Gadafi lanza una feroz represión para salvar a un régimen que se hunde
Trípoli, Agencias
El régimen libio del coronel Muamar el Gadafi, en el poder desde hace 42 años, lanzó este lunes una feroz represión para tratar de sofocar una rebelión que tomó el control de varias ciudades y provocó la deserción de numerosos jerarcas.
La televisión estatal informó de un operativo de las fuerzas de seguridad "contra los saboteadores y quienes siembran el terror", en el que "varias personas murieron", sin precisar el lugar de los enfrentamientos ni el número de fallecidos.
Residentes en Trípoli, donde el domingo se registraron ataques contra medios de comunicación y edificios oficiales, denunciaron una "masacre" en los barrios de Tayura y Fashlum de la capital.
El hijo de Gadhafi, Saif al Islam, había emplazado pocas horas antes a los libios a deponer la rebelión. "Me dirijo a vosotros por última vez antes de recurrir a las armas", dijo Al Islam, antes de advertir que Libia no es "Túnez ni Egipto", en referencia a las revoluciones que en esos dos países provocaron en las últimas semanas la caída de otros longevos regímenes autoritarios.
La estimación de muertos desde el inicio de la rebelión el 15 de febrero hasta primeras horas del lunes iba de 230 (según Human Rights Watch) a una cifra de 300 a 400 (según la Federación Internacional de Derechos Humanos). Pero cualquiera sea el balance, éste tuvo un incremento significativo tras los enfrentamientos e incidentes del lunes.
En Tobruk, cerca de la frontera con Egipto, diez egipcios murieron baleados por "bandas armadas, de mercenarios libios", indicó a la AFP un médico egipcio citando a compatriotas que habían huido del convulsionado país.
En el otro extremo del país, tunecinos que huyeron de Libia informaron a la AFP que los policías de Zauia habían desertado y que esa localidad a 60 km al oeste de Trípoli se hallaba sumida en el caos.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, instó a Gadafi en una conversación telefónica a "cesar inmediatamente" la violencia, informó el portavoz de Ban, Martin Nesirky. Y el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, urgió a las autoridades libias a poner fin a la represión contra civiles desarmados y a responder a las "aspiraciones legítimas" de la población a un cambio democrático.
El hijo de Gadafi reconoció el lunes que en Benghazi (este) "los tanques se desplazan conducidos por civiles" y que en Al Baida (este) "la gente tiene fusiles y numerosos depósitos de municiones fueron saqueados". Los enfrentamientos llegaron el domingo a la capital, donde la multitud saqueó las instalaciones de una televisión y una radio públicas e incendió comisarías y edificios oficiales.
La rebelión provocó disensos en la cúpula del régimen: el ministro de Justicia, Mustafá Abdel Yalil, renunció a su cargo para protestar contra "el uso excesivo de la fuerza" en la represión de las protestas, después que por lo menos tres diplomáticos libios en el exterior hicieran otro tanto desde el domingo.
Gadafi no ha realizado ninguna declaración pública desde el inicio del movimiento insurreccional, y este lunes el ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague, dijo en Bruselas que el coronel libio podría haber huido de su país para ir a Venezuela, aunque las autoridades del país sudamericano desmintieron terminantemente esa versión.
El viceministro libio de Relaciones Exteriores, Jaled Kaim, afirmó por la noche a la televisión que Kadhafi sigue en Libia. Las embajadas europeas en Libia "están coordinando" desde el domingo por la noche "la salida de los ciudadanos europeos que así lo deseen", explicó la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, al término de una reunión con sus colegas de la Unión Europea (UE) en Bruselas.
Estados Unidos ordenó a todo su personal no esencial que abandone Libia y advirtió a los ciudadanos estadounidenses que eviten viajar a ese país. La situación en Libia, un país petrolero, acrecentó los temores sobre el abastecimiento de energético, y el barril de crudo se negoció este lunes por encima de los 105 dólares por primera vez desde septiembre de 2008.
Las Bolsas europeas registraron bajas importantes, que llegaron a 3,59% en Milán, como consecuencia de la revuelta en uno los mayores socios comerciales de Italia en el sector del petróleo y bancario. La agencia de calificación Fitch rebajó por su lado en un escalón la nota de la deuda soberana de Libia, de BBB+ a BBB, a raíz de la "creciente revuelta popular" contra el régimen del coronel Kadhafi.
