Manifestación masiva contra el presidente de Yemen, que critica a EEUU
Decenas de miles de personas se manifestaron este martes en la capital de Yemen para pedir la renuncia del presidente Alí Abdalá Saleh, quien acusó a Israel y a Estados Unidos "de orquestar" la revuelta árabe y destituyó a los gobernadores de cinco provincias hostiles a su régimen.
Saleh, un aliado clave de Washington en la lucha contra Al Qaida, arremetió contra el presidente estadounidense Barack Obama y acusó a Israel y a Estados Unidos de "orquestar" las revueltas que sacuden al mundo árabe desde enero.
Las sublevaciones "desde Túnez hasta el sultanato de Omán (...) son una tempestad orquestada desde Tel Aviv, bajo la supervisión de Washington", afirmó el jefe del Estado.
El martes, tras una jornada de fuerte movilización contra el poder, una fuente oficial anunció la destitución de los gobernadores de las provincias de Adén, Hadramut, Abyán y Lahaj (sur y sureste), además de la de Hodeida (oeste).
Estas cinco provincias, sobre todo la de Adén, son escenario de violentas manifestaciones contra el régimen de Saleh. Los responsables destituidos no fueron reemplazados de inmediato.
En Saná, los manifestantes bloqueaban tres calles que conducen a la universidad, epicentro de las protestas en la capital desde el 27 de enero, constató la AFP.
"El pueblo quiere la caída del régimen, el pueblo quiere que se vaya Alí Abdalá Saleh", en el poder desde hace 32 años, gritaban los manifestantes.
El jefe de Estado yemení resiste a las demandas de renuncia formuladas por la oposición y las tribus, cuya influencia es determinante en ese país pobre de la península arábiga.
Según Amnistía Internacional, por lo menos 27 personas murieron desde el comienzo de las manifestaciones el 27 de enero.
El influyente predicador Abdel Majid Zendani, acusado por Estados Unidos de apoyar al terrorismo, se dirigió a la muchedumbre y dijo que "apoya la reivindicación de los jóvenes".
Varios dirigentes de la oposición, que había llamado a hacer del martes una "Jornada de la ira" contra el régimen, participaron en la manifestación, así como representantes de las tribus.
Los partidarios del régimen también celebraron una manifestación, convocada por el Congreso Popular General (CPG, en el poder), sin que se tenga constancia de actos de violencia.
En el sur, al menos 10 manifestantes resultaron heridos en la provincia de Hadramut y uno en Adén, cuando las fuerzas de seguridad dispersaron las protestas. Algunos presentan impactos de balas, según fuentes médicas.
Miles de personas desfilaron en Lahaj (sur) para reclamar la caída del régimen, según testigos.
Por su parte la Alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, hizo una advertencia este martes a las autoridades yemeníes contra la "represión violenta de las manifestaciones" y llamó al gobierno a proteger "el derecho de los manifestantes y de los periodistas en el marco del respeto de las leyes internacionales".
Saleh, un aliado clave de Washington en la lucha contra Al Qaida, arremetió contra el presidente estadounidense Barack Obama y acusó a Israel y a Estados Unidos de "orquestar" las revueltas que sacuden al mundo árabe desde enero.
Las sublevaciones "desde Túnez hasta el sultanato de Omán (...) son una tempestad orquestada desde Tel Aviv, bajo la supervisión de Washington", afirmó el jefe del Estado.
El martes, tras una jornada de fuerte movilización contra el poder, una fuente oficial anunció la destitución de los gobernadores de las provincias de Adén, Hadramut, Abyán y Lahaj (sur y sureste), además de la de Hodeida (oeste).
Estas cinco provincias, sobre todo la de Adén, son escenario de violentas manifestaciones contra el régimen de Saleh. Los responsables destituidos no fueron reemplazados de inmediato.
En Saná, los manifestantes bloqueaban tres calles que conducen a la universidad, epicentro de las protestas en la capital desde el 27 de enero, constató la AFP.
"El pueblo quiere la caída del régimen, el pueblo quiere que se vaya Alí Abdalá Saleh", en el poder desde hace 32 años, gritaban los manifestantes.
El jefe de Estado yemení resiste a las demandas de renuncia formuladas por la oposición y las tribus, cuya influencia es determinante en ese país pobre de la península arábiga.
Según Amnistía Internacional, por lo menos 27 personas murieron desde el comienzo de las manifestaciones el 27 de enero.
El influyente predicador Abdel Majid Zendani, acusado por Estados Unidos de apoyar al terrorismo, se dirigió a la muchedumbre y dijo que "apoya la reivindicación de los jóvenes".
Varios dirigentes de la oposición, que había llamado a hacer del martes una "Jornada de la ira" contra el régimen, participaron en la manifestación, así como representantes de las tribus.
Los partidarios del régimen también celebraron una manifestación, convocada por el Congreso Popular General (CPG, en el poder), sin que se tenga constancia de actos de violencia.
En el sur, al menos 10 manifestantes resultaron heridos en la provincia de Hadramut y uno en Adén, cuando las fuerzas de seguridad dispersaron las protestas. Algunos presentan impactos de balas, según fuentes médicas.
Miles de personas desfilaron en Lahaj (sur) para reclamar la caída del régimen, según testigos.
Por su parte la Alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, hizo una advertencia este martes a las autoridades yemeníes contra la "represión violenta de las manifestaciones" y llamó al gobierno a proteger "el derecho de los manifestantes y de los periodistas en el marco del respeto de las leyes internacionales".