Gadafi ataca la zona rebelde de Libia y la CPI investiga si cometió crímenes
Los rebeldes libios trataban este jueves de repeler nuevos ataques de las fuerzas del coronel Muamar el Gadafi, contra quien la Corte Penal Internacional (CPI) abrió una investigación por crímenes relacionados con la sangrienta represión de la sublevación popular.
"El despacho del fiscal decidió abrir una investigación por crímenes contra la Humanidad que habrían sido cometidos en Libia desde el 15 de febrero", cuando se inició la insurrección, indicó en La Haya el procurador de la CPI, Luis Moreno Ocampo.
"Gadafi y su entorno más cercano, sus hijos incluidos", son objeto de la investigación, precisó, y advirtió que las fuerzas bajo mando de los sospechosos podrían ser consideradas "responsables penalmente" de las atrocidades que cometan.
La aviación de Gadafi volvió a bombardear el jueves la estratégica ciudad de Brega, en el este del país, tomada por los insurgentes, en una operación que no dejó víctimas, según un médico del hospital local.
Unas horas antes, un grupo de insurgentes había salido de Ajdabiya, a 70 km de Brega, para defender esta localidad que los hombres de Gadafi habían tratado de tomar la víspera con apoyo de la aviación y de la artillería pesada. Ese ataque fue rechazado tras violentos enfrentamientos que dejaron 12 muertos (nueve rebeldes y tres atacantes).
La aviación de Gadafi también había bombardeado el miércoles un depósito de municiones cerca de Ajdabiya (a 850 km al este de Trípoli). Brega y Adjabiya son dos puntos estratégicos para cualquier plan de marcha sobre la capital.
Por otro lado, tres soldados holandeses fueron capturados el domingo por hombres armados durante una operación de evacuación de civiles en Libia, indicaron funcionarios del ministerio holandés de Defensa.
La insurrección, que en los últimos días pareció perder el impulso que en menos de dos semanas le había permitido apoderarse del este y de muchas ciudades del oeste, llamó a la ONU a ordenar bombardeos contra los cuerpos de mercenarios contratados por Gadafi.
"Llamamos a las Naciones Unidas y a cualquier organismo internacional responsable a (autorizar) bombardeos contra las posiciones y los feudos de los mercenarios", declaró el portavoz de los disidentes en Bengasi, el bastión de la rebelión, a 1.000 km al este de Trípoli.
La OTAN indicó el jueves que no tiene "ninguna intención" de intervenir en Libia, pero que sus autoridades militares se preparan para "cualquier eventualidad".
Unos 400 marines llegaron el miércoles a la base estadounidense de la isla de Creta, en el sur de Grecia, desde donde serán trasladados a dos buques de guerra que entraron en el Mediterráneo para posicionarse frente a las costas libias, indicó el jueves a la AFP un portavoz de la base, Paul Farley.
La Liga Árabe afirmó que se opone a una intervención militar, pero que podría respaldar la imposición de una zona de exclusión aérea en Libia para evitar los ataque aéreos contra civiles.
Gadafi, de 68 años, en el poder desde 1969, pronunció el miércoles en Trípoli un discurso en el que avisó que habrá miles de muertos en caso de intervención extranjera. "Miles de libios morirán en caso de intervención de Estados Unidos y la OTAN" en Libia, y el país se convertirá para los occidentales en "un infierno y un mar de sangre peor que los de Irak o Afganistán", proclamó el "Guía de la Revolución" ante sus seguidores que lo aclamaban.
Según la Liga Libia de Derechos Humanos, la represión de la rebelión dejó unos 6.000 muertos, incluyendo 3.000 en Trípoli y 2.000 en Bengasi. Ese balance de víctimas en esta última ciudad es muy superior al de fuentes médicas y al del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que lo sitúan entre 220 y 250 fallecidos.
La comunidad internacional busca también una respuesta al éxodo masivo de personas que huyen del conflicto. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) pidió el envío de centenares de aviones para evacuar a la multitud que se agolpa en la frontera con Túnez.
Francia y Gran Bretaña anunciaron el envío de varios aviones y un buque para repatriar a miles de egipcios hacia su país. La Organización Internacional de Migraciones (OIM) indicó por su lado que empezó a evacuar e inmigrantes desde Bengasi, la capital rebelde.
