Khadafi está bajo sitio en la capital, pero todavía desafiante
En medio de rumores y con marchas frenadas a balazos, el dictador habló a sus seguidores y dijo que “podemos aplastar a cualquier enemigo”. Pero su hijo Saif ofreció negociar a los revolucionarios que ya controlan varias ciudades libias.
Por Donald Macintyre, Terri Judd y Catrina Stewart, desde Benghazi
El sitiado dictador libio Muammar Khadafi llamó ayer desafiante a sus seguidores más incondicionales a que defiendan la nación del levantamiento. Anoche la rebelión se acercaba a Trípoli después de que miles de manifestantes resistieran a los disparos para abrirse paso hasta la capital. A última hora, Saif el Islam Khadafi, el hijo del hombre que hace 42 años gobierna el país, llamó a negociar a los opositores que tienen bajo su control varias ciudades del oeste.
Parado sobre la muralla de un fuerte que da a la Plaza Verde, el coronel Khadafi habló ante unos mil manifestantes pro régimen. “Podemos aplastar a cualquier enemigo. Podemos derrotarlo con la voluntad popular. El pueblo está en armas y cuando sea necesario, abriremos los arsenales para armar a todo el pueblo y a todas las tribus del país”, afirmó. “Respóndanles, respóndanles”, les exigió el presidente de 68 años, al que la televisión mostraba mientras llamaba a sus partidarios a “prepararse para defender a la nación y al petróleo”.
Trípoli está cada vez más asediada por las protestas, que se vienen expandiendo desde el este del país. Prueba de ello es que ayer los manifestantes anti régimen intentaron llegar hasta la céntrica Plaza Verde. También hubo rumores no confirmados de que una importante base áerea de las afueras de la capital había caído en manos de la oposición. La milicia armada que protege al atrincherado dirigente libio disparó, desde los techos, contra los manifestantes que habían terminado con las plegarias de los viernes y avanzaban coreando cánticos contra Khadafi. Al menos cinco personas fueron asesinadas en distintos puntos de la ciudad, de acuerdo con información aportada por algunos testigos. Un video que fue sacado anoche clandestinamente de Trípoli y entregado a The Independent mostraba cómo matones armados disparaban contra manifestantes. En la cinta se escuchaban los disparos mientras se veía a la gente corriendo para salvarse de la balacera.
Algunos residentes dijeron que hay actualmente barrios de la capital bajo el control de la oposición. Otros, incluido el barrio donde se supone que Khadafi construyó un bunker, seguían bajo el control oficial. Testigos también relataron que las bandas armadas que responden a Khadafi andaban a toda velocidad con autos por las calles de Trípoli.
“El gobierno está en pánico y se está replegando cada vez más en el centro de Trípoli. Hay miedo en los dos bandos”, dijo a The Independent un hombre que huyó de la ciudad. “Las milicias gubernamentales tienen miedo, al igual que los manifestantes. Van a seguir disparando contra quienes protestan y va a terminar muriendo un montón de gente”, agregó.
El aeropuerto de Mitiga, ubicado en el nordeste de la ciudad y que antes fue usado para hacer despegar a los helicópteros que baleaban a los civiles, podría haberse rendido o haber pasado a estar bajo control de las fuerzas antigubernamentales, señalaban los rumores. Más tarde, algunos testigos contaron que hubo un gran despliegue de tropas y de agentes policiales en las calles que unen Mitiga y el centro de la capital.
Ninguno de los eventos que se dieron en Trípoli pudieron ser verificados. Pero anoche existían cada vez más señales de que la oposición controlaba las ciudades del noroeste de Libia, cercanas a la capital, después de que fracasaran los fuertes ataques ensayados por las fuerzas aliadas a Khadafi para desplazarlos. La represión habría matado a unas 30 personas. Un libio que regresó a la capital desde Zawiya (50 kilómetros al oeste de Trípoli) dijo que la ciudad donde se asienta la mayor refinería del país estaba absolutamente controlada por la oposición. “No hay tropas allí”, informó.
