Fuerzas de Gadafi acechan a principal fortín rebelde
Trípoli, Agencias
Las fuerzas militares de Moamar Gadafi arremetieron el martes contra los rebeldes con ataques aéreos, misiles, tanques y artillería, en una campaña que parece preparar una ofensiva contundente contra el principal bastión de los opositores en el oriente, Bengasi.
En un acto de desesperación, los rebeldes habilitaron dos viejos aviones de combate que atacaron a un buque gubernamental que bombardeaba a Aybabiya desde el Mediterráneo y provocaba la huida de habitantes.
Pero cuando los tanques empezaron a ingresar a la ciudad desde dos direcciones y los cohetes caían sin cesar en casas y tiendas, la defensa de los combatientes mal pertrechados de la oposición pareció desfallecer.
Hace apenas 10 días, la rebelión se encaminaba hacia Trípoli, la capital, y mostraba capacidad de sacar a Gadafi luego de 41 años en el poder, pero las fuerzas armadas del régimen, con mejores armas y organización, revirtieron la tendencia.
Las gestiones encabezadas por Francia y Gran Bretaña para crear una zona de exclusión aérea para proteger a los rebeldes siguen en el limbo, y algunos rebeldes condenaron a Occidente por no acudir en su ayuda.
"Este es un loco, un carnicero", dijo un combatiente insurrecto sobre Gadafi en declaraciones telefónicas a The Associated Press desde Aydabiya, durante las cuales se escuchaban explosiones. "Es un fuego indiscriminado".
"El mundo está durmiendo", indicó. "(Occidente) se bebió el petróleo de Gadafi y ahora no se le enfrenta. No nos dio la zona de exclusión aérea".
Un número indeterminado de habitantes de la ciudad, de 140.000 mil personas, huye hacia Bengasi, 200 kilómetros (140 millas) hacia el noreste. Pero los aviones de combate y la artillería destruían caminos dentro y fuera de Aydabiya, dijeron varios testigos y combatientes. Algunos afirmaron que habían sido atacados vehículos, pero los reportes no pudieron ser confirmados en medios independientes. Hicieron las declaraciones en forma anónima por temor a represalias del régimen de Gadafi.
Aydabiya, unos 800 kilómetros (480 millas) al sureste de Trípoli, es el acceso a un tramo largo en el este de Libia que la oposición ha controlado casi desde que empezó la rebelión hace un mes.
Con la caída de Aydabiya, las fuerzas del régimen podrían bombardear Bengasi, la segunda mayor ciudad en Libia y la capital de facto de la oposición, por aire, mar y tierra.
Gadafi asegura ahora que sus fuerzas han capturado una gran parte del oriente del país.
El líder libio advirtió a los rebeldes que "solamente hay dos posibilidades: Rendirse o huir".
Afirmó que él no será como los gobernantes de Túnez y Egipto, que cayeron por manifestaciones antigubernamentales.
"Soy muy diferente a ellos", dijo en una entrevista con el diario italiano Il Giornale. "La gente está de mi lado y me da fortaleza".
La noche del martes, ante un grupo selecto de seguidores en Trípoli, Gadafi tachó de "ratas" a los rebeldes y fustigó a naciones occidentales. "Quieren el petróleo libio", dijo.
Las fuerzas militares de Moamar Gadafi arremetieron el martes contra los rebeldes con ataques aéreos, misiles, tanques y artillería, en una campaña que parece preparar una ofensiva contundente contra el principal bastión de los opositores en el oriente, Bengasi.
En un acto de desesperación, los rebeldes habilitaron dos viejos aviones de combate que atacaron a un buque gubernamental que bombardeaba a Aybabiya desde el Mediterráneo y provocaba la huida de habitantes.
Pero cuando los tanques empezaron a ingresar a la ciudad desde dos direcciones y los cohetes caían sin cesar en casas y tiendas, la defensa de los combatientes mal pertrechados de la oposición pareció desfallecer.
Hace apenas 10 días, la rebelión se encaminaba hacia Trípoli, la capital, y mostraba capacidad de sacar a Gadafi luego de 41 años en el poder, pero las fuerzas armadas del régimen, con mejores armas y organización, revirtieron la tendencia.
Las gestiones encabezadas por Francia y Gran Bretaña para crear una zona de exclusión aérea para proteger a los rebeldes siguen en el limbo, y algunos rebeldes condenaron a Occidente por no acudir en su ayuda.
"Este es un loco, un carnicero", dijo un combatiente insurrecto sobre Gadafi en declaraciones telefónicas a The Associated Press desde Aydabiya, durante las cuales se escuchaban explosiones. "Es un fuego indiscriminado".
"El mundo está durmiendo", indicó. "(Occidente) se bebió el petróleo de Gadafi y ahora no se le enfrenta. No nos dio la zona de exclusión aérea".
Un número indeterminado de habitantes de la ciudad, de 140.000 mil personas, huye hacia Bengasi, 200 kilómetros (140 millas) hacia el noreste. Pero los aviones de combate y la artillería destruían caminos dentro y fuera de Aydabiya, dijeron varios testigos y combatientes. Algunos afirmaron que habían sido atacados vehículos, pero los reportes no pudieron ser confirmados en medios independientes. Hicieron las declaraciones en forma anónima por temor a represalias del régimen de Gadafi.
Aydabiya, unos 800 kilómetros (480 millas) al sureste de Trípoli, es el acceso a un tramo largo en el este de Libia que la oposición ha controlado casi desde que empezó la rebelión hace un mes.
Con la caída de Aydabiya, las fuerzas del régimen podrían bombardear Bengasi, la segunda mayor ciudad en Libia y la capital de facto de la oposición, por aire, mar y tierra.
Gadafi asegura ahora que sus fuerzas han capturado una gran parte del oriente del país.
El líder libio advirtió a los rebeldes que "solamente hay dos posibilidades: Rendirse o huir".
Afirmó que él no será como los gobernantes de Túnez y Egipto, que cayeron por manifestaciones antigubernamentales.
"Soy muy diferente a ellos", dijo en una entrevista con el diario italiano Il Giornale. "La gente está de mi lado y me da fortaleza".
La noche del martes, ante un grupo selecto de seguidores en Trípoli, Gadafi tachó de "ratas" a los rebeldes y fustigó a naciones occidentales. "Quieren el petróleo libio", dijo.