Japón estima más de 10.000 personas muertas por terremoto
Días después del terremoto y maremoto que afectaron Japón, millones de personas sobreviven con escasa comida y agua, sin calefacción bajo gélidas temperaturas, en medio de una crisis nuclear sin precedente.
Miles perdieron sus viviendas y el número de muertos y desaparecidos podría superar los 10.000, según las autoridades.
También se dio a conocer que los expertos que quieren evitar una fusión nuclear han aumentado las esperanzas ante la crisis luego de anunciar que están cerca reconectar la electricidad a la planta y restaurar los sistemas de enfriamiento.
Un vocero de la empresa Tokyo Electric Power informó que la electricidad en Fukushima está casi instalada y las autoridades la probarán tan pronto como sea posible, aunque no pudo decir exactamente cuándo.
La electricidad podría ayudar a controlar el enfriamiento y la presión en los tres reactores que están dañados, evitando la fusión de éstos y un desastre nuclear.
Sin embargo, también surgen ominosas señales: un aumento en los niveles de radiación, humo blanco inexplicable y varillas de combustible que según Estados Unidos podrían vertir más material radioactivo.
En tanto, unas 452.000 personas viven en albergues temporales, en muchos casos durmiendo en gimnasios escolares.
Las autoridades informaron el miércoles que la cifra oficial de muertes a raíz de la tragedia llegaba a los 4.300. Se estima que más de 10.000 podrían haber muerto o desaparecido.
En un inusual mensaje a la nación, el emperador Akihito expresó sus condolencias a las víctimas de su país y exhortó a los japoneses a que no desmayen.
Akihito, de 77 años, es una figura profundamente respetada en todo el país. "Rezo para que todos nos cuidemos mutuamente y superemos esta tragedia", agregó.
Conforme pasan los días, van surgiendo cada vez historias increíbles y conmovedoras de los sobrevivientes y de las víctimas de los pueblos devastados del litoral nororiental del Japón.
La autoridades han luchado para impedir una catástrofe ambiental por los daños causados a la planta Fukushima Dai-ichi, situada a 220 kilómetros (140 millas) al norte de Tokio. El maremoto derribó los generadores diesel de emergencia, necesarios para mantener frío el combustible nuclear.
Se trata de la peor crisis atómica que haya afectado Japón desde las bombas arrojadas a Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial. Asimismo es la primera vez que ese tipo de amenaza nuclear se ha presentado en el mundo desde el desastre en Chernobyl, Rusia, en 1986.
El maremoto del 11 de marzo mató a miles de habitantes del litoral nororiental de Japón, arrasó pueblos completos, inundó carreteras y destruyó puertos, refinerías petroleras, plantas siderúrgicas y dejó cientos de fábricas sin funcionamiento.
Los expertos señalan que el costo de la destrucción excede el monto que provocó el terremoto de 1995 en Kobe, que según Standard & Poor's ascendió a un total de 159.000 millones de dólares.
Las prefecturas más afectadas son Iwate, Miyagi, Fukushima e Ibaraki, que albergan industrias desde los sectores agrícola, hasta los de autopartes y electrodomésticos, que constituyen un 6% de la economía del Japón.
Cientos de miles de personas han pasado cinco noches con escaso alimento, agua ni calefacción bajo temperaturas gélidas muchos de ellos sin vivienda, mientras buscan a sus seres queridos.
El puerto de Sendai, el más importante del noreste ha quedado destruido. Otros tres puertos, Hachinohe, Ishinomaki y Onahama, han tenido daños considerables y es probable que no funcionen en varios meses.
Miles perdieron sus viviendas y el número de muertos y desaparecidos podría superar los 10.000, según las autoridades.
También se dio a conocer que los expertos que quieren evitar una fusión nuclear han aumentado las esperanzas ante la crisis luego de anunciar que están cerca reconectar la electricidad a la planta y restaurar los sistemas de enfriamiento.
Un vocero de la empresa Tokyo Electric Power informó que la electricidad en Fukushima está casi instalada y las autoridades la probarán tan pronto como sea posible, aunque no pudo decir exactamente cuándo.
La electricidad podría ayudar a controlar el enfriamiento y la presión en los tres reactores que están dañados, evitando la fusión de éstos y un desastre nuclear.
Sin embargo, también surgen ominosas señales: un aumento en los niveles de radiación, humo blanco inexplicable y varillas de combustible que según Estados Unidos podrían vertir más material radioactivo.
En tanto, unas 452.000 personas viven en albergues temporales, en muchos casos durmiendo en gimnasios escolares.
Las autoridades informaron el miércoles que la cifra oficial de muertes a raíz de la tragedia llegaba a los 4.300. Se estima que más de 10.000 podrían haber muerto o desaparecido.
En un inusual mensaje a la nación, el emperador Akihito expresó sus condolencias a las víctimas de su país y exhortó a los japoneses a que no desmayen.
Akihito, de 77 años, es una figura profundamente respetada en todo el país. "Rezo para que todos nos cuidemos mutuamente y superemos esta tragedia", agregó.
Conforme pasan los días, van surgiendo cada vez historias increíbles y conmovedoras de los sobrevivientes y de las víctimas de los pueblos devastados del litoral nororiental del Japón.
La autoridades han luchado para impedir una catástrofe ambiental por los daños causados a la planta Fukushima Dai-ichi, situada a 220 kilómetros (140 millas) al norte de Tokio. El maremoto derribó los generadores diesel de emergencia, necesarios para mantener frío el combustible nuclear.
Se trata de la peor crisis atómica que haya afectado Japón desde las bombas arrojadas a Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial. Asimismo es la primera vez que ese tipo de amenaza nuclear se ha presentado en el mundo desde el desastre en Chernobyl, Rusia, en 1986.
El maremoto del 11 de marzo mató a miles de habitantes del litoral nororiental de Japón, arrasó pueblos completos, inundó carreteras y destruyó puertos, refinerías petroleras, plantas siderúrgicas y dejó cientos de fábricas sin funcionamiento.
Los expertos señalan que el costo de la destrucción excede el monto que provocó el terremoto de 1995 en Kobe, que según Standard & Poor's ascendió a un total de 159.000 millones de dólares.
Las prefecturas más afectadas son Iwate, Miyagi, Fukushima e Ibaraki, que albergan industrias desde los sectores agrícola, hasta los de autopartes y electrodomésticos, que constituyen un 6% de la economía del Japón.
Cientos de miles de personas han pasado cinco noches con escaso alimento, agua ni calefacción bajo temperaturas gélidas muchos de ellos sin vivienda, mientras buscan a sus seres queridos.
El puerto de Sendai, el más importante del noreste ha quedado destruido. Otros tres puertos, Hachinohe, Ishinomaki y Onahama, han tenido daños considerables y es probable que no funcionen en varios meses.