Bahréin reprime a chiítas e impone toque de queda
Soldados y policías antimotines expulsaron el miércoles a centenares de manifestantes de una simbólica plaza pública en la capital de Bahrein, impusieron un toque de queda de 12 horas y evitaron que la gente se desplace en todo el país, en incidentes que dejaron al menos cinco muertos.
Testigos dijeron que vieron helicópteros que disparaban contra viviendas en una cacería de chiítas y atacaban a los médicos que atendían a los heridos. El gobierno dijo que los manifestantes eran "forajidos" por exigir el final de la monarquía.
La nación que supo ser líder de apertura a las inversiones en Medio Oriente se paralizó por la fuerza militar y el gobierno se apoyaba en efectivos enviados por sus vecinos suníes del Golfo Pérsico, que temen por su propio futuro ante la posibilidad que se extienda la influencia del régimen chií de Irán.
El malestar social que comenzó el mes pasado ha mostrado cada vez más características de enfrentamiento sectario. Los líderes suníes del país están desesperados por retener el poder y la mayoría chií clama por mayores derechos y por el fin de la dinastía.
El ataque a gran escala lanzado al amanecer comenzó en la Plaza de la Perla, que ha sido centro de las protestas inspiradas por las sublevaciones populares que derrocaron a presidentes autocráticos en Túnez y Egipto. Pero la violencia se extendió más allá de la capital.
Los médicos del principal hospital del país dijeron que fuerzas de seguridad tomaron las instalaciones y evitaron que los doctores salieran o atendieran a los heridos.
"Hay muchas personas heridas, pero no podemos traerlas al hospital por las restricciones a la circulación y los médicos no pueden venir", dijo Alí Marsuk, residente del pueblo chií de Sitra, donde aseguró los helicópteros dispararon contra las viviendas en un ataque que duró tres horas.
"Los vi perseguir a chiítas como si estuvieran cazando", dijo Rania Alí, otra residente del lugar.
El hospital Salmaniya se ha vuelto foco de la disputa. Las autoridades considera que el personal, de mayoría chií, podría apoyar a los manifestantes y los profesionales dicen que deben atender a quien necesite tratamiento.
Funcionarios del lugar que pidieron no ser identificados por no estar autorizados para hacer declaraciones a la prensa, dijeron que atendieron a 107 heridos el miércoles, de los cuales nueve estaban en condición crítica. El día anterior, habían tratado a 322 personas heridas en todo el reino.
El anuncio del rey el martes de un estado de emergencia de tres meses y la represión en la Plaza de la Perla dejaron en claro que las autoridades van a responder a las protestas con fuerza abrumadora.
Bahréin es la base de la Quinta Flota de la Marina estadounidense. El presidente de Estados Unidos Barack Obama llamó al rey Abdalá de Arabia Saudí y al monarca bahreiní Hamad bin Isa Al Khalifa para expresar su profunda preocupación por la violencia, dijo su vocero Jay Carney.
Testigos dijeron que vieron helicópteros que disparaban contra viviendas en una cacería de chiítas y atacaban a los médicos que atendían a los heridos. El gobierno dijo que los manifestantes eran "forajidos" por exigir el final de la monarquía.
La nación que supo ser líder de apertura a las inversiones en Medio Oriente se paralizó por la fuerza militar y el gobierno se apoyaba en efectivos enviados por sus vecinos suníes del Golfo Pérsico, que temen por su propio futuro ante la posibilidad que se extienda la influencia del régimen chií de Irán.
El malestar social que comenzó el mes pasado ha mostrado cada vez más características de enfrentamiento sectario. Los líderes suníes del país están desesperados por retener el poder y la mayoría chií clama por mayores derechos y por el fin de la dinastía.
El ataque a gran escala lanzado al amanecer comenzó en la Plaza de la Perla, que ha sido centro de las protestas inspiradas por las sublevaciones populares que derrocaron a presidentes autocráticos en Túnez y Egipto. Pero la violencia se extendió más allá de la capital.
Los médicos del principal hospital del país dijeron que fuerzas de seguridad tomaron las instalaciones y evitaron que los doctores salieran o atendieran a los heridos.
"Hay muchas personas heridas, pero no podemos traerlas al hospital por las restricciones a la circulación y los médicos no pueden venir", dijo Alí Marsuk, residente del pueblo chií de Sitra, donde aseguró los helicópteros dispararon contra las viviendas en un ataque que duró tres horas.
"Los vi perseguir a chiítas como si estuvieran cazando", dijo Rania Alí, otra residente del lugar.
El hospital Salmaniya se ha vuelto foco de la disputa. Las autoridades considera que el personal, de mayoría chií, podría apoyar a los manifestantes y los profesionales dicen que deben atender a quien necesite tratamiento.
Funcionarios del lugar que pidieron no ser identificados por no estar autorizados para hacer declaraciones a la prensa, dijeron que atendieron a 107 heridos el miércoles, de los cuales nueve estaban en condición crítica. El día anterior, habían tratado a 322 personas heridas en todo el reino.
El anuncio del rey el martes de un estado de emergencia de tres meses y la represión en la Plaza de la Perla dejaron en claro que las autoridades van a responder a las protestas con fuerza abrumadora.
Bahréin es la base de la Quinta Flota de la Marina estadounidense. El presidente de Estados Unidos Barack Obama llamó al rey Abdalá de Arabia Saudí y al monarca bahreiní Hamad bin Isa Al Khalifa para expresar su profunda preocupación por la violencia, dijo su vocero Jay Carney.