Nueva alerta por humo en la central nuclear japonesa de Fukushima
Tokio, Agencias
Una humareda blanca salía este lunes por la tarde del reactor número 2 de la central nuclear de Fukushima, al noreste de Japón, después de otro incidente similar en el número 3, que obligó a evacuar de una parte del personal que lucha para evitar una catástrofe mayor.
Se trata de los primeros incidentes destacables desde el miércoles en la central de Fukushima Daiichi (N°1), gravemente dañada por el sismo y el tsunami del 11 de marzo.
"A las 15h55 (06h55 GMT de este lunes), recibimos un informe de la central que indicaba que humo gris salía del techo del reactor número 3", declaró el operador de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO). "Ordenamos la evacuación de los obreros que se encontraban cerca", agregó. Pocas horas después, TEPCO comunicaba que había dejado de salir humo gris del reactor número 3, pero al mismo tiempo, anunciaba que se veía una humareda blanca en el número 2.
El reactor número 3 es el que más temor provoca debido a que contiene combustible MOX, una mezcla de óxidos de plutonio y de uranio a partir de productos reciclados, cuyas partículas son consideradas más nocivas que las de combustible a base de uranio.
La semana pasada, la parte superior de su estructura quedó completamente destruida por una fuerte explosión debido a una acumulación de hidrógeno. El primer ministro japonés, Naoto Kan, dijo este lunes que la situación en la dañada planta nuclear de Fukushima (noreste) estaba mejorando poco a poco.
Los esfuerzos llevados a cabo permiten que la situación mejore lenta pero regularmente, añadió. Los seis reactores fueron conectados a una alimentación eléctrica, pero el material debe ser probado antes por los técnicos para evitar un cortocircuito. Según la televisión pública NHK, estas verificaciones podrían tardar aún dos a tres días.
El sistema de enfriamiento del reactor 5, que se hallaba detenido para una revisión durante el sismo y en el que no se produjo una explosión, funcionaba normalmente este lunes. Un responsable de la Agencia de seguridad nuclear anunció que la sala de control del reactor 2 podría ser otra vez puesta en servicio a partir de este lunes.
La población se mantenía sin embargo alerta, en particular los 35 millones de habitantes de la región de Tokio, que temen que el viento del norte que sopla sobre la central traiga sustancias radiactivas hasta la capital, a unos 250 kilómetros al suroeste.
Las autoridades prohibieron la venta de leche y de dos tipos de verduras producidas en cuatro prefecturas cercanas a la accidentada central nuclear de Fukushima, debido a un nivel de radiactividad anormalmente elevado, aunque "no peligroso para la salud humana", anunció un portavoz del gobierno.
El gobierno intenta tranquilizar a la población y reiteró que el nivel de radioactividad presente en la lluvia, el agua del grifo o en algunos alimentos en regiones cercanas a la central no suponen una amenaza para la salud.
En la costa del Pacífico del noreste, devastada por un sismo de magnitud 9 y por un tsunami de varios metros de alto, los socorristas proseguían su labor, bajo la lluvia, aunque la esperanza de hallar a supervivientes diez días después de la catástrofe sea prácticamente nula. El balance, siempre provisional, se acercaba a los 22.000 muertos y desaparecidos, de los cuales 8.649 fallecimientos confirmados por la policía.
El mal tiempo obligó al primer ministro Kan a renunciar a una visita a la devastada ciudad de Ishinomaki, donde milagrosamente fueron hallados el domingo una mujer de 80 años y su nieto de 16, tras haber pasado nueve días bajo los escombros de su cocina, alimentándose de yogures, pasteles, agua y refrescos.
A la espera de que se reanude el funcionamiento de los reactores de la central, los soldados y los bomberos seguían regando los reactores con mangueras a presión, para enfriar el combustible y evitar la expulsión de importantes cantidades de radioactividad en la atmósfera.
El gobierno anunció Fukushima Daiichi (N°1) sería definitivamente cerrada tras la resolución de esta crisis. Según el diario Asahi Shimbun, el operador de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO) prevé unos 10 años de trabajo para desmantelar completamente la central, debido al elevado nivel de radiaciones.
