El Gobierno boliviano reconoce que el narcotráfico ha penetrado en el Estado
Cochabamba, El País
Las autoridades bolivianas han emitido una orden internacional de captura contra el destituido coronel de la Policía Nacional boliviana Jorge Roger Sánchez Pantoja, bajo cargos de narcotráfico, según confirmó ayer el ministro del Interior, Sacha Llorenti, en La Paz. La orden está relacionada con una red de tráfico de cocaína de la que presuntamente formaba parte la mayoría de los agentes de una división policial antidroga. El Gobierno de Evo Morales ha "heredado un Estado peligrosa y criminalmente penetrado por el narcotráfico", reconoció el viernes ante el Parlamento el vicepresidente, Álvaro García Linera.
La trama se descubrió el pasado 24 de febrero, cuando el jefe del Centro de Inteligencia y Generación de Información (Cegein), el general retirado de la policía René Sanabria, fue detenido junto al también boliviano Marcelo Juan Foronda, presunto jefe de una red narcotraficante, en el marco de una operación contra el narcotráfico desarrollada por la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) con la cooperación de Chile y Panamá. Ambos están acusados de preparar un envío de cocaína a EE UU.
Una quincena de agentes que trabajaban en el Cegein han sido detenidos. Sanabria, Jorge Sánchez Pantoja y su hermano Milton han sido dados de baja de la institución policial para su procesamiento en la justicia ordinaria bajo la dura ley antinarcóticos.
Morales, que no oculta su decepción, ha reiterado una y otra vez que su Gobierno y el pueblo "hacen esfuerzos para combatir el narcotráfico que, sabemos, hace mucho daño en Bolivia y el mundo" y ha pedido a las autoridades judiciales que actúen "caiga quien caiga", en un intento de reflejar una férrea voluntad política de castigar el narcotráfico en el país, tercer productor mundial de hoja de coca, materia prima de la cocaína.
Cooperación con EE UU
La detención de Sanabria, ex comandante de la Fuerza de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) y entrenado por la DEA, ha dado nuevo vigor a la alicaída oposición, que ha planteado la necesidad de que este organismo vuelva a Bolivia para cooperar en la lucha antidroga, que está "perforada" por el narcotráfico, según dijo el subsecretario de Defensa Social, Felipe Cáceres.
La petición fue categóricamente rechazada por Morales, que aseguró que los agentes de la DEA no volverán jamás al país "por la dignidad y soberanía de Bolivia". Fueron expulsados en 2008, acusados de conspirar contra el presidente.
El presidente ha acusado a EE UU de utilizar el narcotráfico como "un instrumento de control político en Latinoamérica y el mundo". Morales desempolvó el libro La guerra falsa, del ex agente de la DEA Michael Levine, como prueba de sus afirmaciones. El presidente está convencido de que detrás de la lucha antidroga hay intereses geopolíticos y, en el caso específico de Sanabria, mencionó que "cuando cae un policía usan a éste para implicar al Gobierno con cualquier pretexto".
El oficialista Movimiento Al Socialismo planteó el viernes una sesión parlamentaria de interpelación al ministro Llorenti para dar explicaciones ante este caso y mostrar las bondades de la lucha antidroga. Sin embargo, la oposición considera que no se ha esclarecido por qué el Gobierno fue el último en enterarse de las ilícitas actividades de Sanabria, que desde septiembre de 2010 era investigado por agentes encubiertos de organismos antidroga de Chile, Panamá y Estados Unidos.
El vicepresidente Linera reconoció durante la sesión parlamentaria la infiltración del narcotráfico en el Estado y afirmó que "es obligación de todos combatirlo donde aparezca, sin respetar si es amigo conocido, pariente, jefe, hermano o padre. Y estamos en eso".
Las autoridades bolivianas han emitido una orden internacional de captura contra el destituido coronel de la Policía Nacional boliviana Jorge Roger Sánchez Pantoja, bajo cargos de narcotráfico, según confirmó ayer el ministro del Interior, Sacha Llorenti, en La Paz. La orden está relacionada con una red de tráfico de cocaína de la que presuntamente formaba parte la mayoría de los agentes de una división policial antidroga. El Gobierno de Evo Morales ha "heredado un Estado peligrosa y criminalmente penetrado por el narcotráfico", reconoció el viernes ante el Parlamento el vicepresidente, Álvaro García Linera.
La trama se descubrió el pasado 24 de febrero, cuando el jefe del Centro de Inteligencia y Generación de Información (Cegein), el general retirado de la policía René Sanabria, fue detenido junto al también boliviano Marcelo Juan Foronda, presunto jefe de una red narcotraficante, en el marco de una operación contra el narcotráfico desarrollada por la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) con la cooperación de Chile y Panamá. Ambos están acusados de preparar un envío de cocaína a EE UU.
Una quincena de agentes que trabajaban en el Cegein han sido detenidos. Sanabria, Jorge Sánchez Pantoja y su hermano Milton han sido dados de baja de la institución policial para su procesamiento en la justicia ordinaria bajo la dura ley antinarcóticos.
Morales, que no oculta su decepción, ha reiterado una y otra vez que su Gobierno y el pueblo "hacen esfuerzos para combatir el narcotráfico que, sabemos, hace mucho daño en Bolivia y el mundo" y ha pedido a las autoridades judiciales que actúen "caiga quien caiga", en un intento de reflejar una férrea voluntad política de castigar el narcotráfico en el país, tercer productor mundial de hoja de coca, materia prima de la cocaína.
Cooperación con EE UU
La detención de Sanabria, ex comandante de la Fuerza de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) y entrenado por la DEA, ha dado nuevo vigor a la alicaída oposición, que ha planteado la necesidad de que este organismo vuelva a Bolivia para cooperar en la lucha antidroga, que está "perforada" por el narcotráfico, según dijo el subsecretario de Defensa Social, Felipe Cáceres.
La petición fue categóricamente rechazada por Morales, que aseguró que los agentes de la DEA no volverán jamás al país "por la dignidad y soberanía de Bolivia". Fueron expulsados en 2008, acusados de conspirar contra el presidente.
El presidente ha acusado a EE UU de utilizar el narcotráfico como "un instrumento de control político en Latinoamérica y el mundo". Morales desempolvó el libro La guerra falsa, del ex agente de la DEA Michael Levine, como prueba de sus afirmaciones. El presidente está convencido de que detrás de la lucha antidroga hay intereses geopolíticos y, en el caso específico de Sanabria, mencionó que "cuando cae un policía usan a éste para implicar al Gobierno con cualquier pretexto".
El oficialista Movimiento Al Socialismo planteó el viernes una sesión parlamentaria de interpelación al ministro Llorenti para dar explicaciones ante este caso y mostrar las bondades de la lucha antidroga. Sin embargo, la oposición considera que no se ha esclarecido por qué el Gobierno fue el último en enterarse de las ilícitas actividades de Sanabria, que desde septiembre de 2010 era investigado por agentes encubiertos de organismos antidroga de Chile, Panamá y Estados Unidos.
El vicepresidente Linera reconoció durante la sesión parlamentaria la infiltración del narcotráfico en el Estado y afirmó que "es obligación de todos combatirlo donde aparezca, sin respetar si es amigo conocido, pariente, jefe, hermano o padre. Y estamos en eso".