El régimen libio asegura que ha suspendido sus operaciones militares para "proteger a los civiles"
Trípoli, Agencias
Libia ha anunciado el alto el fuego y la suspención de todas sus operaciones militares "para proteger a los civiles", según asegurado su ministro de Exteriores, en respuesta a la resolución de Naciones Unidas que autoriza ataques contra el país para imponer una zona de exclusión aérea que frene los bombardeos sobre la población sublevada. El responsable de la política exterior libia, Mousa Kousa, aseguró en una rueda de prensa que su país protegerá a todos los extranjeros y a sus posesiones. En sus declaraciones ofreció también "abrir todas las vías de diálogo con quienes estén interesados en la unidad territorial de Libia".
No obstante, desde Ajdabiya y Misrata siguen llegando noticias de combates. En esta segunda ciudad, las informaciones de Reuters hablan de, al menos, 25 muertes tras los ataques de las fuerzas leales de Gadafi. La embajadora de EE UU ante la ONU, Susan Rice, ha asegurado además que el avance de las tropas del régimen continúa hacia Bengasi, la capital de los rebeldes, lo que viola el alto el fuego exigido por Naciones Unidas para no intervenir militarmente. En respuesta, el viceministro de Exteriores libio, Kaled Jaim, aunque ha admitido el avance de las tropas, ha asegurado que ello no supone una violación del cese de la violencia, algo que, según él, sí han hecho los rebeldes al atacar a los leales del régimen en la región de Al Magrun, a unos 80 kilómetros al sur de Bengasi. Además, ha invitado a observadores de Malta, China, Turquía o Alemania a comprobarlo sobre el terreno.
La intervención de Kousa ha dado un repaso a la resolución de la ONU, y ha mostrado su "tristeza" porque a su parecer el cierre del espacio aéreo, que incluye vuelos comerciales y civiles, y la congelación de todos los bienes e inversiones libios en el extranjero "aumentará el sufrimiento del pueblo". Ha denunciado también que la resolución viola la soberanía del país y contradice el artículo 4(2) de la Carta de Naciones Unidas. "Pedimos a todos los gobiernos y ONG que comprueben los hechos sobre el terreno y envíen misiones a Libia, para que puedan tomar las decisiones adecuadas viendo los hechos sobre el terreno".
Francia, que ha liderado junto a Reino Unido la propuesta de resolución en la ONU mantiene la cautela sobre el anuncio del Gobierno de Gafadi. "Está empezando a asustarse, pero en el terreno la amenaza no ha cambiado", ha declarado a Reuters Bernardo Valero, portavoz del ministro de Exteriores.
Contraataque de Libia
Sin abandonar su tono desafiante, Muamar el Gadafi había prometido "transformar la vida de quienes ataquen Libia en un infierno" y destruir el Mediterráneo, en una entrevista con la televisión pública portuguesa, la RTP. "Si el mundo se vuelve loco, nosotros también lo haremos", había declarado Gadafi, que se preguntaba: "¿Qué es este racismo, este odio? ¿Qué es esta locura?"
Su hijo, Saif el Islam, había asegurado también que su familia "no tiene miedo". "Estamos en nuestro país y con nuestra gente. Y no tenemos miedo", ha dicho El Islam en declaraciones a la cadena estadounidense ABC desde Trípoli. "No tendremos miedo", ha insistido antes de lanzar un mensaje a la comunidad internacional: "No ayudáis a la gente si vais a bombardear Libia, a matar a libios. (...) Destruiréis nuestro país. Nadie está contento con eso".
El Ministerio de Defensa libio había advertido también, igual que Gadafi, de que responderían a los ataques extranjeros incluso más allá de sus fronteras. "Cualquier ataque militar contra Libia pondrá en riesgo el tráfico marítimo y aéreo en el Mediterráneo y las instalaciones civiles y militares serán objetivos del contraataque libio", había asegurado en un comunicado citado por Reuters. Despechadas, las autoridades libias habían dicho que la resolución de la ONU no se merece ni el papel en el que está escrita.
"Los libios hemos tenido bastante. Incluso aunque todo el mundo nos ataque, y lo hagan con armas nucleares, no renunciaremos a nuestro país, a nuestra dignidad, a nuestros niños y jóvenes", ha declarado también Gadafi, en un mensaje radiofónico recogido por la cadena Al Yazira.
Situación crítica de los rebeldes
La resolución de Naciones Unidas llega en un momento crítico de la ofensiva de las tropas leales a Gadafi sobre el bastión rebelde de Bengasi. Las fuerzas sublevadas han ido perdiendo fuelle en su combate contra el régimen por la desigual correlación de fuerzas. Tras semanas de debates estériles, la comunidad internacional finalmente ha decidido mediar en la crisis al comprobar que los opositores al dictador libio están acorrolados y sin apenas opciones de victoria, y después de que Gadafi amenazara anoche, en un mensaje dirigido a la población de Bengasi, con arrasar la ciudad "sin piedad". "Iremos casa por casa, habitación por habitación", amenazó.
