La escalada de violencia en Gaza aviva el temor a una incursión israelí
Gaza, El País
Una semana de intensos bombardeos israelíes sobre Gaza, de lluvia de cohetes palestinos sobre Israel, de muertos civiles en la Franja, acompañada de un incremento de las amenazas por parte de responsables políticos y grupos armados han despertado en las últimas horas el fantasma de la Operación Plomo Fundido, la incursión israelí que dejó 1.400 palestinos muertos a su paso por la franja de Gaza durante las Navidades de 2008. La aviación israelí ha lanzado un ataque hoy contra el norte de la franja, donde asegura que ha destruido un depósito de armas perteneciente a Hamás, horas después de que dos cohetes Grad lanzados desde Gaza impactaran contra territorio israelí.
Se trata de los enfrentamientos más serios en la Franja desde hace dos años y se producen en un momento en el que las negociaciones entre palestinos e israelíes se encuentran en punto muerto desde hace siete meses y en el que la atención de la comunidad internacional se concentra en las revoluciones árabes. Las llamadas israelíes a las represalias tras el atentado de ayer en Jerusalén, cuya autoría está aún por determinar, no permiten augurar de momento una mejoría en el frente militar.
Varios políticos israelíes lanzaron ayer claras amenazas a Hamás, el movimiento islamista que gobierna en Gaza. "Puede que tengamos que considerar la repetición de aquella operación", dijo el viceprimer ministro israelí Silvan Shalom a la radio israelí en alusión a la Operación Plomo Fundido. Tzipi Livni, la jefa de la oposición, se sumó al coro bélico y pidió "actuar con fuerza para reestablecer el poder de disuasión de Israel".
Nuevos ataques sobre Gaza
Sobre el terreno, nuevos ataques daban fe de que las palabras de los políticos no eran esta vez mera retórica. Por la mañana, los aviones israelíes bombardeaban el sureste de la Franja "con el objetivo de destruir instalaciones desde las que se disparan cohetes". Los ataques se han repetido durante la madrugada de hoy y, según Hamás, han alcanzado varios objetivos: túneles de contrabando con Egipto, un campo de entrenamiento y un transformador eléctrico. Vecinos de la zona aseguran que este último incidente provocó apagones de luz. Los sanitarios, por su parte, no han informado de daño personal alguno, si bien Hamás ha ordenado la evacuación de su personal de sus actuales posiciones.
Los grupos armados palestinos también reanudaron ayer el lanzamiento de proyectiles desde Gaza y en dirección a Israel. A media tarde ayer, 70 cohetes habían salido disparados desde la Franja, según el recuento del Ejército.
La Yihad Islámica se responsabilizó además del lanzamiento ayer de tres cohetes tipo Grad, dos de los cuales aterrizaron en Bersheva, la gran ciudad del sur israelí, y un tercero cerca de la ciudad portuaria de Ashdod. Ambos son grandes núcleos de población y se encuentran a cierta distancia de Gaza (35 y 40 kilómetros, respectivamente), en comparación con los pueblos en los que suelen impactar los cohetes, más próximos a la Franja. Uno de los disparos causó un herido leve. En Bersheva, las escuelas cerraron y se pidió a los habitantes que estén preparados para correr a los refugios en cuanto oigan las sirenas.
El brazo armado de la Yihad ha advertido que planean atentar en el interior de Israel para vengar la muerte de cuatro de sus milicianos por fuego israelí esta semana. "A partir de ahora no hay líneas rojas para la resistencia mientras el enemigo no respete las declaraciones y acuerdos de Naciones Unidas y continúe matando a civiles", indicó un portavoz de las llamadas Brigadas de Al Quds.
En la franja de Gaza se vivió ayer una jornada de duelo, tras la muerte el día anterior de ocho personas. Cuatro de ellas eran civiles y tres, menores de edad que jugaban al fútbol en la puerta de su casa cuando fueron alcanzados por el fuego israelí. Otros ocho niños resultaron heridos, según fuentes médicas palestinas citadas por la agencia Reuters.
Naciones Unidas y Francia condenaron el ataque israelí y la Autoridad Palestina pidió una intervención internacional.
El desencadenante de esta nueva espiral de violencia se produjo hace poco más de una semana, cuando una incursión aérea israelí acabó con la vida de dos miembros de las Brigadas Al Qassam, el brazo armado de Hamás. El fin de semana siguiente, las Brigadas lanzaron hasta 50 ataques con obuses de mortero sobre Israel. Desde entonces el fuego cruzado no ha hecho más que incrementarse. Los ataques aparcan los incipientes esfuerzos de reconciliación entre Hamás y Al Fatah, las facciones palestinas rivales desde que se enfrentaran por las armas en 2007. Manifestaciones impulsadas por jóvenes internautas habían puesto contra las cuerdas a los líderes palestinos, hasta el punto que el presidente Mahmud Abbas, en un gesto inédito, anunció que visitaría la Franja. La violencia ha dinamitado también esta iniciativa.
