Las fuerzas de Gadafi obligan a la rebelión a batirse en retirada

Trípoli, Agencias
Las fuerzas del gobierno desalojaron el jueves a cientos de rebeldes de un estratégico puerto petrolero con una lluvia de disparos de cohetes y tanques, expandiendo significativamente el control de Moamar Gadafi sobre Libia. Mientras tanto las naciones occidentales se esforzaban por hallar un medio de detenerlo.

Francia fue el primer país en reconocer el consejo de gobierno de los rebeldes, y un aliado del presidente Nicolas Sarkozy dijo que su administración planeaba "operaciones puntuales" para defender a los civiles si lo aprueba la comunidad internacional.

El gobierno estadounidense informó que suspendía las relaciones con la embajada libia en Washington, y la secretaria de estado Hillary Rodham Clinton dijo que se reunirá con líderes de la oposición en Estados Unidos, Egipto y Túnez.

Pero no había indicios concretos de una asistencia militar occidental inminente, como la zona de veda de vuelos que reclamaron los rebeldes al retirarse de Ras Lanuf.

Los rebeldes en fuga dijeron que las fuerzas del gobierno lanzaron una lluvia de cohetes y andanadas de artillería de tanques sobre Ras Lanuf en preparativo para un avance en gran escala. Miembros de la oposición, con armas ligeras, retrocedieron hacia su territorio en el este en automóviles y furgonetas con ametralladoras montadas.

Un jefe rebelde en la ciudad de Ajdabiya, en territorio dominado por la oposición, dijo que las fuerzas y tanques de Gadafi luchaban con los insurgentes en el acceso occidental a Ras Lanuf y disparaban desde el mar con patrulleras navales artilladas.

"Son batallas duras", afirmó Akram al-Zwei, un miembro del comité rebeldes. "Estamos peleando contra cuatro batallones equipados con aviones, tanques, misiles, de todo".

Agregó que los rebeldes combaten al lado del Batallón Saaiqa 36, que tenía su sede en Bengazi pero que se pasó a la oposición.

Recuperar Ras Lanuf representaría una importante victoria para Gadafi, restableciendo su poder sobre una instalación petrolera dañada pero vital, y ampliando su zona de control sobre la principal carretera costera que va desde territorio rebelde hasta la capital Trípoli.

Un vocero del consejo gobernante insurgente dijo que la fuerza aérea, el ejército y la armada de Gadafi bombardearon Ras Lanuf teniendo como blanco el principal hospital, mezquitas y zonas civiles.

"El régimen que ha perdido legitimidad practica una política de tierra arrasada", afirmó el vocero Abdel-Hafidh Ghoga. "Hemos pedido todas las medidas para proteger al pueblo libio. Creemos que las Naciones Unidas lo pueden hacer".

El hospital rebelde en la ciudad oriental de Brega informó que hubo cuatro muertos confirmados en la lucha, 35 heridos y 65 desaparecidos.

La Cruz Roja Internacional confirmó que hubo docenas de bajas civiles en los últimos días en intensos combates entre el ejército de Gadafi y los insurgentes.

"Necesitamos ayuda de la comunidad internacional, pero sólo oímos promesas", se lamentó Mohamed Alí Al Zuaiee, un combatiente rebelde. "No están haciendo nada".

El hospital principal de Ras Lanuf recibió impactos de artillería o de ataques aéreos y los rebeldes evacuaban a los pacientes a las ciudades de Brega y Ajdabiya, dijo Gebril Hewada, un médico en el comité de salud de la oposición en la ciudad de Bengazi.

Francia dijo que planeaba intercambiar embajadores con el Consejo Interino Gobernante de los rebeldes después que el presidente Sarkozy recibió a dos representantes del grupo basado en Bengazi.

"Esto rompe el hielo", comentó Mustafá Gheriani, un portavoz de la oposición. "Esperamos que Italia lo haga y esperamos que Inglaterra lo haga".

El activista e intelectual Bernard Henri-Levy participó en la reunión y dijo que Francia planeaba "operaciones puntuales" para defender a los civiles si el consejo interino lo solicita y la comunidad internacional lo aprueba. Henri-Levy no entró en detalles y el gobierno francés se negó a comentar, de modo que no estaba en claro si Henri-Levy aludió a un plan de intervención nuevo.

La OTAN dijo que planeaba una zona de veda de vuelos pero que sólo actuaría con la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU. Gran Bretaña y Francia han respaldado los pedidos rebeldes de una zona de veda de vuelos, pero el gobierno estadounidense de Barack Obama ha manifestado profundas reservas sobre una participación en otro conflicto.

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