Oposición en Bahréin busca ayuda de ONU y EEUU
Manama, Agencias
La oposición en Bahréin pidió el domingo la intervención de Naciones Unidas y Estados Unidos para frenar la represión gubernamental contra los manifestantes chiítas que tratan de relajar el control de la monarquía sobre el país, durante una protesta en la capital, que se disolvió antes de que llegara la policía.
Los 18 legisladores de oposición que protestaron el domingo ante las oficinas de la ONU en Manama renunciaron el mes pasado a fin de manifestar su descontento por la represión a la revuelta surgida hace un mes e inspirada por levantamientos prodemocráticos en el mundo árabe.
El rey de Bahréin declaró la ley marcial la semana pasada, y una fuerza militar encabezada por efectivos saudíes y conformada por soldados de otras naciones del Golfo Pérsico se encontraba en el país, para apoyar a la monarquía sunita.
En la protesta de cinco minutos, los legisladores convocaron a la ONU a frenar la violencia contra los manifestantes y a mediar en las conversaciones entre la oposición y la monarquía. Pidieron también que Estados Unidos presione a las fuerzas del Golfo Pérsico para que se marchen de Bahréin.
"Ellos deben regresar a casa. No hay necesidad de que estén aquí dado que éste es un problema político, no militar", dijo Jasim Hussein, ex miembro del parlamento de Al Wefak, el grupo chiíta más grande del país.
La fuerza del Golfo pone de manifiesto las preocupaciones sobre la estabilidad de Bahréin, entre los reyes y jeques sunitas de la región, quienes temen que cualquier caída de los líderes en esta pequeña nación aliente desafíos contra sus propios regímenes y abra la puerta al fortalecimiento de Irán, de mayoría chiíta.
Irán ha condenado la presencia de la fuerza del Golfo en Bahréin.
La oposición en Bahréin pidió el domingo la intervención de Naciones Unidas y Estados Unidos para frenar la represión gubernamental contra los manifestantes chiítas que tratan de relajar el control de la monarquía sobre el país, durante una protesta en la capital, que se disolvió antes de que llegara la policía.
Los 18 legisladores de oposición que protestaron el domingo ante las oficinas de la ONU en Manama renunciaron el mes pasado a fin de manifestar su descontento por la represión a la revuelta surgida hace un mes e inspirada por levantamientos prodemocráticos en el mundo árabe.
El rey de Bahréin declaró la ley marcial la semana pasada, y una fuerza militar encabezada por efectivos saudíes y conformada por soldados de otras naciones del Golfo Pérsico se encontraba en el país, para apoyar a la monarquía sunita.
En la protesta de cinco minutos, los legisladores convocaron a la ONU a frenar la violencia contra los manifestantes y a mediar en las conversaciones entre la oposición y la monarquía. Pidieron también que Estados Unidos presione a las fuerzas del Golfo Pérsico para que se marchen de Bahréin.
"Ellos deben regresar a casa. No hay necesidad de que estén aquí dado que éste es un problema político, no militar", dijo Jasim Hussein, ex miembro del parlamento de Al Wefak, el grupo chiíta más grande del país.
La fuerza del Golfo pone de manifiesto las preocupaciones sobre la estabilidad de Bahréin, entre los reyes y jeques sunitas de la región, quienes temen que cualquier caída de los líderes en esta pequeña nación aliente desafíos contra sus propios regímenes y abra la puerta al fortalecimiento de Irán, de mayoría chiíta.
Irán ha condenado la presencia de la fuerza del Golfo en Bahréin.