Una humareda blanca salía este lunes por la tarde del reactor número 2 de la central nuclear de Fukushima, al noreste de Japón, después de otro incidente similar en el número 3, que obligó a evacuar de una parte del personal que lucha para evitar una catástrofe mayor.
Se trata de los primeros incidentes destacables desde el miércoles en la central de Fukushima Daiichi (N°1), gravemente dañada por el sismo y el tsunami del 11 de marzo.
"A las 15h55 (06h55 GMT de este lunes), recibimos un informe de la central que indicaba que humo gris salía del techo del reactor número 3", declaró el operador de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO). "Ordenamos la evacuación de los obreros que se encontraban cerca", agregó. Pocas horas después, TEPCO comunicaba que había dejado de salir humo gris del reactor número 3, pero al mismo tiempo, anunciaba que se veía una humareda blanca en el número 2.
El reactor número 3 es el que más temor provoca debido a que contiene combustible MOX, una mezcla de óxidos de plutonio y de uranio a partir de productos reciclados, cuyas partículas son consideradas más nocivas que las de combustible a base de uranio.
La semana pasada, la parte superior de su estructura quedó completamente destruida por una fuerte explosión debido a una acumulación de hidrógeno. El primer ministro japonés, Naoto Kan, dijo este lunes que la situación en la dañada planta nuclear de Fukushima (noreste) estaba mejorando poco a poco.
Los esfuerzos llevados a cabo permiten que la situación mejore lenta pero regularmente, añadió. Los seis reactores fueron conectados a una alimentación eléctrica, pero el material debe ser probado antes por los técnicos para evitar un cortocircuito. Según la televisión pública NHK, estas verificaciones podrían tardar aún dos a tres días.
El sistema de enfriamiento del reactor 5, que se hallaba detenido para una revisión durante el sismo y en el que no se produjo una explosión, funcionaba normalmente este lunes. Un responsable de la Agencia de seguridad nuclear anunció que la sala de control del reactor 2 podría ser otra vez puesta en servicio a partir de este lunes.
La población se mantenía sin embargo alerta, en particular los 35 millones de habitantes de la región de Tokio, que temen que el viento del norte que sopla sobre la central traiga sustancias radiactivas hasta la capital, a unos 250 kilómetros al suroeste.
Las autoridades prohibieron la venta de leche y de dos tipos de verduras producidas en cuatro prefecturas cercanas a la accidentada central nuclear de Fukushima, debido a un nivel de radiactividad anormalmente elevado, aunque "no peligroso para la salud humana", anunció un portavoz del gobierno.
El gobierno intenta tranquilizar a la población y reiteró que el nivel de radioactividad presente en la lluvia, el agua del grifo o en algunos alimentos en regiones cercanas a la central no suponen una amenaza para la salud.
En la costa del Pacífico del noreste, devastada por un sismo de magnitud 9 y por un tsunami de varios metros de alto, los socorristas proseguían su labor, bajo la lluvia, aunque la esperanza de hallar a supervivientes diez días después de la catástrofe sea prácticamente nula. El balance, siempre provisional, se acercaba a los 22.000 muertos y desaparecidos, de los cuales 8.649 fallecimientos confirmados por la policía.
El mal tiempo obligó al primer ministro Kan a renunciar a una visita a la devastada ciudad de Ishinomaki, donde milagrosamente fueron hallados el domingo una mujer de 80 años y su nieto de 16, tras haber pasado nueve días bajo los escombros de su cocina, alimentándose de yogures, pasteles, agua y refrescos.
A la espera de que se reanude el funcionamiento de los reactores de la central, los soldados y los bomberos seguían regando los reactores con mangueras a presión, para enfriar el combustible y evitar la expulsión de importantes cantidades de radioactividad en la atmósfera.
El gobierno anunció Fukushima Daiichi (N°1) sería definitivamente cerrada tras la resolución de esta crisis. Según el diario Asahi Shimbun, el operador de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO) prevé unos 10 años de trabajo para desmantelar completamente la central, debido al elevado nivel de radiaciones.