tiempos oscuros", declaró el unionista del DUP Jeffrey Donaldson, que hasta no tanto tiempo dudaba de los beneficios del proceso de paz.
"El Sinn Féin está determinado a que los responsables de esto no lleven hacia atrás el progreso de la paz y el proceso político", declaró el líder de los republicanos, Gerry Adams. "Los que están detrás de esa violencia no tienen ningún mandato y actúan contra la voluntad democrática del pueblo de Irlanda, en el norte y en el sur", proclamó el ministro irlandés de Exteriores, Eamon Gilmore.
Aunque nadie se ha atribuido el atentado y la policía aún no ha hecho públicas sus sospechas, se da por seguro que ha sido obra de disidentes republicanos y muy probablemente del IRA Continuidad, opuestos al proceso de paz en el Ulster. Los disidentes han puesto desde 2007 numerosas bombas lapa bajo los automóviles de agentes de la PSNI, aunque hasta hoy sin consecuencias mortales.
Los republicanos del Sinn Féin (brazo político del ya inactivo IRA Provisional) apoyan desde hace años a la policía de la provincia, que tradicionalmente actuaba como agente del sectarismo protestante frente a los católicos. Al asesinar a un joven policía católico, los disidentes intentan boicotear la transformación del cuerpo policial en un servicio aceptado por toda la población.
Es el primer atentado terrorista en Omagh desde que un coche bomba matara a 29 personas e hiriera a 220 en agosto de 1998, el último gran intento de los disidentes de hacer descarrilar el proceso de paz. Sus consecuencias fueron más bien las contrarias.
Pero los atentados aislados se han mantenido. En marzo de 2009 el IRA Continuidad asesinó a tiros a un policía en Armagh y dos días antes murieron también a tiros dos soldados en un cuartel de Antrim. Dos policías perdieron las piernas en sendos atentados con bomba lapa en mayo de 2008 y enero de 2010. Y los informes semestrales del equipo que controla la evolución de la actividad terrorista en Irlanda del Norte llevan meses alertando de la posibilidad de que algún día los disidentes consigan llevar a cabo un atentado de grandes dimensiones, quizás incluso en Gran Bretaña.
El asesinato del policía provocó de inmediato la repulsa de la clase política tanto en Belfast como en Londres y Dublín. "Le han matado porque representa la clase de progreso que se ha conseguido en Irlanda del Norte. Esta gente quiere matar y llevar a Irlanda del Norte atrás en el tiempo, a los tiempos oscuros", declaró el unionista del DUP Jeffrey Donaldson, que hasta no tanto tiempo dudaba de los beneficios del proceso de paz.
"El Sinn Féin está determinado a que los responsables de esto no lleven hacia atrás el progreso de la paz y el proceso político", declaró el líder de los republicanos, Gerry Adams. "Los que están detrás de esa violencia no tienen ningún mandato y actúan contra la voluntad democrática del pueblo de Irlanda, en el norte y en el sur", proclamó el ministro irlandés de Exteriores, Eamon Gilmore.