Catástrofe en el Pacífico: Un pueblo borrado de la faz de la Tierra
Los equipos de rescate siguen sin poder localizar a los 9.500 habitantes de Minami Sanriku tras el tsunami
Tokio, Agencias
El pueblo pesquero de Minami Sanriku se erguía hasta el pasado viernes en la costa oriental japonesa a unos 80 kilómetros del epicentro del terremoto. Tras el impacto del tsunami, solo quedan en pie el hospital público y otro par de edificios. Unos 9.500 de los 17.000 residentes de la localidad continuaban anoche desaparecidos, según informaron las autoridades japonesas.
Cerca de la mitad de los habitantes del pueblo tuvieron los reflejos, la suerte y el temple de alejarse o protegerse en alguno de los 25 refugios de la localidad después del gran temblor. Los demás, probablemente, quedaron expuestos al impacto de olas de hasta 10 metros. La cercanía de Minami Sanriku al epicentro la expuso a una embestida extraordinariamente rápida, directa y violenta.
Judith Kawaguchi, reportera de la cadena de televisión NHK enviada a la zona, colgó en la red social Twitter una descripción de lo que vio: "Horrible, la ciudad entera ha desaparecido. Unos 10.000 desaparecidos. La autopista destrozada, en el barro, todo barro, todo esfumado. Devastación increíble, todos los edificios arrasados, salvo el hospital, una tienda de artículos para bodas y otro edificio".
Otros pueblos de la zona han sufrido destrozos comparables. "Otsuchi era un pueblo bastante grande. Tras el seísmo, el tsunami y los incendios, no queda nada", relata Scott West, un militante de la organización de defensa del medio ambiente marino Sea Shepherd que se encontraba en la zona durante el desastre. "La extensión de la miseria es indescriptible. Todos aquellos con los que me he cruzado se encuentran en estado de choque", añadió.
Tokio, Agencias
El pueblo pesquero de Minami Sanriku se erguía hasta el pasado viernes en la costa oriental japonesa a unos 80 kilómetros del epicentro del terremoto. Tras el impacto del tsunami, solo quedan en pie el hospital público y otro par de edificios. Unos 9.500 de los 17.000 residentes de la localidad continuaban anoche desaparecidos, según informaron las autoridades japonesas.
Cerca de la mitad de los habitantes del pueblo tuvieron los reflejos, la suerte y el temple de alejarse o protegerse en alguno de los 25 refugios de la localidad después del gran temblor. Los demás, probablemente, quedaron expuestos al impacto de olas de hasta 10 metros. La cercanía de Minami Sanriku al epicentro la expuso a una embestida extraordinariamente rápida, directa y violenta.
Judith Kawaguchi, reportera de la cadena de televisión NHK enviada a la zona, colgó en la red social Twitter una descripción de lo que vio: "Horrible, la ciudad entera ha desaparecido. Unos 10.000 desaparecidos. La autopista destrozada, en el barro, todo barro, todo esfumado. Devastación increíble, todos los edificios arrasados, salvo el hospital, una tienda de artículos para bodas y otro edificio".
Otros pueblos de la zona han sufrido destrozos comparables. "Otsuchi era un pueblo bastante grande. Tras el seísmo, el tsunami y los incendios, no queda nada", relata Scott West, un militante de la organización de defensa del medio ambiente marino Sea Shepherd que se encontraba en la zona durante el desastre. "La extensión de la miseria es indescriptible. Todos aquellos con los que me he cruzado se encuentran en estado de choque", añadió.