Las autoridades japonesas advierten de una posible fuga radioactiva
Tokio, Agencias
Las autoridades japonesas han advertido de que podría producirse una pequeña fuga radioactiva en un reactor de la central de Fukusima-Daichii por un fallo en el sistema de refrigeración provocado por el terremoto de 8,9 grados registrado este viernes en la costa nororiental del país.
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha subrayado la preocupación por la situación de esta planta, situada a unos 240 kilómetros al norte de Tokio, y ha explicado que la Fuerza Aérea estadounidense ha suministrado refrigerante para impedir un aumento de la temperatura de los rodillos de combustible de la central.
Las autoridades japonesas han explicado que la presión que ha afectado a la planta nuclear se liberará pronto, lo que podría generar una fuga radioactiva. Según la agencia de noticias Kiodo, unas 3.000 personas que residen en un radio de unos tres kilómetros en torno a la central han sido evacuados.
"Es posible que material radiactivo del reactor pueda filtrarse al exterior pero la cantidad se prevé que sea pequeña y habrá que tener en cuenta el viento soplando hacia el mar", ha dicho el portavoz del Gobierno japonés, Yukio Edano, en rueda de prensa.
"Los residentes están seguros después de la evacuación de los que estaban en un radio de tres kilómetros y los que residen en un radio de diez kilómetros permanecen dentro de sus hogares, por lo que queremos que la gente permanezca en calma", ha añadido.
La empresa propietaria de la central, la Corporación de Energía Eléctrica de Tokio (TEPCO), ha informado de que la presión ha aumentado dentro del reactor después de que se averiara el sistema de refrigeración como consecuencia del seísmo.
Según la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa, la presión en el reactor se ha incrementado hasta alcanzar 1,5 veces la capacidad para la que está diseñada esta instalación. Los medios de comunicación japoneses han asegurado que el nivel de radiación ha aumentado el edificio de las turbinas.
Los problemas de refrigeración en esta planta nuclear han hecho crecer los temores de que se repita un accidente como el registrado en 1979 en la Isla de las Tres Millas, el más grave incidente en la historia de la industria nuclear estadounidense. Los expertos ya han advertido de que en este caso la situación no es tan grave.
"La situación todavía está a varias etapas de (el accidente de) la Isla de las Tres Millas, en el que el reactor dejó de funcionar como debería", ha opinado Tomoko Murakami, líder del grupo de energía nuclear del Instituto Energía y Economía japonés.
Los reactores nucleares que han sido cerrados este viernes como consecuencia del terremoto producen el 18 por ciento del total de la energía nuclear japonesa. En Japón, la energía nuclear genera el 30 por ciento de la electricidad. Muchos de los reactores nucleares están situados en zonas propensas a sufrir terremotos como Fukusima y Fukui.
La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) estima que cerca de un 20 por ciento de las centrales nucleares en el mundo están operando en zona de destacada actividad sísmica. El organismo internacional ha afirmado que el sector comenzó a poner más énfasis en los riesgos externos tras el terremoto que afectó a la central Kashiwazaki-Kariwa en julio de 2007, el mayor temblor que había alcanzado hasta entonces una instalación nuclear.
El impacto de ese seísmo provocó el cierre automático de cuatro reactores y el agua que contenía material radioactivo fue liberada hacia el mar, sin que hubiera consecuencias adversas en la salud humana y en el medio ambiente, según la AIEA.
En el momento del terremoto de este viernes, la central nuclear de Fukusima estaba operando con tres de sus seis reactores, que se cerraron como consecuencia del temblor. Un portavoz de la compañía propietaria de la planta ha asegurado que no hay riesgo de que fuga de agua de los otros tres reactores, que en ese momento estaban paralizados porque estaban siendo sometidos a un proceso de mantenimiento.
Las autoridades japonesas han advertido de que podría producirse una pequeña fuga radioactiva en un reactor de la central de Fukusima-Daichii por un fallo en el sistema de refrigeración provocado por el terremoto de 8,9 grados registrado este viernes en la costa nororiental del país.
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha subrayado la preocupación por la situación de esta planta, situada a unos 240 kilómetros al norte de Tokio, y ha explicado que la Fuerza Aérea estadounidense ha suministrado refrigerante para impedir un aumento de la temperatura de los rodillos de combustible de la central.
Las autoridades japonesas han explicado que la presión que ha afectado a la planta nuclear se liberará pronto, lo que podría generar una fuga radioactiva. Según la agencia de noticias Kiodo, unas 3.000 personas que residen en un radio de unos tres kilómetros en torno a la central han sido evacuados.
"Es posible que material radiactivo del reactor pueda filtrarse al exterior pero la cantidad se prevé que sea pequeña y habrá que tener en cuenta el viento soplando hacia el mar", ha dicho el portavoz del Gobierno japonés, Yukio Edano, en rueda de prensa.
"Los residentes están seguros después de la evacuación de los que estaban en un radio de tres kilómetros y los que residen en un radio de diez kilómetros permanecen dentro de sus hogares, por lo que queremos que la gente permanezca en calma", ha añadido.
La empresa propietaria de la central, la Corporación de Energía Eléctrica de Tokio (TEPCO), ha informado de que la presión ha aumentado dentro del reactor después de que se averiara el sistema de refrigeración como consecuencia del seísmo.
Según la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa, la presión en el reactor se ha incrementado hasta alcanzar 1,5 veces la capacidad para la que está diseñada esta instalación. Los medios de comunicación japoneses han asegurado que el nivel de radiación ha aumentado el edificio de las turbinas.
Los problemas de refrigeración en esta planta nuclear han hecho crecer los temores de que se repita un accidente como el registrado en 1979 en la Isla de las Tres Millas, el más grave incidente en la historia de la industria nuclear estadounidense. Los expertos ya han advertido de que en este caso la situación no es tan grave.
"La situación todavía está a varias etapas de (el accidente de) la Isla de las Tres Millas, en el que el reactor dejó de funcionar como debería", ha opinado Tomoko Murakami, líder del grupo de energía nuclear del Instituto Energía y Economía japonés.
Los reactores nucleares que han sido cerrados este viernes como consecuencia del terremoto producen el 18 por ciento del total de la energía nuclear japonesa. En Japón, la energía nuclear genera el 30 por ciento de la electricidad. Muchos de los reactores nucleares están situados en zonas propensas a sufrir terremotos como Fukusima y Fukui.
La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) estima que cerca de un 20 por ciento de las centrales nucleares en el mundo están operando en zona de destacada actividad sísmica. El organismo internacional ha afirmado que el sector comenzó a poner más énfasis en los riesgos externos tras el terremoto que afectó a la central Kashiwazaki-Kariwa en julio de 2007, el mayor temblor que había alcanzado hasta entonces una instalación nuclear.
El impacto de ese seísmo provocó el cierre automático de cuatro reactores y el agua que contenía material radioactivo fue liberada hacia el mar, sin que hubiera consecuencias adversas en la salud humana y en el medio ambiente, según la AIEA.
En el momento del terremoto de este viernes, la central nuclear de Fukusima estaba operando con tres de sus seis reactores, que se cerraron como consecuencia del temblor. Un portavoz de la compañía propietaria de la planta ha asegurado que no hay riesgo de que fuga de agua de los otros tres reactores, que en ese momento estaban paralizados porque estaban siendo sometidos a un proceso de mantenimiento.