Las nubes de humo sobre Fukushima obligan a detener la reconexión de los reactores 3 y 4
Tokio, El País
La aparición de dos nubes de humo sobre los reactores 2 y 3 en la central de Fukushima, dañada por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, ha reavivado la preocupación sobre el estado de la central nuclear, después de que esta mañana la compañía Tokyo Electric Power (Tepco), que opera la planta, anunciase que los seis reactores habían sido conectados al suministro eléctrico y cuando el propio primer ministro, Naoto Kan, había asegurado que la situación estaba mejorando "poco a poco" dentro de la gravedad. A estas horas la nube gris del reactor 3 ya se ha disipado, pero aun así la incidencia ha obligado a detener los trabajos para reconectar los reactores 3 y 4 al suministro. La nube de humo del reactor 2 es vapor y no procede de la piscina de combustible, según indican los técnicos de Tepco, informa Kyodo.
La columna de humo gris sobre el reactor 3, el más peligroso dado que contiene plutonio, había obligado a evacuar a varios operarios y a detener la operación de rociado de agua de mar sobre la instalación recalentada. Mientras, continúa la nube de humo blanco sobre el reactor 2, que se filtra a través de una grieta en el techo del edificio que alberga el reactor. Se desconoce la causa de ambas columnas de humo, aunque la compañia ha asegurado que no han variado los niveles de radiactividad.
Los dos últimos reactores listos para ser conectados a la red principal hoy eran los números 3 y 4, las dos unidades más dañadas, según han informado los técnicos, citados por la agencia Kyodo. Debido a la emergencia se han detenido los trabajos de conexión, que es necesaria para poner en marcha el sistema de refrigeración que reduzca la temperatura en las instalaciones afectadas. Las autoridades del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) envía un mensaje de cautela: la situación es "muy grave" pero no tienen "ninguna duda" de que la situación de crisis "será superada con éxito". Amano ha reconocido, además, que tras el accidente de Fukushima se deben revisar los estándares de seguridad atómica y también el actual esquema de respuesta internacional en caso de emergencias.
El incidente en la unidad 3 (la más peligrosa, porque contiene plutonio) no ha ocasionado un incremento significativo de los niveles de radiactividad, ni se han apreciado cambios en la presión de la vasija de contención del reactor, según informa la agencia Kyodo. La compañía está revisando los daños en el sistema de refrigeración de los reactores y en otra maquinaria de la central antes de intentar encenderlos de nuevo. La única unidad que opera usando la energía de la red es el reactor número 5, dado que es uno de los menos dañados, según fuentes de la compañía.
Ante la inestabilidad de la central de Fukushima, las autoridades estadounidenses han empezado a distribuir yoduro de potasio entre los miembros de su personal y familiares en Tokio, Yokohama y otras zonas de Japón, como medidad de prevención ante una posible exposición a la radiación.
Crece el número de víctimas
Aunque la situación en Fukushima mejora poco a poco, cada día aumenta el balance de víctimas de la peor crisis que ha sufrido Japón desde la II Guerra Mundial. Según el último balance, la cifra de fallecidos se eleva a 8.649, mientras el número de desaparecidos sube a 12.877. Del total de fallecidos, 5.244 pertenecen a la provincia de Miyagi, 2.650 a la de Iwate; y 699 a la de Fukushima. Hasta el momento han sido identificados 3.550 cadáveres
Las cifras de muertos y desaparecidos podrían solaparse, ya que muchos de los cadáveres que han sido recuperados no han sido identificados aún, por lo que pueden estar incluidos entre los desaparecidos. Más de 360.000 personas desplazadas siguen alojadas en escuelas, gimnasios y edificios del Gobierno. Una nota de optimismo se produjo cuando fueron localizados dos supervivientes del terremoto y el tsunami. Una mujer de 80 años y su nieto de 16 años fueron rescatados el domingo después de que el chico lograra salir de las ruinas de su casa destrozada. Sobrevivieron nueve días con la comida de la nevera.
Temor internacional
El temor a que se produzca una nube tóxica similar a la de Chernóbil no ha desaparecido, pero la situación de la central, que desde hace 10 días tiene en vilo a Japón y la comunidad internacional, evoluciona favorablemente. Así lo ha asegurado hoy el primer ministro nipón, citado por la agencia japonesa Kyodo.
Tras sufrir una serie de explosiones como consecuencia del terremoto de magnitud 9 y el posterior tsunami ocurridos el día 11 en el noreste del país, que causaron la fuga de material radiactivo y obligaron a evacuar a la población en 20 kilómetros a la redonda, los técnicos lograron restablecer ayer el suministro eléctrico al reactor número 2 -la planta tiene seis-, lo que supone un paso crucial para enfriar las barras de combustible usado y limitar la fuga de radiactividad mortal.
