Cientos de iraquíes se manifiestan contra el Gobierno
Faluya, Agencias
Cientos de iraquíes se han manifestado, en el primer aniversario de las últimas elecciones parlamentarias, para protestar contra el Gobierno del chií Nuri al Maliki, que ha reeditado su posición de primer ministro.
Alrededor de mil personas se congregaron en el centro de la ciudad occidental de Faluya, dominada por la población suní, para corear consignas contra Al Maliki. Además, unas cien personas se reunieron en la plaza Tahrir de Bagdad en una protesta de similares características.
Nawaf Husein, un taxista que participó en la marcha de Faluya, ha advertido de que no pararán hasta lograr la salida de Al Maliki. "Todos los días, las fuerzas de seguridad de Bagdad vienen a nuestras zonas para detener a ciudadanos, y todo esto ocurre por órdenes directas del propio Al Maliki", ha asegurado.
Otro de los manifestantes, Amir Ahmed, ha denunciado que su voto fue "robado" tras los comicios. El bloque de Al Maliki quedó segundo en las elecciones, a dos escaños de la coalición Iraqiya que lidera el ex primer ministro Iyad Allawi, pero las negociaciones postelectorales que resultaron en un reparto del poder entre suníes, chiíes y kurdos han permitido a Al Maliki mantener la jefatura del Ejecutivo.
Irak también ha sufrido en las últimas semanas protestas antigubernamentales similares a las registradas en otros países de mayoría islámica. En el caso iraquí, los manifestantes se han quejado principalmente de la falta de acceso a los servicios básicos y de la corrupción.
"Voté en 2010 tener una vida nueva y próspera y lo que he obtenido es un estado policial con los mayores índices de corrupción del mundo", ha criticado Falá al Qaisi, un funcionario empleado del banco público.
El Gobierno ha adoptado algunas medidas para calmar las marchas opositoras y, por ejemplo, ha recortado los sueldos de los altos cargos, distribuido electricidad gratis o revisado el programa de racionamiento de alimentación. Al Maliki ha dado a sus ministros un plazo de cien días para promover reformas si quieren conservar sus puestos.
Cientos de iraquíes se han manifestado, en el primer aniversario de las últimas elecciones parlamentarias, para protestar contra el Gobierno del chií Nuri al Maliki, que ha reeditado su posición de primer ministro.
Alrededor de mil personas se congregaron en el centro de la ciudad occidental de Faluya, dominada por la población suní, para corear consignas contra Al Maliki. Además, unas cien personas se reunieron en la plaza Tahrir de Bagdad en una protesta de similares características.
Nawaf Husein, un taxista que participó en la marcha de Faluya, ha advertido de que no pararán hasta lograr la salida de Al Maliki. "Todos los días, las fuerzas de seguridad de Bagdad vienen a nuestras zonas para detener a ciudadanos, y todo esto ocurre por órdenes directas del propio Al Maliki", ha asegurado.
Otro de los manifestantes, Amir Ahmed, ha denunciado que su voto fue "robado" tras los comicios. El bloque de Al Maliki quedó segundo en las elecciones, a dos escaños de la coalición Iraqiya que lidera el ex primer ministro Iyad Allawi, pero las negociaciones postelectorales que resultaron en un reparto del poder entre suníes, chiíes y kurdos han permitido a Al Maliki mantener la jefatura del Ejecutivo.
Irak también ha sufrido en las últimas semanas protestas antigubernamentales similares a las registradas en otros países de mayoría islámica. En el caso iraquí, los manifestantes se han quejado principalmente de la falta de acceso a los servicios básicos y de la corrupción.
"Voté en 2010 tener una vida nueva y próspera y lo que he obtenido es un estado policial con los mayores índices de corrupción del mundo", ha criticado Falá al Qaisi, un funcionario empleado del banco público.
El Gobierno ha adoptado algunas medidas para calmar las marchas opositoras y, por ejemplo, ha recortado los sueldos de los altos cargos, distribuido electricidad gratis o revisado el programa de racionamiento de alimentación. Al Maliki ha dado a sus ministros un plazo de cien días para promover reformas si quieren conservar sus puestos.