A pesar del anuncio de alto el fuego, testigos en Misrata -controlada por los rebeldes- han informado hoy de las fuerzas de Gadafi han bombardeado la ciudad con tanques y atrillería pesada, causando la muerte de, al menos, 25 personas, entre ellas varias niñas. El médico Jaled Abou Selha ha dicho a Reuters vía teléfono satelital que los leales a Gadafi han atacado ambulancias. Tanto Selha como otro residente, Mohamed, han dicho que la ciudad aún sufre fuertes embates de artillería. "Hay 20 tanques en la ciudad, están matando a todo el mundo porque quieren recapturar la ciudad esta misma tarde", ha afirmado Mohamed, mientras podría oirse un fuerte tiroteo en el fondo. Desde Ajdabiya, a 160 kilómetros de Bengasi, también llegan noticias de combates.
Saif el Islam había anunciado que sus tropas tenían previsto rodear hoy por completo Bengasi, aunque por el momento no entrarían en la ciudad. En cambio estaba previsto que lo hicieran los comandos "antiterroristas" del régimen con el objetivo de desarmar a los rebeldes, según el hijo de Gadafi, quien había garantizado asistencia humanitaria a aquellos que abandonasen la ciudad en las próximas horas.
Los rebeldes han atacado las tropas leales a Gadafi en Nalut, a 60 kilómetros de la frontera tunecina, según informa Reuters. En el combate han muerto cuatro soldados y un rebelde, como informa la misma agencia.
El Consejo Nacional Libio, el órgano de gobierno establecido por la oposición en Bengasi, advirtió por la mañana de que la creación de una zona de exclusión aérea para impedir los ataques del Ejército contra la población "no es suficiente" y celebró el anuncio de una intervención militar, informa Al Yazira.
Por su parte, Barack Obama ha subrayado esta tarde que "si se le deja como hasta ahora [a Gadafi], cometerá atrocidades contra su gente, miles morirán y será una crisis humanitaria que desestabilizará la región". El presidente de EE UU ha dicho, con tono contundente: "Gadafi debe de cumplir con la resolución de Naciones Unidas o enfrentarse a una acción militar". Ha destacado que "no actuará en solitario, ni invadirá el país por tierra, ni habrá combate cuerpo a cuerpo". El objetivo, ha comentado, es que se respeten "los derechos humanos de los rebeldes y los civiles en Libia". También ha señalado que esta ha sido una decisión muy estudiada, dado el peso de la guerra de Afganistán y de las operaciones de salida de Irak. Francia y Reino Unido han respaldado el ultimátum de la Casa Blanca.
Libia ha anunciado el alto el fuego y la suspención de todas sus operaciones militares "para proteger a los civiles", según asegurado su ministro de Exteriores, en respuesta a la resolución de Naciones Unidas que autoriza ataques contra el país para imponer una zona de exclusión aérea que frene los bombardeos sobre la población sublevada. El responsable de la política exterior libia, Mousa Kousa, aseguró en una rueda de prensa que su país protegerá a todos los extranjeros y a sus posesiones. En sus declaraciones ofreció también "abrir todas las vías de diálogo con quienes estén interesados en la unidad territorial de Libia".
No obstante, desde Ajdabiya y Misrata siguen llegando noticias de combates. En esta segunda ciudad, las informaciones de Reuters hablan de, al menos, 25 muertes tras los ataques de las fuerzas leales de Gadafi. La embajadora de EE UU ante la ONU, Susan Rice, ha asegurado además que el avance de las tropas del régimen continúa hacia Bengasi, la capital de los rebeldes, lo que viola el alto el fuego exigido por Naciones Unidas para no intervenir militarmente. En respuesta, el viceministro de Exteriores libio, Kaled Jaim, aunque ha admitido el avance de las tropas, ha asegurado que ello no supone una violación del cese de la violencia, algo que, según él, sí han hecho los rebeldes al atacar a los leales del régimen en la región de Al Magrun, a unos 80 kilómetros al sur de Bengasi. Además, ha invitado a observadores de Malta, China, Turquía o Alemania a comprobarlo sobre el terreno.
La intervención de Kousa ha dado un repaso a la resolución de la ONU, y ha mostrado su "tristeza" porque a su parecer el cierre del espacio aéreo, que incluye vuelos comerciales y civiles, y la congelación de todos los bienes e inversiones libios en el extranjero "aumentará el sufrimiento del pueblo". Ha denunciado también que la resolución viola la soberanía del país y contradice el artículo 4(2) de la Carta de Naciones Unidas. "Pedimos a todos los gobiernos y ONG que comprueben los hechos sobre el terreno y envíen misiones a Libia, para que puedan tomar las decisiones adecuadas viendo los hechos sobre el terreno".
Francia, que ha liderado junto a Reino Unido la propuesta de resolución en la ONU mantiene la cautela sobre el anuncio del Gobierno de Gafadi. "Está empezando a asustarse, pero en el terreno la amenaza no ha cambiado", ha declarado a Reuters Bernardo Valero, portavoz del ministro de Exteriores.