Una semana de intensos bombardeos israelíes sobre Gaza, de lluvia de cohetes palestinos sobre Israel, de muertos civiles en la Franja, acompañada de un incremento de las amenazas por parte de responsables políticos y grupos armados han despertado en las últimas horas el fantasma de la Operación Plomo Fundido, la incursión israelí que dejó 1.400 palestinos muertos a su paso por la franja de Gaza durante las Navidades de 2008. La aviación israelí ha lanzado un ataque hoy contra el norte de la franja, donde asegura que ha destruido un depósito de armas perteneciente a Hamás, horas después de que dos cohetes Grad lanzados desde Gaza impactaran contra territorio israelí.
Se trata de los enfrentamientos más serios en la Franja desde hace dos años y se producen en un momento en el que las negociaciones entre palestinos e israelíes se encuentran en punto muerto desde hace siete meses y en el que la atención de la comunidad internacional se concentra en las revoluciones árabes. Las llamadas israelíes a las represalias tras el atentado de ayer en Jerusalén, cuya autoría está aún por determinar, no permiten augurar de momento una mejoría en el frente militar.
Varios políticos israelíes lanzaron ayer claras amenazas a Hamás, el movimiento islamista que gobierna en Gaza. "Puede que tengamos que considerar la repetición de aquella operación", dijo el viceprimer ministro israelí Silvan Shalom a la radio israelí en alusión a la Operación Plomo Fundido. Tzipi Livni, la jefa de la oposición, se sumó al coro bélico y pidió "actuar con fuerza para reestablecer el poder de disuasión de Israel".
Nuevos ataques sobre Gaza
Sobre el terreno, nuevos ataques daban fe de que las palabras de los políticos no eran esta vez mera retórica. Por la mañana, los aviones israelíes bombardeaban el sureste de la Franja "con el objetivo de destruir instalaciones desde las que se disparan cohetes". Los ataques se han repetido durante la madrugada de hoy y, según Hamás, han alcanzado varios objetivos: túneles de contrabando con Egipto, un campo de entrenamiento y un transformador eléctrico. Vecinos de la zona aseguran que este último incidente provocó apagones de luz. Los sanitarios, por su parte, no han informado de daño personal alguno, si bien Hamás ha ordenado la evacuación de su personal de sus actuales posiciones.
Los grupos armados palestinos también reanudaron ayer el lanzamiento de proyectiles desde Gaza y en dirección a Israel. A media tarde ayer, 70 cohetes habían salido disparados desde la Franja, según el recuento del Ejército.
La Yihad Islámica se responsabilizó además del lanzamiento ayer de tres cohetes tipo Grad, dos de los cuales aterrizaron en Bersheva, la gran ciudad del sur israelí, y un tercero cerca de la ciudad portuaria de Ashdod. Ambos son grandes núcleos de población y se encuentran a cierta distancia de Gaza (35 y 40 kilómetros, respectivamente), en comparación con los pueblos en los que suelen impactar los cohetes, más próximos a la Franja. Uno de los disparos causó un herido leve. En Bersheva, las escuelas cerraron y se pidió a los habitantes que estén preparados para correr a los refugios en cuanto oigan las sirenas.
El brazo armado de la Yihad ha advertido que planean atentar en el interior de Israel para vengar la muerte de cuatro de sus milicianos por fuego israelí esta semana. "A partir de ahora no hay líneas rojas para la resistencia mientras el enemigo no respete las declaraciones y acuerdos de Naciones Unidas y continúe matando a civiles", indicó un portavoz de las llamadas Brigadas de Al Quds.
En la franja de Gaza se vivió ayer una jornada de duelo, tras la muerte el día anterior de ocho personas. Cuatro de ellas eran civiles y tres, menores de edad que jugaban al fútbol en la puerta de su casa cuando fueron alcanzados por el fuego israelí. Otros ocho niños resultaron heridos, según fuentes médicas palestinas citadas por la agencia Reuters.
Naciones Unidas y Francia condenaron el ataque israelí y la Autoridad Palestina pidió una intervención internacional.
El desencadenante de esta nueva espiral de violencia se produjo hace poco más de una semana, cuando una incursión aérea israelí acabó con la vida de dos miembros de las Brigadas Al Qassam, el brazo armado de Hamás. El fin de semana siguiente, las Brigadas lanzaron hasta 50 ataques con obuses de mortero sobre Israel. Desde entonces el fuego cruzado no ha hecho más que incrementarse. Los ataques aparcan los incipientes esfuerzos de reconciliación entre Hamás y Al Fatah, las facciones palestinas rivales desde que se enfrentaran por las armas en 2007. Manifestaciones impulsadas por jóvenes internautas habían puesto contra las cuerdas a los líderes palestinos, hasta el punto que el presidente Mahmud Abbas, en un gesto inédito, anunció que visitaría la Franja. La violencia ha dinamitado también esta iniciativa.