Poligamia en los tiempos de Facebook
Los turcos buscan una segunda esposa en las redes sociales
Estambul, El País
Cuando Hanti Oncel, de profesión camionero, supo que en su pueblo habían abierto el primer cibercafé lo tuvo claro. Tras un viaje fallido a Siria en busca de una nueva esposa, el ciberespacio salía en su ayuda a 50 céntimos la hora de conexión. "Pensé que si la gente usaba Internet para encontrar amigos, yo podía hacer lo mismo para buscar esposa". A los pocos días, conoció a Mona, de Marruecos, a través de un chat. Después, cuatro meses de romance online y una propuesta de matrimonio que llevó a Mona hasta Turquía, donde reside desde hace un año junto a Oncel, la primera esposa y sus 11 retoños.
La llegada de Internet -y las redes sociales, como Facebook- a la pequeña localidad de casas de adobe ha revolucionado los hábitos matrimoniales. En vez de un largo viaje de éxito dudoso, los hombres de esta aldea del centro de Anatolia acuden al cibercafé a buscar compañera. Más barato y con menos riesgos. Las preferidas son las marroquíes, porque son musulmanas y no necesitan visado para entrar en Turquía, explica Oncel en un chat online. Hasta 10 matrimonios entre locales y marroquíes se han celebrado este año en el pueblo. Oncel asegura que Mona está encantada.
Según un estudio de la Universidad de Hacettepe, 200.000 mujeres comparten marido en Turquía a pesar de estar prohibido desde 1926. Estos matrimonios suelen concertarse entre familias cuando la primera mujer es estéril o la pareja no ha concebido un hijo varón. Las uniones suelen formalizarse en ceremonias religiosas oficiadas por imanes y no son reconocidas por el Estado, que solo valida el matrimonio civil.
"Normalmente, las mujeres aceptan la poligamia por la presión familiar o por creencias religiosas", explica la profesora Ilknur Yüksel Kaptanoglu, autora del estudio. Añade que las segundas esposas carecen de las protecciones legales básicas, lo que las hace más vulnerables a cualquier tipo de violencia. El informe destaca que hasta cinco millones de turcas se han casado antes de cumplir 18 años. "Las jóvenes esposas tienen menos oportunidades de encontrar trabajo", dice.
En muchos casos son las telenovelas turcas, muy populares en Oriente Próximo, las que inclinan la balanza. La imagen de hombres sensibles, pasionales y relativamente liberales de los héroes turcos, hace que coticen al alza. Issam Moussaoui, de la Asociación Democrática de Mujeres Marroquíes, recuerda que "los posters de los galanes turcos están en las habitaciones de casi todas las adolescentes del país".
Compartir marido no es algo que todas las árabes acepten. Otro estudio de la citada universidad muestra que el 89% de las turcas son contrarias a tal práctica. Mona y Once han pasado a formar parte del 4% de los turcos que practican la poligamia.
Estambul, El País
Cuando Hanti Oncel, de profesión camionero, supo que en su pueblo habían abierto el primer cibercafé lo tuvo claro. Tras un viaje fallido a Siria en busca de una nueva esposa, el ciberespacio salía en su ayuda a 50 céntimos la hora de conexión. "Pensé que si la gente usaba Internet para encontrar amigos, yo podía hacer lo mismo para buscar esposa". A los pocos días, conoció a Mona, de Marruecos, a través de un chat. Después, cuatro meses de romance online y una propuesta de matrimonio que llevó a Mona hasta Turquía, donde reside desde hace un año junto a Oncel, la primera esposa y sus 11 retoños.
La llegada de Internet -y las redes sociales, como Facebook- a la pequeña localidad de casas de adobe ha revolucionado los hábitos matrimoniales. En vez de un largo viaje de éxito dudoso, los hombres de esta aldea del centro de Anatolia acuden al cibercafé a buscar compañera. Más barato y con menos riesgos. Las preferidas son las marroquíes, porque son musulmanas y no necesitan visado para entrar en Turquía, explica Oncel en un chat online. Hasta 10 matrimonios entre locales y marroquíes se han celebrado este año en el pueblo. Oncel asegura que Mona está encantada.
Según un estudio de la Universidad de Hacettepe, 200.000 mujeres comparten marido en Turquía a pesar de estar prohibido desde 1926. Estos matrimonios suelen concertarse entre familias cuando la primera mujer es estéril o la pareja no ha concebido un hijo varón. Las uniones suelen formalizarse en ceremonias religiosas oficiadas por imanes y no son reconocidas por el Estado, que solo valida el matrimonio civil.
"Normalmente, las mujeres aceptan la poligamia por la presión familiar o por creencias religiosas", explica la profesora Ilknur Yüksel Kaptanoglu, autora del estudio. Añade que las segundas esposas carecen de las protecciones legales básicas, lo que las hace más vulnerables a cualquier tipo de violencia. El informe destaca que hasta cinco millones de turcas se han casado antes de cumplir 18 años. "Las jóvenes esposas tienen menos oportunidades de encontrar trabajo", dice.
En muchos casos son las telenovelas turcas, muy populares en Oriente Próximo, las que inclinan la balanza. La imagen de hombres sensibles, pasionales y relativamente liberales de los héroes turcos, hace que coticen al alza. Issam Moussaoui, de la Asociación Democrática de Mujeres Marroquíes, recuerda que "los posters de los galanes turcos están en las habitaciones de casi todas las adolescentes del país".
Compartir marido no es algo que todas las árabes acepten. Otro estudio de la citada universidad muestra que el 89% de las turcas son contrarias a tal práctica. Mona y Once han pasado a formar parte del 4% de los turcos que practican la poligamia.