Al Qaida pide un estado islámico en Egipto
Al Qaida exhortó el viernes a sus simpatizantes en Egipto a que establezcan un estado islámico tras la salida del presidente Hosni Mubarak, quien había reducido la preponderancia de los islamistas durante los casi 30 años que estuvo en el poder en el país.
Ayman al-Zawahri, el número dos después de Osama bin Laden en al Qaida, emitió su llamado en su segundo mensaje de audio difundido por internet después de que Mubarak renunciara a la presidencia el 11 de febrero ante las movilizaciones en su contra.
Es casi improbable que el exhorto de al-Zawahri surja efecto en la mayoría abrumadora que participó en la revuelta popular que en 18 días puso fin a la presidencia autocrática de Mubarak para sustituirla con un sistema democrático de gobierno.
"La demanda del pueblo egipcio de establecer un régimen islámico es una de las realidades más prominentes del país, una demanda de la que pretenden privar las potencias extranjeras a las vastas mayorías", aseguró al-Zawahri, quien es egipcio.
Antes de convertirse en el segundo de al Qaida, al-Zawahri fue jefe de Al-Jihad, un grupo extremista que combatió al régimen de Mubarak en la década de 1990 con una oleada de atentados con bomba y otros tipos de ataques. Al-Jihad también atentó contra turistas extranjeros.
Los manifestantes que derrocaron a Mubarak incluyeron personas de todos los estratos sociales, entre ellos activistas laicos y en números menores islamistas, en particular de la Hermandad Musulmana, el principal movimiento político de oposición en Egipto.
Aunque la Hermandad Musulmana propugna el establecimiento de un estado islámico integrista en Egipto parece improbable que pueda impulsar y mucho menos concretar ese objetivo porque no captaría votos suficientes en cualquier elección libre que se efectúe en el país.
Ayman al-Zawahri, el número dos después de Osama bin Laden en al Qaida, emitió su llamado en su segundo mensaje de audio difundido por internet después de que Mubarak renunciara a la presidencia el 11 de febrero ante las movilizaciones en su contra.
Es casi improbable que el exhorto de al-Zawahri surja efecto en la mayoría abrumadora que participó en la revuelta popular que en 18 días puso fin a la presidencia autocrática de Mubarak para sustituirla con un sistema democrático de gobierno.
"La demanda del pueblo egipcio de establecer un régimen islámico es una de las realidades más prominentes del país, una demanda de la que pretenden privar las potencias extranjeras a las vastas mayorías", aseguró al-Zawahri, quien es egipcio.
Antes de convertirse en el segundo de al Qaida, al-Zawahri fue jefe de Al-Jihad, un grupo extremista que combatió al régimen de Mubarak en la década de 1990 con una oleada de atentados con bomba y otros tipos de ataques. Al-Jihad también atentó contra turistas extranjeros.
Los manifestantes que derrocaron a Mubarak incluyeron personas de todos los estratos sociales, entre ellos activistas laicos y en números menores islamistas, en particular de la Hermandad Musulmana, el principal movimiento político de oposición en Egipto.
Aunque la Hermandad Musulmana propugna el establecimiento de un estado islámico integrista en Egipto parece improbable que pueda impulsar y mucho menos concretar ese objetivo porque no captaría votos suficientes en cualquier elección libre que se efectúe en el país.