Contraataque de Libia
Sin abandonar su tono desafiante, Muamar el Gadafi había prometido "transformar la vida de quienes ataquen Libia en un infierno" y destruir el Mediterráneo, en una entrevista con la televisión pública portuguesa, la RTP. "Si el mundo se vuelve loco, nosotros también lo haremos", había declarado Gadafi, que se preguntaba: "¿Qué es este racismo, este odio? ¿Qué es esta locura?"
Su hijo, Saif el Islam, había asegurado también que su familia "no tiene miedo". "Estamos en nuestro país y con nuestra gente. Y no tenemos miedo", ha dicho El Islam en declaraciones a la cadena estadounidense ABC desde Trípoli. "No tendremos miedo", ha insistido antes de lanzar un mensaje a la comunidad internacional: "No ayudáis a la gente si vais a bombardear Libia, a matar a libios. (...) Destruiréis nuestro país. Nadie está contento con eso".
El Ministerio de Defensa libio había advertido también, igual que Gadafi, de que responderían a los ataques extranjeros incluso más allá de sus fronteras. "Cualquier ataque militar contra Libia pondrá en riesgo el tráfico marítimo y aéreo en el Mediterráneo y las instalaciones civiles y militares serán objetivos del contraataque libio", había asegurado en un comunicado citado por Reuters. Despechadas, las autoridades libias habían dicho que la resolución de la ONU no se merece ni el papel en el que está escrita.
"Los libios hemos tenido bastante. Incluso aunque todo el mundo nos ataque, y lo hagan con armas nucleares, no renunciaremos a nuestro país, a nuestra dignidad, a nuestros niños y jóvenes", ha declarado también Gadafi, en un mensaje radiofónico recogido por la cadena Al Yazira.
Situación crítica de los rebeldes
La resolución de Naciones Unidas llega en un momento crítico de la ofensiva de las tropas leales a Gadafi sobre el bastión rebelde de Bengasi. Las fuerzas sublevadas han ido perdiendo fuelle en su combate contra el régimen por la desigual correlación de fuerzas. Tras semanas de debates estériles, la comunidad internacional finalmente ha decidido mediar en la crisis al comprobar que los opositores al dictador libio están acorrolados y sin apenas opciones de victoria, y después de que Gadafi amenazara anoche, en un mensaje dirigido a la población de Bengasi, con arrasar la ciudad "sin piedad". "Iremos casa por casa, habitación por habitación", amenazó.
A pesar del anuncio de alto el fuego, testigos en Misrata -controlada por los rebeldes- han informado hoy de las fuerzas de Gadafi han bombardeado la ciudad con tanques y atrillería pesada, causando la muerte de, al menos, 25 personas, entre ellas varias niñas. El médico Jaled Abou Selha ha dicho a Reuters vía teléfono satelital que los leales a Gadafi han atacado ambulancias. Tanto Selha como otro residente, Mohamed, han dicho que la ciudad aún sufre fuertes embates de artillería. "Hay 20 tanques en la ciudad, están matando a todo el mundo porque quieren recapturar la ciudad esta misma tarde", ha afirmado Mohamed, mientras podría oirse un fuerte tiroteo en el fondo. Desde Ajdabiya, a 160 kilómetros de Bengasi, también llegan noticias de combates.
Saif el Islam había anunciado que sus tropas tenían previsto rodear hoy por completo Bengasi, aunque por el momento no entrarían en la ciudad. En cambio estaba previsto que lo hicieran los comandos "antiterroristas" del régimen con el objetivo de desarmar a los rebeldes, según el hijo de Gadafi, quien había garantizado asistencia humanitaria a aquellos que abandonasen la ciudad en las próximas horas.
Los rebeldes han atacado las tropas leales a Gadafi en Nalut, a 60 kilómetros de la frontera tunecina, según informa Reuters. En el combate han muerto cuatro soldados y un rebelde, como informa la misma agencia.
El Consejo Nacional Libio, el órgano de gobierno establecido por la oposición en Bengasi, advirtió por la mañana de que la creación de una zona de exclusión aérea para impedir los ataques del Ejército contra la población "no es suficiente" y celebró el anuncio de una intervención militar, informa Al Yazira.
Por su parte, Barack Obama ha subrayado esta tarde que "si se le deja como hasta ahora [a Gadafi], cometerá atrocidades contra su gente, miles morirán y será una crisis humanitaria que desestabilizará la región". El presidente de EE UU ha dicho, con tono contundente: "Gadafi debe de cumplir con la resolución de Naciones Unidas o enfrentarse a una acción militar". Ha destacado que "no actuará en solitario, ni invadirá el país por tierra, ni habrá combate cuerpo a cuerpo". El objetivo, ha comentado, es que se respeten "los derechos humanos de los rebeldes y los civiles en Libia". También ha señalado que esta ha sido una decisión muy estudiada, dado el peso de la guerra de Afganistán y de las operaciones de salida de Irak. Francia y Reino Unido han respaldado el ultimátum de la Casa Blanca.