Obama insta a responder sin violencia al "hambre de cambio" en O.Medio
Washington, Agencias
Oriente Medio tiene "hambre de libertad", consideró hoy el presidente de EE.UU., Barack Obama, que instó a responder de modo pacífico a las manifestaciones prodemocracia en la región y criticó duramente a Irán por su represión.
En una rueda de prensa convocada para tratar sobre su proyecto de presupuesto federal, presentado este lunes, Obama abordó también las grandes manifestaciones que han causado en las últimas semanas la caída de los presidentes Zine el Abedine Ben Ali en Túnez y Hosni Mubarak en Egipto, a las que puso como ejemplo frente a lo que ocurre en Irán.
"El mundo está cambiando", aseguró el presidente estadounidense, en momentos en los que las protestas se extienden a otros países de la zona, como Yemen, Argelia o Bahrein. Una nueva generación de jóvenes busca mayores oportunidades, educación y perspectivas de alimentar a sus familias.
"Ustedes", dijo, en referencia a los mandatarios de la región, "tienen que ir por delante del cambio; no pueden quedarse atrás".
"Esto es especialmente verdad cuando hoy día cualquier persona puede utilizar un teléfono móvil inteligente o una cuenta en una red social para ponerse en contacto y movilizar a miles de personas. Los Gobiernos en esa región han comenzado a entenderlo", consideró.
Su esperanza, según manifestó a los periodistas, es que estos regímenes "funcionen de manera que respondan a este hambre de cambio, pero lo hagan de modo que no conduzca a la violencia".
En este sentido, se mostró muy crítico con las autoridades iraníes, de las que subrayó que al tiempo que alababan las manifestaciones en Egipto como una sublevación contra un régimen pro occidental, han suprimido con violencia y encarcelamientos intentos de concentraciones similares en su propio país.
"Me parece irónico que el régimen iraní pretenda celebrar lo que ha ocurrido en Egipto, cuando su comportamiento contrasta directamente con Egipto: han abierto fuego y golpeado a gente que intentaba expresarse de manera pacífica en Irán", declaró.
Obama expresó su esperanza de que sigamos viendo cómo el pueblo iraní tiene la valentía de poder expresar su sed de más libertad y un gobierno más representativo".
No obstante, subrayó que EE.UU. "no puede dictar lo que ocurre en Irán", como tampoco puede hacerlo en el resto de Oriente Medio.
"Al final, lo que ocurra en esos países vendrá dictado por sus ciudadanos", subrayó.
Ante los temores expresados en algunos sectores de EE.UU. acerca de que la marcha del presidente Hosni Mubarak pueda dar pie a un periodo de inestabilidad en Egipto, o que este país caiga en manos de grupos radicales, Obama consideró que "las primeras señales que emergen de Egipto son positivas".
Aunque "aún queda mucho por hacer" en ese país, las autoridades militares que se han hecho cargo de la gestión han expresado ya su compromiso con el cumplimiento de los tratados internacionales, incluidos los acuerdos de paz con Israel, recordó.
También se han abierto conversaciones con los grupos de la oposición de cara a la celebración de elecciones justas y libres, apuntó.
Acerca de las críticas formuladas en la prensa acerca de la respuesta de EE.UU., en ocasiones aparentemente contradictoria a las manifestaciones en Egipto, Obama negó que Washington haya respondido sin unanimidad.
"En cada momento estuvimos en el lado correcto de la Historia", consideró el presidente estadounidense, quien insistió en que "en una situación complicada, respondimos de manera bastante correcta".
Las manifestaciones que comenzaron en la plaza Tahrir de El Cairo el pasado día 25 parecieron tomar por sorpresa al Gobierno de EE.UU., que inicialmente aseguró, por boca del vicepresidente Joseph Biden, que Mubarak no era "un dictador".
Aunque Obama nunca llegó a pedir directamente la marcha de Mubarak, en sus intervenciones públicas el presidente estadounidense se pronunció cada vez de modo más acentuado en favor de una transición inmediata y creíble, para reclamar al presidente egipcio que escuchara las demandas de su pueblo.
Tras la caída del presidente egipcio, Obama consideró que comenzaba "un momento de transformación" en el país.