Tokyo Electric Power (Tepco), la compañía que opera la nuclear, explicó ayer que espera poner en marcha la sala de control, la iluminación y el sistema de refrigeración del reactor 1. Este recibirá la electricidad del 2, ya que ambos están conectados y en esta segunda instalación incluso se plantea que el panel de control llegue a funcionar hoy. La presión en el reactor 3, el más preocupante porque contiene plutonio de gran toxicidad, parece que habría aumentado esta mañana (madrugada en España), por lo que los técnicos se plantean dejar escapar algo de aire para evitar explosiones. Los equipos de emergencia tenían previsto alcanzar hoy o mañana el reactor 4. Los reactores 5 y 6 están bajo control: han bajado la temperatura a niveles aceptables tras varios días de bombear agua en sus piscinas de almacenamiento de combustible.
Situación estable pero "grave"
La situación de los reactores se estabiliza pero sigue siendo "muy grave", según ha anunciado el OIEA hoy desde Viena. El organismo añade que se ha producido una "evolución positiva" en las últimas 24 horas en la central nuclear averiada y que, a pesar de la gravedad, no tienen "ninguna duda" de que la crisis "será superada con éxito", según ha indicado Yukiya Amano, director general del OIEA. Con todo, ha llamado a la cautela dado que la planta sigue liberando radiación y no se descartan aún riesgos mayores.
Tepco reveló que seis trabajadores de Fukushima que estuvieron expuestos a altos niveles de radiación continúan trabajando y no han sufrido problemas de salud. Si las medidas no tiene éxito, los técnicos deberán tomar decisiones drásticas, como cubrir la central con un sarcófago de arena y hormigón, similar al de Chernóbil. Alrededor de 300 ingenieros y técnicos trabajan a marchas forzadas dentro de la zona de peligro para evitar una catástrofe. "Creo que la situación está mejorando paso a paso", aseguró Tetsuro Fukuyama, portavoz del Gobierno.
Radiactividad en alimentos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha iniciado una investigación para analizar los posible efectos de la radiación en los alimentos procedentes de la zona afectada. El Gobierno ha dado hoy la orden de suspender la venta de espinacas y leche de cuatro zonas cercanas a Fukushima, después de que las pruebas realizadas encontraran niveles de radiactividad de yodo superiores a los límites de seguridad.
El agua de Tokio, en la que se había detectado yodo, ha dado positivo también de cesio. Los niveles en ambos casos son muy bajos. En Taiwan ha sido identificada radiactividad en un lote de habas importado de Japón, aunque en cantidad muy inferior a la dañina para la salud.
Además, el Ministerio de Sanidad japonés ha insistido esta madrugada en que los residentes de las zonas cerca de la central no deben beber agua del grifo porque se han detectado altos niveles de yodo. Algunos países asiáticos controlan los alimentos y a los pasajeros de Japón para comprobar sus niveles de radiación.
China y Corea del sur han anunciado hoy que estrecharán los controles sobre los alimentos japoneses, horas después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) avisara de que la detección de radiación en algunos alimentos japoneses eran más grave de lo previsto.
Los días de la central nuclear Fukushima I están contados. El Gobierno japonés aseguró ayer que será cerrada, una vez que se solucione la crisis atómica. "Si miramos la situación de forma objetiva, el desmantelamiento está claro", explicó ayer Yukio Edano, jefe de Gabinete del Ejecutivo nipón, que también adelantó que el primer ministro, Naoto Kan, tiene previsto viajar esta semana a Fukushima para presenciar los trabajos de limpieza de la central, en su segunda visita al lugar tras el terremoto.
Relativa normalidad en Tokio
En Tokio, la vida comienza a regresar lentamente a la normalidad, tras la mejoría de la situación en Fukushima, 240 kilómetros al norte. Muchos ciudadanos huyeron de la capital la semana pasada hacia el sur, mientras otros se encerraron en sus casas por temor a la potencial llegada de radiactividad. Pero, hartos de permanecer recluidos, se han echado a la calle este fin de semana, especialmente en las zonas comerciales y de entretenimiento.
Pese a todo, sigue la inquietud. "Estoy un poco asustado, pero el pueblo japonés es muy fuerte y superaremos la situación", dice Takashi Oka, un médico de 26 años, en el barrio de Ginza, conocido por sus tiendas de lujo. A su alrededor, la gente pasa con bolsas y entra y sale de las tiendas.
En el distrito de Shibuya, la gente vuelve a cruzar en masa su famoso cruce en X. Pero las tres pantallas gigantes que presiden el damero de semáforos y pasos de cebra siguen a oscuras. Tepco afirmó ayer que intentará reducir los apagones rotatorios impuestos en parte de Tokio.