El régimen libio del coronel Muamar el Gadafi, en el poder desde hace 42 años, lanzó este lunes una feroz represión para tratar de sofocar una rebelión que tomó el control de varias ciudades y provocó la deserción de numerosos jerarcas.
La televisión estatal informó de un operativo de las fuerzas de seguridad "contra los saboteadores y quienes siembran el terror", en el que "varias personas murieron", sin precisar el lugar de los enfrentamientos ni el número de fallecidos.
Residentes en Trípoli, donde el domingo se registraron ataques contra medios de comunicación y edificios oficiales, denunciaron una "masacre" en los barrios de Tayura y Fashlum de la capital.
El hijo de Gadhafi, Saif al Islam, había emplazado pocas horas antes a los libios a deponer la rebelión. "Me dirijo a vosotros por última vez antes de recurrir a las armas", dijo Al Islam, antes de advertir que Libia no es "Túnez ni Egipto", en referencia a las revoluciones que en esos dos países provocaron en las últimas semanas la caída de otros longevos regímenes autoritarios.
La estimación de muertos desde el inicio de la rebelión el 15 de febrero hasta primeras horas del lunes iba de 230 (según Human Rights Watch) a una cifra de 300 a 400 (según la Federación Internacional de Derechos Humanos). Pero cualquiera sea el balance, éste tuvo un incremento significativo tras los enfrentamientos e incidentes del lunes.
En Tobruk, cerca de la frontera con Egipto, diez egipcios murieron baleados por "bandas armadas, de mercenarios libios", indicó a la AFP un médico egipcio citando a compatriotas que habían huido del convulsionado país.
En el otro extremo del país, tunecinos que huyeron de Libia informaron a la AFP que los policías de Zauia habían desertado y que esa localidad a 60 km al oeste de Trípoli se hallaba sumida en el caos.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, instó a Gadafi en una conversación telefónica a "cesar inmediatamente" la violencia, informó el portavoz de Ban, Martin Nesirky. Y el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, urgió a las autoridades libias a poner fin a la represión contra civiles desarmados y a responder a las "aspiraciones legítimas" de la población a un cambio democrático.
El hijo de Gadafi reconoció el lunes que en Benghazi (este) "los tanques se desplazan conducidos por civiles" y que en Al Baida (este) "la gente tiene fusiles y numerosos depósitos de municiones fueron saqueados". Los enfrentamientos llegaron el domingo a la capital, donde la multitud saqueó las instalaciones de una televisión y una radio públicas e incendió comisarías y edificios oficiales.
La rebelión provocó disensos en la cúpula del régimen: el ministro de Justicia, Mustafá Abdel Yalil, renunció a su cargo para protestar contra "el uso excesivo de la fuerza" en la represión de las protestas, después que por lo menos tres diplomáticos libios en el exterior hicieran otro tanto desde el domingo.
Gadafi no ha realizado ninguna declaración pública desde el inicio del movimiento insurreccional, y este lunes el ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague, dijo en Bruselas que el coronel libio podría haber huido de su país para ir a Venezuela, aunque las autoridades del país sudamericano desmintieron terminantemente esa versión.
El viceministro libio de Relaciones Exteriores, Jaled Kaim, afirmó por la noche a la televisión que Kadhafi sigue en Libia. Las embajadas europeas en Libia "están coordinando" desde el domingo por la noche "la salida de los ciudadanos europeos que así lo deseen", explicó la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, al término de una reunión con sus colegas de la Unión Europea (UE) en Bruselas.
Estados Unidos ordenó a todo su personal no esencial que abandone Libia y advirtió a los ciudadanos estadounidenses que eviten viajar a ese país. La situación en Libia, un país petrolero, acrecentó los temores sobre el abastecimiento de energético, y el barril de crudo se negoció este lunes por encima de los 105 dólares por primera vez desde septiembre de 2008.
Las Bolsas europeas registraron bajas importantes, que llegaron a 3,59% en Milán, como consecuencia de la revuelta en uno los mayores socios comerciales de Italia en el sector del petróleo y bancario. La agencia de calificación Fitch rebajó por su lado en un escalón la nota de la deuda soberana de Libia, de BBB+ a BBB, a raíz de la "creciente revuelta popular" contra el régimen del coronel Kadhafi.