Revuelta libia enfila a Trípoli; régimen de Gadafi se resquebraja
Trípoli, Agencias
Milicianos leales a Moamar Gadafi ocuparon las calles de Trípoli el miércoles, pero las grietas del régimen se extendieron por otras partes del país, a medida que la rebelión que ya controla buena parte del este del país se acerca a la capital y surgen nuevas deserciones entre los sectores afines al régimen.
Dos pilotos a los que se había ordenado bombardear una ciudad en manos de la oposición optaron por lanzarse en paracaídas y permitir que su avión se estrellara en el desierto.
La oposición dijo que se había apoderado de Misurata, la ciudad más importante del oeste que cae en sus manos.
En los últimos dos días se han producido choques en Sabratha, al oeste de la capital, donde soldados y milicianos intentaban reprimir a los manifestantes que coparon la sede de las fuerzas de seguridad y otros edificios del gobierno, informó una página de internet allegada al gobierno.
Dos pilotos de la fuerza aérea se lanzaron de su caza Sujoi de fabricación rusa y dejaron que se estrellara, en lugar de obedecer la orden de bombardear Bengasi, la segunda ciudad del país, que está en manos de la oposición, dijo un oficial en la sala de control de la fuerza aérea al cibersitio Quryna.
Uno de los pilotos _identificado como Alí Omar Gadafi_ pertenece a la tribu de Gadafi, la Gadadfa, dijo Farag al-Maghrabi, un vecino de la zona que vio a los pilotos y los restos del avión en una zona desierta en las afueras de Breqa, un importante puerto petrolero.
La indignación internacional creció luego del discurso televisado del martes en el cual Gadafi, vociferando y agitando los puños, ordenó a sus seguidores que combatieran a los manifestantes en las calles.
El canciller italiano Franco Frattini dijo que la cifra estimada de unos 1.000 muertos era "creíble", aunque subrayó que la información era incompleta.
En Trípoli, milicianos y partidarios del gobierno recorrían las calles principales, disparaban al aire y coreaban "viva Gadafi" mientras agitaban banderas verdes.
En muchos barrios, los vecinos organizaron grupos de vigilancia y erigieron barricadas con bloques de cemento, metal y piedras y registraban a los que querían entrar, dijo un activista local. Muchos repartían octavillas en las que anunciaban una marcha opositora el viernes y exhortaban a los vecinos a refugiarse en las mezquitas en caso de violencia.
La residencia tripolitana de Gadafi, en las Puertas de Aziziya, era vigilada por sus partidarios, que alzaban su retrato y coreaban consignas, además de milicianos armados, algunos de ellos enmascarados, dijo el activista. El edificio céntrico de la radio también era vigilado.
"Por todas partes hay mercenarios con armas. No se puede abrir la puerta ni la ventana. Los francotiradores cazan gente", dijo una vecina y añadió que los disparos la mantuvieron despierta durante la noche. "Estamos bajo sitio, a merced de un hombre que no es musulmán".
Sin embargo, la gente se organiza clandestinamente, dijo el activista. Por la noche, salen a pintar leyendas contra Gadafi o encienden fogatas cerca de las estaciones de Policía, corean "el pueblo quiere la caída del régimen" y huyen al ver a los milicianos.
Un grupo de 60 intelectuales, jueces, médicos y periodistas vinculados con las protestas elaboró una lista de reclamos para la era pos-Gadafi, con la convocatoria a una asamblea nacional de representantes de cada región para formar un gobierno de transición y redactar una constitución, dijo el activista.
Milicianos leales a Moamar Gadafi ocuparon las calles de Trípoli el miércoles, pero las grietas del régimen se extendieron por otras partes del país, a medida que la rebelión que ya controla buena parte del este del país se acerca a la capital y surgen nuevas deserciones entre los sectores afines al régimen.
Dos pilotos a los que se había ordenado bombardear una ciudad en manos de la oposición optaron por lanzarse en paracaídas y permitir que su avión se estrellara en el desierto.
La oposición dijo que se había apoderado de Misurata, la ciudad más importante del oeste que cae en sus manos.
En los últimos dos días se han producido choques en Sabratha, al oeste de la capital, donde soldados y milicianos intentaban reprimir a los manifestantes que coparon la sede de las fuerzas de seguridad y otros edificios del gobierno, informó una página de internet allegada al gobierno.
Dos pilotos de la fuerza aérea se lanzaron de su caza Sujoi de fabricación rusa y dejaron que se estrellara, en lugar de obedecer la orden de bombardear Bengasi, la segunda ciudad del país, que está en manos de la oposición, dijo un oficial en la sala de control de la fuerza aérea al cibersitio Quryna.
Uno de los pilotos _identificado como Alí Omar Gadafi_ pertenece a la tribu de Gadafi, la Gadadfa, dijo Farag al-Maghrabi, un vecino de la zona que vio a los pilotos y los restos del avión en una zona desierta en las afueras de Breqa, un importante puerto petrolero.
La indignación internacional creció luego del discurso televisado del martes en el cual Gadafi, vociferando y agitando los puños, ordenó a sus seguidores que combatieran a los manifestantes en las calles.
El canciller italiano Franco Frattini dijo que la cifra estimada de unos 1.000 muertos era "creíble", aunque subrayó que la información era incompleta.
En Trípoli, milicianos y partidarios del gobierno recorrían las calles principales, disparaban al aire y coreaban "viva Gadafi" mientras agitaban banderas verdes.
En muchos barrios, los vecinos organizaron grupos de vigilancia y erigieron barricadas con bloques de cemento, metal y piedras y registraban a los que querían entrar, dijo un activista local. Muchos repartían octavillas en las que anunciaban una marcha opositora el viernes y exhortaban a los vecinos a refugiarse en las mezquitas en caso de violencia.
La residencia tripolitana de Gadafi, en las Puertas de Aziziya, era vigilada por sus partidarios, que alzaban su retrato y coreaban consignas, además de milicianos armados, algunos de ellos enmascarados, dijo el activista. El edificio céntrico de la radio también era vigilado.
"Por todas partes hay mercenarios con armas. No se puede abrir la puerta ni la ventana. Los francotiradores cazan gente", dijo una vecina y añadió que los disparos la mantuvieron despierta durante la noche. "Estamos bajo sitio, a merced de un hombre que no es musulmán".
Sin embargo, la gente se organiza clandestinamente, dijo el activista. Por la noche, salen a pintar leyendas contra Gadafi o encienden fogatas cerca de las estaciones de Policía, corean "el pueblo quiere la caída del régimen" y huyen al ver a los milicianos.
Un grupo de 60 intelectuales, jueces, médicos y periodistas vinculados con las protestas elaboró una lista de reclamos para la era pos-Gadafi, con la convocatoria a una asamblea nacional de representantes de cada región para formar un gobierno de transición y redactar una constitución, dijo el activista.