Oriente Medio tiene "hambre de libertad", consideró hoy el presidente de EE.UU., Barack Obama, que instó a responder de modo pacífico a las manifestaciones prodemocracia en la región y criticó duramente a Irán por su represión.
En una rueda de prensa convocada para tratar sobre su proyecto de presupuesto federal, presentado este lunes, Obama abordó también las grandes manifestaciones que han causado en las últimas semanas la caída de los presidentes Zine el Abedine Ben Ali en Túnez y Hosni Mubarak en Egipto, a las que puso como ejemplo frente a lo que ocurre en Irán.
"El mundo está cambiando", aseguró el presidente estadounidense, en momentos en los que las protestas se extienden a otros países de la zona, como Yemen, Argelia o Bahrein. Una nueva generación de jóvenes busca mayores oportunidades, educación y perspectivas de alimentar a sus familias.
"Ustedes", dijo, en referencia a los mandatarios de la región, "tienen que ir por delante del cambio; no pueden quedarse atrás".
"Esto es especialmente verdad cuando hoy día cualquier persona puede utilizar un teléfono móvil inteligente o una cuenta en una red social para ponerse en contacto y movilizar a miles de personas. Los Gobiernos en esa región han comenzado a entenderlo", consideró.
Su esperanza, según manifestó a los periodistas, es que estos regímenes "funcionen de manera que respondan a este hambre de cambio, pero lo hagan de modo que no conduzca a la violencia".
En este sentido, se mostró muy crítico con las autoridades iraníes, de las que subrayó que al tiempo que alababan las manifestaciones en Egipto como una sublevación contra un régimen pro occidental, han suprimido con violencia y encarcelamientos intentos de concentraciones similares en su propio país.
"Me parece irónico que el régimen iraní pretenda celebrar lo que ha ocurrido en Egipto, cuando su comportamiento contrasta directamente con Egipto: han abierto fuego y golpeado a gente que intentaba expresarse de manera pacífica en Irán", declaró.
Obama expresó su esperanza de que sigamos viendo cómo el pueblo iraní tiene la valentía de poder expresar su sed de más libertad y un gobierno más representativo".
No obstante, subrayó que EE.UU. "no puede dictar lo que ocurre en Irán", como tampoco puede hacerlo en el resto de Oriente Medio.
"Al final, lo que ocurra en esos países vendrá dictado por sus ciudadanos", subrayó.
Ante los temores expresados en algunos sectores de EE.UU. acerca de que la marcha del presidente Hosni Mubarak pueda dar pie a un periodo de inestabilidad en Egipto, o que este país caiga en manos de grupos radicales, Obama consideró que "las primeras señales que emergen de Egipto son positivas".
Aunque "aún queda mucho por hacer" en ese país, las autoridades militares que se han hecho cargo de la gestión han expresado ya su compromiso con el cumplimiento de los tratados internacionales, incluidos los acuerdos de paz con Israel, recordó.
También se han abierto conversaciones con los grupos de la oposición de cara a la celebración de elecciones justas y libres, apuntó.
Acerca de las críticas formuladas en la prensa acerca de la respuesta de EE.UU., en ocasiones aparentemente contradictoria a las manifestaciones en Egipto, Obama negó que Washington haya respondido sin unanimidad.
"En cada momento estuvimos en el lado correcto de la Historia", consideró el presidente estadounidense, quien insistió en que "en una situación complicada, respondimos de manera bastante correcta".
Las manifestaciones que comenzaron en la plaza Tahrir de El Cairo el pasado día 25 parecieron tomar por sorpresa al Gobierno de EE.UU., que inicialmente aseguró, por boca del vicepresidente Joseph Biden, que Mubarak no era "un dictador".
Aunque Obama nunca llegó a pedir directamente la marcha de Mubarak, en sus intervenciones públicas el presidente estadounidense se pronunció cada vez de modo más acentuado en favor de una transición inmediata y creíble, para reclamar al presidente egipcio que escuchara las demandas de su pueblo.
Tras la caída del presidente egipcio, Obama consideró que comenzaba "un momento de transformación" en el país.