Aristide recibe cálida bienvenida en Haití

Puerto Príncipe, Agencias
El ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide regresó el viernes a su tierra natal luego de siete años en el exilio, a pesar de las críticas de Estados Unidos y opositores que advirtieron que su presencia podría interrumpir la ya aplazada elección presidencial.

Fue recibido como una celebridad, asediado por aliados y periodistas afuera de su avión privado. Posteriormente fue trasladado a una sala de acceso restringido en el aeropuerto mientras una muchedumbre de partidarios se concentraba en las calles afuera de la terminal.

Aristide llegó acompañado de su esposa e hijas, saludando a la multitud y lanzando besos. Al hablar con los periodistas y sus aliados, criticó la decisión de prohibir que su partido político, Familia Lavalas, participara en la votación del domingo y consideró que se privó el derecho de representación de una mayoría de haitianos en una elección tan dividida.

"Al excluir a Lavalas se mutilan los lazos que nos unen a esta gente", dijo. "La solución es la inclusión de todos los haitianos como humanos".

Las declaraciones de Aristide parecieron contradecir lo que ya habían dicho él y sus seguidores en el sentido de que regresaba a casa sólo para trabajar en la educación, no para engancharse con la política.

El gobierno estadounidense y otros en la comunidad internacional se preocuparon de que su presencia pueda afectar la segunda ronda de la elección presidencial el 20 de marzo.

El embajador estadounidense Kenneth Merten escribió el viernes vía Twitter que Estados Unidos opina que Aristide tiene derecho a regresar, "pero depende de él si desea jugar un papel positivo en el futuro de Haití".

El consejo electoral del Haití prohibió la participación del Lavalas por razones técnicas, pero seguidores calificaron como falsos estos argumentos.

Dos veces elegido presidente y dos veces derrocado, Aristide es una figura querida y polémica. El ex sacerdote es un defensor de los pobres, que representan la vasta mayoría de los más de nueve millones de habitantes de Haití. Pero tiene muchos opositores, quienes dicen que mostró la misma hambre de poder que quienes él mismo denunció.

Aristide fue derrocado en 2004, aunque sigue gozando de una enorme popularidad.

"Este hombre es nuestro padre, sin él no hubiéramos vivido", dijo Sainvil Petit-Frere, de 31 años, uno de los cerca de 3.000 seguidores del ex presidente que lo ovacionaban. "Este es el médico que sanará al país".

El presidente de Estados Unidos Barack Obama había tratado de mantenerlo alejado de su país hasta después de las elecciones presidenciales del domingo, ante el temor de que desestabilizara el proceso.

"Es uno de los momentos más hermosos para el pueblo haitiano", dijo el actor Danny Glover, quien acompañó a Aristide desde Sudáfrica.

"Nos quedaremos donde él esté hasta que nos diga qué hacer", declaró por su parte Tony Forest, de 44 años, un chofer de un minibús. "Votaremos por el candidato que elija".

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