Japón niega que depósito nuclear esté seco ante señales negativas
Los operadores de la planta nuclear dañada dijeron el miércoles que estaban cerca de completar el tendido de un cable eléctrico que podría solucionar la crisis antes que haya una fusión completa en uno de sus reactores.
Sin embargo, al mismo tiempo hubo varias señales preocupantes: un aumento del nivel de radiación, un humo blanco cuyo origen no se explicó y varillas de combustible nuclear que, según funcionarios estadounidenses, estarían a punto de diseminar material radioactivo.
En Washington, el presidente de la Comisión Reguladora Nuclear, Gregory Jaczko, dijo que el agua se agotó en los depósitos de combustible usado de la Unidad 4 en la planta nuclear Fukushima Dai-ichi. Sin embargo, funcionarios japoneses desmintieron esa información. Hajime Motojuku, vocero de la operadora de la planta Tokyo Electric Power, dijo que "la condición es estable" en la Unidad 4.
Si Jaczko tiene razón, no hay nada que impida el aumento de la temperatura de las varillas de combustible usadas, lo que llevaría en último término a una fusión nuclear. La cobertura de las barras también podría incendiarse con suficiente potencia como para diseminar el combustible radiactivo en un área extensa.
Jaczko no dijo cómo obtuvo la información, pero la comisión y el Departamento de Energía de Estados Unidos cuentan con expertos en la planta de seis reactores en la costa nororiental de Japón, devastada el viernes por un terremoto de magnitud 9,0 y el tsunami que lo siguió.
La situación en la planta pareció empeorar, ya que se veía humo blanco y se detectó un aumento de los niveles de radiación. Esto obligó a los operadores a retirarse durante varias horas por el riesgo a exponerse a la radiación.
La preocupación internacional aumentaba y el director del Organismo Internacional de Energía Atómica, el japonés Yukiya Amano, dijo que iría a su país para evaluar la situación, al tiempo que instó al gobierno a brindar más información a ese ente de Naciones Unidas.
Los funcionarios japoneses generaron esperanzas de que la crisis se esté aliviando al decir la mañana del jueves que estaban cerca de completar el cableado que volvería a activar los sistemas de refrigeración.
Naoki Tsunoda, otro vocero de Tokyo Electric Power, dijo que el cable estaba casi terminado y que las autoridades pensaban probarlo "lo más pronto posible", aunque no dijo cuándo.
La noche del miércoles, autoridades japonesas dijeron que habían pedido a la policía camiones hidrantes de las unidades antidisturbios para lanzar agua a los depósitos de combustibles de la Unidad 4 desde una distancia que se cree es segura para los operarios de emergencia.
La compañía también evaluaba usar helicópteros militares para el mismo cometido, aunque había abandonado ese plan por los altos niveles de radiación en la atmósfera.
Sin embargo, al mismo tiempo hubo varias señales preocupantes: un aumento del nivel de radiación, un humo blanco cuyo origen no se explicó y varillas de combustible nuclear que, según funcionarios estadounidenses, estarían a punto de diseminar material radioactivo.
En Washington, el presidente de la Comisión Reguladora Nuclear, Gregory Jaczko, dijo que el agua se agotó en los depósitos de combustible usado de la Unidad 4 en la planta nuclear Fukushima Dai-ichi. Sin embargo, funcionarios japoneses desmintieron esa información. Hajime Motojuku, vocero de la operadora de la planta Tokyo Electric Power, dijo que "la condición es estable" en la Unidad 4.
Si Jaczko tiene razón, no hay nada que impida el aumento de la temperatura de las varillas de combustible usadas, lo que llevaría en último término a una fusión nuclear. La cobertura de las barras también podría incendiarse con suficiente potencia como para diseminar el combustible radiactivo en un área extensa.
Jaczko no dijo cómo obtuvo la información, pero la comisión y el Departamento de Energía de Estados Unidos cuentan con expertos en la planta de seis reactores en la costa nororiental de Japón, devastada el viernes por un terremoto de magnitud 9,0 y el tsunami que lo siguió.
La situación en la planta pareció empeorar, ya que se veía humo blanco y se detectó un aumento de los niveles de radiación. Esto obligó a los operadores a retirarse durante varias horas por el riesgo a exponerse a la radiación.
La preocupación internacional aumentaba y el director del Organismo Internacional de Energía Atómica, el japonés Yukiya Amano, dijo que iría a su país para evaluar la situación, al tiempo que instó al gobierno a brindar más información a ese ente de Naciones Unidas.
Los funcionarios japoneses generaron esperanzas de que la crisis se esté aliviando al decir la mañana del jueves que estaban cerca de completar el cableado que volvería a activar los sistemas de refrigeración.
Naoki Tsunoda, otro vocero de Tokyo Electric Power, dijo que el cable estaba casi terminado y que las autoridades pensaban probarlo "lo más pronto posible", aunque no dijo cuándo.
La noche del miércoles, autoridades japonesas dijeron que habían pedido a la policía camiones hidrantes de las unidades antidisturbios para lanzar agua a los depósitos de combustibles de la Unidad 4 desde una distancia que se cree es segura para los operarios de emergencia.
La compañía también evaluaba usar helicópteros militares para el mismo cometido, aunque había abandonado ese plan por los altos niveles de radiación en la atmósfera.