Esa información parece haber quedado confirmada por los dichos del hijo de Khadafi que aparece como su sucesor. Según informó la agencia Reuters, en una entrevista con corresponsales extranjeros, Saif el Islam Khadafi reconoció: “En Musratha, en Zawiya, tenemos un problema. Estamos tratando con terroristas. El ejército ha decidido no atacarlos y darles una oportunidad a las negociaciones. Con suerte, conseguiremos hacerlo de forma pacífica y será mañana (por hoy)”. El hijo del líder libio remarcó que sólo estaba en peligro el orden en esas ciudades y que en todo el resto del país había calma. También dijo que los rebeldes se estaban quedando sin municiones. Como remarcó el diario El País, si ésta es la situación, no queda claro por qué el régimen de Khadafi quiere negociar. Horas antes, Saif el Islam le había dicho a la cadena CNN que la única opción para su familia era “vivir y morir en Libia”.
En el este del país que es controlado por la oposición, había júbilo mientras los manifestantes anti régimen ya estaban planeando cómo sería la vida después de que las fuerzas de Khadafi se pasaran al otro bando.
En Benghazi, algunos disidentes relataron a The Independent cómo fue el momento final de su batalla por la segunda ciudad en importancia en ese país. En aquel momento, un manifestante revistió su auto con explosivos y lo estrelló contra el portón del cuartel donde estaban replegados los seguidores de Khadafi. La explosión mató al conductor pero rompió la puerta, lo que obligó a las fuerzas pro Khadafi a huir hacia el aeropuerto.
Mientras tanto, continuaron ayer las crecientes series de deserciones de funcionarios libios. La delegación del país ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció en una sesión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra que se había alineado con la oposición. Ese pase de bando siguió el ejemplo de los ministros de Justicia y del Interior, así como el de uno de los primos del coronel Khadafi y uno de sus colaboradores más cercanos, Ahmed Gadhaf al Dam, quien buscó asilo en Egipto.
Por su parte, Estados Unidos sigue presionando diplomáticamente al régimen de Khadafi, con el que ya suspendió relaciones y se prepara para aplicar sanciones unilaterales. Jay Carney, el secretario de Prensa de la Casa Blanca, dijo que las sanciones se anunciarían pronto pero no especificó cuándo. El vocero también explicó que la embajada estadounidense en Trípoli ya había sido cerrada y su personal evacuado. Los principales socios de Washington, Francia y Gran Bretaña, pidieron que el Consejo de Seguridad apruebe un embargo de armas y un paquete de medidas coercitivas contra el régimen de Khadafi. Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a ese órgano a tomar los pasos necesarios para terminar con las muertes en Libia, que según el funcionario ya podrían superar las mil. Más temprano, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó una resolución unánime en la que se decidió la suspensión de Trípoli de ese órgano.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Por Donald Macintyre, Terri Judd y Catrina Stewart, desde Benghazi
El sitiado dictador libio Muammar Khadafi llamó ayer desafiante a sus seguidores más incondicionales a que defiendan la nación del levantamiento. Anoche la rebelión se acercaba a Trípoli después de que miles de manifestantes resistieran a los disparos para abrirse paso hasta la capital. A última hora, Saif el Islam Khadafi, el hijo del hombre que hace 42 años gobierna el país, llamó a negociar a los opositores que tienen bajo su control varias ciudades del oeste.
Parado sobre la muralla de un fuerte que da a la Plaza Verde, el coronel Khadafi habló ante unos mil manifestantes pro régimen. “Podemos aplastar a cualquier enemigo. Podemos derrotarlo con la voluntad popular. El pueblo está en armas y cuando sea necesario, abriremos los arsenales para armar a todo el pueblo y a todas las tribus del país”, afirmó. “Respóndanles, respóndanles”, les exigió el presidente de 68 años, al que la televisión mostraba mientras llamaba a sus partidarios a “prepararse para defender a la nación y al petróleo”.
Trípoli está cada vez más asediada por las protestas, que se vienen expandiendo desde el este del país. Prueba de ello es que ayer los manifestantes anti régimen intentaron llegar hasta la céntrica Plaza Verde. También hubo rumores no confirmados de que una importante base áerea de las afueras de la capital había caído en manos de la oposición. La milicia armada que protege al atrincherado dirigente libio disparó, desde los techos, contra los manifestantes que habían terminado con las plegarias de los viernes y avanzaban coreando cánticos contra Khadafi. Al menos cinco personas fueron asesinadas en distintos puntos de la ciudad, de acuerdo con información aportada por algunos testigos. Un video que fue sacado anoche clandestinamente de Trípoli y entregado a The Independent mostraba cómo matones armados disparaban contra manifestantes. En la cinta se escuchaban los disparos mientras se veía a la gente corriendo para salvarse de la balacera.