La situación en Libia y la agitación política en la región -donde movimientos populares ya derrocaron en lo que va del año a los regímenes autoritarios de Túnez y Egipto- seguía haciendo subir los precios del petróleo, que sigue por encima de los 100 dólares el barril.
"El despacho del fiscal decidió abrir una investigación por crímenes contra la Humanidad que habrían sido cometidos en Libia desde el 15 de febrero", cuando se inició la insurrección, indicó en La Haya el procurador de la CPI, Luis Moreno Ocampo.
"Gadafi y su entorno más cercano, sus hijos incluidos", son objeto de la investigación, precisó, y advirtió que las fuerzas bajo mando de los sospechosos podrían ser consideradas "responsables penalmente" de las atrocidades que cometan.
La aviación de Gadafi volvió a bombardear el jueves la estratégica ciudad de Brega, en el este del país, tomada por los insurgentes, en una operación que no dejó víctimas, según un médico del hospital local.
Unas horas antes, un grupo de insurgentes había salido de Ajdabiya, a 70 km de Brega, para defender esta localidad que los hombres de Gadafi habían tratado de tomar la víspera con apoyo de la aviación y de la artillería pesada. Ese ataque fue rechazado tras violentos enfrentamientos que dejaron 12 muertos (nueve rebeldes y tres atacantes).
La aviación de Gadafi también había bombardeado el miércoles un depósito de municiones cerca de Ajdabiya (a 850 km al este de Trípoli). Brega y Adjabiya son dos puntos estratégicos para cualquier plan de marcha sobre la capital.
Por otro lado, tres soldados holandeses fueron capturados el domingo por hombres armados durante una operación de evacuación de civiles en Libia, indicaron funcionarios del ministerio holandés de Defensa.
La insurrección, que en los últimos días pareció perder el impulso que en menos de dos semanas le había permitido apoderarse del este y de muchas ciudades del oeste, llamó a la ONU a ordenar bombardeos contra los cuerpos de mercenarios contratados por Gadafi.
"Llamamos a las Naciones Unidas y a cualquier organismo internacional responsable a (autorizar) bombardeos contra las posiciones y los feudos de los mercenarios", declaró el portavoz de los disidentes en Bengasi, el bastión de la rebelión, a 1.000 km al este de Trípoli.
La OTAN indicó el jueves que no tiene "ninguna intención" de intervenir en Libia, pero que sus autoridades militares se preparan para "cualquier eventualidad".
Unos 400 marines llegaron el miércoles a la base estadounidense de la isla de Creta, en el sur de Grecia, desde donde serán trasladados a dos buques de guerra que entraron en el Mediterráneo para posicionarse frente a las costas libias, indicó el jueves a la AFP un portavoz de la base, Paul Farley.
La Liga Árabe afirmó que se opone a una intervención militar, pero que podría respaldar la imposición de una zona de exclusión aérea en Libia para evitar los ataque aéreos contra civiles.
Gadafi, de 68 años, en el poder desde 1969, pronunció el miércoles en Trípoli un discurso en el que avisó que habrá miles de muertos en caso de intervención extranjera. "Miles de libios morirán en caso de intervención de Estados Unidos y la OTAN" en Libia, y el país se convertirá para los occidentales en "un infierno y un mar de sangre peor que los de Irak o Afganistán", proclamó el "Guía de la Revolución" ante sus seguidores que lo aclamaban.
Según la Liga Libia de Derechos Humanos, la represión de la rebelión dejó unos 6.000 muertos, incluyendo 3.000 en Trípoli y 2.000 en Bengasi. Ese balance de víctimas en esta última ciudad es muy superior al de fuentes médicas y al del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que lo sitúan entre 220 y 250 fallecidos.
La comunidad internacional busca también una respuesta al éxodo masivo de personas que huyen del conflicto. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) pidió el envío de centenares de aviones para evacuar a la multitud que se agolpa en la frontera con Túnez.
Francia y Gran Bretaña anunciaron el envío de varios aviones y un buque para repatriar a miles de egipcios hacia su país. La Organización Internacional de Migraciones (OIM) indicó por su lado que empezó a evacuar e inmigrantes desde Bengasi, la capital rebelde.
La situación en Libia y la agitación política en la región -donde movimientos populares ya derrocaron en lo que va del año a los regímenes autoritarios de Túnez y Egipto- seguía haciendo subir los precios del petróleo, que sigue por encima de los 100 dólares el barril.