Occidente estrecha el cerco a Gadafi y toma el pulso a la oposición
La OTAN y la Unión Europea (UE) aumentaron este jueves la presión sobre el coronel Muamar Gadafi, sin decidir por ahora una acción militar en Libia, al tiempo que abrieron la vía al diálogo con la oposición, que París reconoció como "representante legítimo" del pueblo libio.
Reunidos a nivel de ministros de Defensa en Bruselas, los países de la OTAN se dijeron "prestos a ayudar" al pueblo libio y, admitiendo que el "tiempo apremia", decidieron reforzar la vigilancia por mar y aire sobre Libia.
No obstante, rechazaron a estas alturas lanzar una acción militar para frenar la ofensiva de las fuerzas de Gadafi contra los opositores, al condicionarla a una "necesidad demostrable, un claro mandato y un fuerte apoyo regional", resumió el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen.
La posibilidad de que la Alianza Atlántica imponga una zona de exclusión aérea en Libia para impedir a los aviones de Gadafi bombardear a su propio pueblo quedó también "supeditada a un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU", y a un apoyo del mundo árabe, reafirmó Rasmussen.
Ese tipo de operación es muy compleja puesto que primeramente se requiere neutralizar todas las defensas antiaéreas del régimen libio para que los aviones de una eventual fuerza internacional operen con los mínimos riesgos posibles.
Francia y Gran Bretaña presentaron la semana pasada un proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad para aprobar una zona de exclusión aérea, pero China y Rusia, dos miembros permanentes con derecho a veto, se oponen a una medida que consideran asimilable a una injerencia extranjera.
En el seno de la OTAN, los ministros de Defensa acordaron reforzar su presencia marítima en el Mediterráneo central, que por ahora servirá únicamente para vigilar el cumplimiento del embargo de armas sobre Libia, a la espera de que la ONU les de un posible mandato para poder intervenir en caso necesario.
Los aliados ampliaron además de 10 a 24 horas diarias la vigilancia que ejercen los aviones-radares AWACS, que desde 2009 patrullan la región cercana a Libia en el marco de la lucha antiterrorista.
Fuentes cercanas a la presidencia francesa señalaron por otro lado que el jefe de Estado, Nicolas Sarkozy, propondrá el viernes en una cumbre de la UE en Bruselas sobre Libia efectuar "ataques aéreos selectivos" contra el país norafricano. La presidencia francesa no confirmó esa información.
En el marco de la UE, Alemania se muestra muy reticente a cualquier opción militar, mientras que Washington, todavía embarcado en Irak y Afganistán, aboga por que cualquier decisión se tome en el marco de la OTAN.
Gadafi prometió dar batalla si la comunidad internacional impone una zona de exclusión aérea, reclamada en cambio por Mustafá Abdeljalil, líder del opositor Consejo Nacional de Transición (CNT).
El CNT fue reconocido este jueves como el único "representante legítimo del pueblo libio" por el Gobierno francés, que pidió a la UE que inicie con él un diálogo.
España admitió mantener contactos con el CNT pero abogó por que toda decisión sobre su reconocimiento "se tome en el marco de la UE", según la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, que participó en una reunión en Bruselas preparatoria de la cumbre de los líderes de los 27 países miembros el viernes sobre Libia.
El jefe de la diplomacia portuguesa, Luis Amado, que el miércoles se reunió en Lisboa con un emisario de Muamar Gadafi así como con representantes de la oposición, aseguró haber transmitido el mensaje de que el régimen libio "está acabado".
Reunidos a nivel de ministros de Defensa en Bruselas, los países de la OTAN se dijeron "prestos a ayudar" al pueblo libio y, admitiendo que el "tiempo apremia", decidieron reforzar la vigilancia por mar y aire sobre Libia.
No obstante, rechazaron a estas alturas lanzar una acción militar para frenar la ofensiva de las fuerzas de Gadafi contra los opositores, al condicionarla a una "necesidad demostrable, un claro mandato y un fuerte apoyo regional", resumió el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen.
La posibilidad de que la Alianza Atlántica imponga una zona de exclusión aérea en Libia para impedir a los aviones de Gadafi bombardear a su propio pueblo quedó también "supeditada a un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU", y a un apoyo del mundo árabe, reafirmó Rasmussen.
Ese tipo de operación es muy compleja puesto que primeramente se requiere neutralizar todas las defensas antiaéreas del régimen libio para que los aviones de una eventual fuerza internacional operen con los mínimos riesgos posibles.
Francia y Gran Bretaña presentaron la semana pasada un proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad para aprobar una zona de exclusión aérea, pero China y Rusia, dos miembros permanentes con derecho a veto, se oponen a una medida que consideran asimilable a una injerencia extranjera.
En el seno de la OTAN, los ministros de Defensa acordaron reforzar su presencia marítima en el Mediterráneo central, que por ahora servirá únicamente para vigilar el cumplimiento del embargo de armas sobre Libia, a la espera de que la ONU les de un posible mandato para poder intervenir en caso necesario.
Los aliados ampliaron además de 10 a 24 horas diarias la vigilancia que ejercen los aviones-radares AWACS, que desde 2009 patrullan la región cercana a Libia en el marco de la lucha antiterrorista.
Fuentes cercanas a la presidencia francesa señalaron por otro lado que el jefe de Estado, Nicolas Sarkozy, propondrá el viernes en una cumbre de la UE en Bruselas sobre Libia efectuar "ataques aéreos selectivos" contra el país norafricano. La presidencia francesa no confirmó esa información.
En el marco de la UE, Alemania se muestra muy reticente a cualquier opción militar, mientras que Washington, todavía embarcado en Irak y Afganistán, aboga por que cualquier decisión se tome en el marco de la OTAN.
Gadafi prometió dar batalla si la comunidad internacional impone una zona de exclusión aérea, reclamada en cambio por Mustafá Abdeljalil, líder del opositor Consejo Nacional de Transición (CNT).
El CNT fue reconocido este jueves como el único "representante legítimo del pueblo libio" por el Gobierno francés, que pidió a la UE que inicie con él un diálogo.
España admitió mantener contactos con el CNT pero abogó por que toda decisión sobre su reconocimiento "se tome en el marco de la UE", según la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, que participó en una reunión en Bruselas preparatoria de la cumbre de los líderes de los 27 países miembros el viernes sobre Libia.
El jefe de la diplomacia portuguesa, Luis Amado, que el miércoles se reunió en Lisboa con un emisario de Muamar Gadafi así como con representantes de la oposición, aseguró haber transmitido el mensaje de que el régimen libio "está acabado".