La aparición de dos nubes de humo sobre los reactores 2 y 3 en la central de Fukushima, dañada por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, ha reavivado la preocupación sobre el estado de la central nuclear, después de que esta mañana la compañía Tokyo Electric Power (Tepco), que opera la planta, anunciase que los seis reactores habían sido conectados al suministro eléctrico y cuando el propio primer ministro, Naoto Kan, había asegurado que la situación estaba mejorando "poco a poco" dentro de la gravedad. A estas horas la nube gris del reactor 3 ya se ha disipado, pero aun así la incidencia ha obligado a detener los trabajos para reconectar los reactores 3 y 4 al suministro. La nube de humo del reactor 2 es vapor y no procede de la piscina de combustible, según indican los técnicos de Tepco, informa Kyodo.
La columna de humo gris sobre el reactor 3, el más peligroso dado que contiene plutonio, había obligado a evacuar a varios operarios y a detener la operación de rociado de agua de mar sobre la instalación recalentada. Mientras, continúa la nube de humo blanco sobre el reactor 2, que se filtra a través de una grieta en el techo del edificio que alberga el reactor. Se desconoce la causa de ambas columnas de humo, aunque la compañia ha asegurado que no han variado los niveles de radiactividad.
Los dos últimos reactores listos para ser conectados a la red principal hoy eran los números 3 y 4, las dos unidades más dañadas, según han informado los técnicos, citados por la agencia Kyodo. Debido a la emergencia se han detenido los trabajos de conexión, que es necesaria para poner en marcha el sistema de refrigeración que reduzca la temperatura en las instalaciones afectadas. Las autoridades del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) envía un mensaje de cautela: la situación es "muy grave" pero no tienen "ninguna duda" de que la situación de crisis "será superada con éxito". Amano ha reconocido, además, que tras el accidente de Fukushima se deben revisar los estándares de seguridad atómica y también el actual esquema de respuesta internacional en caso de emergencias.
El incidente en la unidad 3 (la más peligrosa, porque contiene plutonio) no ha ocasionado un incremento significativo de los niveles de radiactividad, ni se han apreciado cambios en la presión de la vasija de contención del reactor, según informa la agencia Kyodo. La compañía está revisando los daños en el sistema de refrigeración de los reactores y en otra maquinaria de la central antes de intentar encenderlos de nuevo. La única unidad que opera usando la energía de la red es el reactor número 5, dado que es uno de los menos dañados, según fuentes de la compañía.
Ante la inestabilidad de la central de Fukushima, las autoridades estadounidenses han empezado a distribuir yoduro de potasio entre los miembros de su personal y familiares en Tokio, Yokohama y otras zonas de Japón, como medidad de prevención ante una posible exposición a la radiación.
Crece el número de víctimas
Aunque la situación en Fukushima mejora poco a poco, cada día aumenta el balance de víctimas de la peor crisis que ha sufrido Japón desde la II Guerra Mundial. Según el último balance, la cifra de fallecidos se eleva a 8.649, mientras el número de desaparecidos sube a 12.877. Del total de fallecidos, 5.244 pertenecen a la provincia de Miyagi, 2.650 a la de Iwate; y 699 a la de Fukushima. Hasta el momento han sido identificados 3.550 cadáveres
Las cifras de muertos y desaparecidos podrían solaparse, ya que muchos de los cadáveres que han sido recuperados no han sido identificados aún, por lo que pueden estar incluidos entre los desaparecidos. Más de 360.000 personas desplazadas siguen alojadas en escuelas, gimnasios y edificios del Gobierno. Una nota de optimismo se produjo cuando fueron localizados dos supervivientes del terremoto y el tsunami. Una mujer de 80 años y su nieto de 16 años fueron rescatados el domingo después de que el chico lograra salir de las ruinas de su casa destrozada. Sobrevivieron nueve días con la comida de la nevera.
Temor internacional
El temor a que se produzca una nube tóxica similar a la de Chernóbil no ha desaparecido, pero la situación de la central, que desde hace 10 días tiene en vilo a Japón y la comunidad internacional, evoluciona favorablemente. Así lo ha asegurado hoy el primer ministro nipón, citado por la agencia japonesa Kyodo.
Tras sufrir una serie de explosiones como consecuencia del terremoto de magnitud 9 y el posterior tsunami ocurridos el día 11 en el noreste del país, que causaron la fuga de material radiactivo y obligaron a evacuar a la población en 20 kilómetros a la redonda, los técnicos lograron restablecer ayer el suministro eléctrico al reactor número 2 -la planta tiene seis-, lo que supone un paso crucial para enfriar las barras de combustible usado y limitar la fuga de radiactividad mortal.
