Los occidentales siguen bombardeando y las fuerzas de Gadafi atacan Misrata

Misrata, Agencias
Francotiradores leales al coronel Muamar Gadafi mataron este lunes a por lo menos 40 personas e hirieron a 300 en el bastión rebelde de Misrata, denunciaron fuentes insurgentes, en el tercer día de la ofensiva lanzada por una coalición internacional contra el régimen libio.

Un portavoz rebelde dijo que unas 500 personas fueron llevadas "bajo amenazas" hasta el centro de esa ciudad, 200 kilómetros al este de Trípoli, para manifestar su apoyo al régimen, provocando una contramanifestación de miles de habitantes. Ese fue el momento elegido por los francotiradores apostados en los tejados para abrir fuego contra la multitud, de acuerdo con el portavoz.

Francia y Estados Unidos aseguraron que los bombardeos de la coalición evitaron un baño de sangre en Bengasi, la capital rebelde, 1.000 kilómetros al este de Trípoli, y cortaron la ofensiva contra zonas rebeldes, aunque surgían crecientes dudas, dentro y fuera de la coalición, sobre la finalidad y los medios de la operación.

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, consideró que la operación lanzada el sábado con participación estadounidense, francesa y británica fue un "éxito", porque permitió "salvar a los civiles de Bengasi".

Y el general Carter Ham, jefe del Comando estadounidense para África, sostuvo que las fuerzas de Gadafi mostraban "poca voluntad o capacidad de reanudar las operaciones ofensivas" en esa zona.

Las fuerzas de Gadafi "están dispersas entre Trípoli y Bengasi" "y vamos a tratar de cortar el apoyo logístico a partir de mañana", había precisado el domingo el máximo oficial estadounidense, el almirante Michael Mullen.

Cuatro aviones F-16 belgas se sumaron este lunes a la operación internacional, en una misión destinada a "proteger a la población civil", anunció el ministro belga de Defensa, Pieter De Crem.

La coalición efectuó por segunda noche consecutiva, del domingo a este lunes, bombardeos aéreos y disparos de misiles de crucero Tomahawk, en aplicación de una resolución de la ONU que ordena frenar los ataques de las tropas de Gadafi contra la población civil en las zonas bajo control rebelde.

Un misil destruyó un edificio administrativo del complejo residencial de Gadafi en Trípoli, donde según la coalición funcionaba un centro de "comando y control".

El vicealmirante estadounidense Bill Gortney negó el domingo que el objetivo de los ataques fuera matar a Gadafi. Pero el ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague, rehusó este lunes descartar esa posibilidad.

El portavoz de la diplomacia estadounidense, Mark Toner, dijo que el objetivo final de la intervención es que Gadafi "deje el poder".

Las fuerzas de Gadafi, que antes de la ofensiva aliada habían iniciado el ataque de Bengasi, se replegaron este lunes a Ajdabiya, 160 kilómetros al sur, indicaron periodistas de la AFP.

A lo largo de la carretera entre las dos ciudades podían verse decenas de tanques destruidos por los bombardeos, pero varios centenares de rebeldes que se habían reunido para atacar Ajdabiya fueron dispersados por disparos de la artillería gubernamental.

"Pedimos más bombardeos. Queremos que (los aliados) bombardeen los aeropuertos y los tanques" de Gadafi, dijo Aalman Maghrabi, uno de los insurgentes.

El régimen proclamó el domingo un nuevo alto el fuego, aunque su artillería machaca desde hace tres días las ciudades de Zenten y Yefren, al sureste de Trípoli.

El régimen denunció por su parte que los ataques de la coalición habían matado el sábado a 48 civiles, aunque los periodistas invitados el domingo a asistir a los funerales no vieron ningún cuerpo.

El Pentágono indicó que carecía de indicios de que los bombardeos occidentales hubiesen provocado víctimas civiles.

La coalición dio señales de desavenencias internas este lunes, cuando países europeos pusieron en duda que la ofensiva fuese acorde con la resolución de la ONU o cuestionaron la falta de claridad sobre quién está al mando de la misma.

Noruega indicó que suspendía la participación de sus seis caza F-16 hasta que se aclarase quién se ocupa de dar las órdenes.

Varios países querrían que la OTAN asuma la coordinación, e Italia insinuó que si ello no ocurre, tomará el control de las bases aliadas en su territorio.

El secretario general de la Liga Árabe, Amr Musa, que apoyó la instauración de una zona de exclusión aérea, dijo el domingo que la operación se apartaba del mandato de la ONU, aunque este lunes dio marcha atrás y aseguró que sus palabras fueron "malinterpretadas".

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, explicó este lunes en El Cairo que "las fuertes y decisivas medidas" fueron posibles gracias al apoyo de la Liga Árabe y llamó a la comunidad internacional a hablar "con una sola voz sobre el cumplimiento de la resolución".

Alemania consideró que las críticas de la Liga Árabe confirmaban sus reticencias a dejarse involucrar en una operación en el Norte de África.

E India pidió el cese de los bombardeos aéreos contra el país norafricano.

El Consejo de Seguridad de la ONU podría volver a discutir la situación en Libia en una reunión a puerta cerrada este mismo lunes, dijo una fuente diplomática.

El primer ministro ruso, Vladimir Putin, afirmó que la resolución 1973 de la ONU le recordaba los "llamamientos a las cruzadas en la época de la Edad Media".

El ayatolá Alí Jamenei, guía supremo de la República Islámica de Irán, afirmó que los países occidentales buscan "apoderarse del petróleo" libio y auguró más "fracasos" a Estados Unidos en la región.

El líder cubano Fidel Castro consideró "inoportuno" una guerra en Libia y denunció a la OTAN. "Después de opíparo banquete, los líderes de la OTAN ordenaron el ataque contra Libia (...). Una guerra era lo más inoportuno que podía ocurrir en estos momentos", escribió Castro en la prensa cubana.

Gadafi, en el poder desde 1969, se enfrenta desde el 15 de febrero a una rebelión que ha dejado centenares de muertos y provocado el éxodo de más de 300.000 personas.

Tras los primeros bombardeos, el líder libio se mostró desafiante y predijo "una larga guerra" en el "campo de batalla" del Mediterráneo.

Los precios del petróleo subían este lunes en la apertura de los mercados neoyorquinos, debido a la inestabilidad en Libia.

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