Algunos residentes dijeron que hay actualmente barrios de la capital bajo el control de la oposición. Otros, incluido el barrio donde se supone que Khadafi construyó un bunker, seguían bajo el control oficial. Testigos también relataron que las bandas armadas que responden a Khadafi andaban a toda velocidad con autos por las calles de Trípoli.
“El gobierno está en pánico y se está replegando cada vez más en el centro de Trípoli. Hay miedo en los dos bandos”, dijo a The Independent un hombre que huyó de la ciudad. “Las milicias gubernamentales tienen miedo, al igual que los manifestantes. Van a seguir disparando contra quienes protestan y va a terminar muriendo un montón de gente”, agregó.
El aeropuerto de Mitiga, ubicado en el nordeste de la ciudad y que antes fue usado para hacer despegar a los helicópteros que baleaban a los civiles, podría haberse rendido o haber pasado a estar bajo control de las fuerzas antigubernamentales, señalaban los rumores. Más tarde, algunos testigos contaron que hubo un gran despliegue de tropas y de agentes policiales en las calles que unen Mitiga y el centro de la capital.
Ninguno de los eventos que se dieron en Trípoli pudieron ser verificados. Pero anoche existían cada vez más señales de que la oposición controlaba las ciudades del noroeste de Libia, cercanas a la capital, después de que fracasaran los fuertes ataques ensayados por las fuerzas aliadas a Khadafi para desplazarlos. La represión habría matado a unas 30 personas. Un libio que regresó a la capital desde Zawiya (50 kilómetros al oeste de Trípoli) dijo que la ciudad donde se asienta la mayor refinería del país estaba absolutamente controlada por la oposición. “No hay tropas allí”, informó.
Esa información parece haber quedado confirmada por los dichos del hijo de Khadafi que aparece como su sucesor. Según informó la agencia Reuters, en una entrevista con corresponsales extranjeros, Saif el Islam Khadafi reconoció: “En Musratha, en Zawiya, tenemos un problema. Estamos tratando con terroristas. El ejército ha decidido no atacarlos y darles una oportunidad a las negociaciones. Con suerte, conseguiremos hacerlo de forma pacífica y será mañana (por hoy)”. El hijo del líder libio remarcó que sólo estaba en peligro el orden en esas ciudades y que en todo el resto del país había calma. También dijo que los rebeldes se estaban quedando sin municiones. Como remarcó el diario El País, si ésta es la situación, no queda claro por qué el régimen de Khadafi quiere negociar. Horas antes, Saif el Islam le había dicho a la cadena CNN que la única opción para su familia era “vivir y morir en Libia”.
En el este del país que es controlado por la oposición, había júbilo mientras los manifestantes anti régimen ya estaban planeando cómo sería la vida después de que las fuerzas de Khadafi se pasaran al otro bando.
En Benghazi, algunos disidentes relataron a The Independent cómo fue el momento final de su batalla por la segunda ciudad en importancia en ese país. En aquel momento, un manifestante revistió su auto con explosivos y lo estrelló contra el portón del cuartel donde estaban replegados los seguidores de Khadafi. La explosión mató al conductor pero rompió la puerta, lo que obligó a las fuerzas pro Khadafi a huir hacia el aeropuerto.
Mientras tanto, continuaron ayer las crecientes series de deserciones de funcionarios libios. La delegación del país ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció en una sesión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra que se había alineado con la oposición. Ese pase de bando siguió el ejemplo de los ministros de Justicia y del Interior, así como el de uno de los primos del coronel Khadafi y uno de sus colaboradores más cercanos, Ahmed Gadhaf al Dam, quien buscó asilo en Egipto.
Por su parte, Estados Unidos sigue presionando diplomáticamente al régimen de Khadafi, con el que ya suspendió relaciones y se prepara para aplicar sanciones unilaterales. Jay Carney, el secretario de Prensa de la Casa Blanca, dijo que las sanciones se anunciarían pronto pero no especificó cuándo. El vocero también explicó que la embajada estadounidense en Trípoli ya había sido cerrada y su personal evacuado. Los principales socios de Washington, Francia y Gran Bretaña, pidieron que el Consejo de Seguridad apruebe un embargo de armas y un paquete de medidas coercitivas contra el régimen de Khadafi. Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a ese órgano a tomar los pasos necesarios para terminar con las muertes en Libia, que según el funcionario ya podrían superar las mil. Más temprano, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó una resolución unánime en la que se decidió la suspensión de Trípoli de ese órgano.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.