Tokyo Electric Power (Tepco), la compañía que opera la nuclear, explicó ayer que espera poner en marcha la sala de control, la iluminación y el sistema de refrigeración del reactor 1. Este recibirá la electricidad del 2, ya que ambos están conectados y en esta segunda instalación incluso se plantea que el panel de control llegue a funcionar hoy. La presión en el reactor 3, el más preocupante porque contiene plutonio de gran toxicidad, parece que habría aumentado esta mañana (madrugada en España), por lo que los técnicos se plantean dejar escapar algo de aire para evitar explosiones. Los equipos de emergencia tenían previsto alcanzar hoy o mañana el reactor 4. Los reactores 5 y 6 están bajo control: han bajado la temperatura a niveles aceptables tras varios días de bombear agua en sus piscinas de almacenamiento de combustible.
Situación estable pero "grave"
La situación de los reactores se estabiliza pero sigue siendo "muy grave", según ha anunciado el OIEA hoy desde Viena. El organismo añade que se ha producido una "evolución positiva" en las últimas 24 horas en la central nuclear averiada y que, a pesar de la gravedad, no tienen "ninguna duda" de que la crisis "será superada con éxito", según ha indicado Yukiya Amano, director general del OIEA. Con todo, ha llamado a la cautela dado que la planta sigue liberando radiación y no se descartan aún riesgos mayores.
Tepco reveló que seis trabajadores de Fukushima que estuvieron expuestos a altos niveles de radiación continúan trabajando y no han sufrido problemas de salud. Si las medidas no tiene éxito, los técnicos deberán tomar decisiones drásticas, como cubrir la central con un sarcófago de arena y hormigón, similar al de Chernóbil. Alrededor de 300 ingenieros y técnicos trabajan a marchas forzadas dentro de la zona de peligro para evitar una catástrofe. "Creo que la situación está mejorando paso a paso", aseguró Tetsuro Fukuyama, portavoz del Gobierno.
Radiactividad en alimentos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha iniciado una investigación para analizar los posible efectos de la radiación en los alimentos procedentes de la zona afectada. El Gobierno ha dado hoy la orden de suspender la venta de espinacas y leche de cuatro zonas cercanas a Fukushima, después de que las pruebas realizadas encontraran niveles de radiactividad de yodo superiores a los límites de seguridad.
El agua de Tokio, en la que se había detectado yodo, ha dado positivo también de cesio. Los niveles en ambos casos son muy bajos. En Taiwan ha sido identificada radiactividad en un lote de habas importado de Japón, aunque en cantidad muy inferior a la dañina para la salud.
Además, el Ministerio de Sanidad japonés ha insistido esta madrugada en que los residentes de las zonas cerca de la central no deben beber agua del grifo porque se han detectado altos niveles de yodo. Algunos países asiáticos controlan los alimentos y a los pasajeros de Japón para comprobar sus niveles de radiación.
China y Corea del sur han anunciado hoy que estrecharán los controles sobre los alimentos japoneses, horas después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) avisara de que la detección de radiación en algunos alimentos japoneses eran más grave de lo previsto.
Los días de la central nuclear Fukushima I están contados. El Gobierno japonés aseguró ayer que será cerrada, una vez que se solucione la crisis atómica. "Si miramos la situación de forma objetiva, el desmantelamiento está claro", explicó ayer Yukio Edano, jefe de Gabinete del Ejecutivo nipón, que también adelantó que el primer ministro, Naoto Kan, tiene previsto viajar esta semana a Fukushima para presenciar los trabajos de limpieza de la central, en su segunda visita al lugar tras el terremoto.
Relativa normalidad en Tokio
En Tokio, la vida comienza a regresar lentamente a la normalidad, tras la mejoría de la situación en Fukushima, 240 kilómetros al norte. Muchos ciudadanos huyeron de la capital la semana pasada hacia el sur, mientras otros se encerraron en sus casas por temor a la potencial llegada de radiactividad. Pero, hartos de permanecer recluidos, se han echado a la calle este fin de semana, especialmente en las zonas comerciales y de entretenimiento.
Pese a todo, sigue la inquietud. "Estoy un poco asustado, pero el pueblo japonés es muy fuerte y superaremos la situación", dice Takashi Oka, un médico de 26 años, en el barrio de Ginza, conocido por sus tiendas de lujo. A su alrededor, la gente pasa con bolsas y entra y sale de las tiendas.
En el distrito de Shibuya, la gente vuelve a cruzar en masa su famoso cruce en X. Pero las tres pantallas gigantes que presiden el damero de semáforos y pasos de cebra siguen a oscuras. Tepco afirmó ayer que intentará reducir los apagones rotatorios impuestos en parte de Tokio.