El embajador libio en Washington iza la bandera pre-Gadafi
Nueva York, Agencias
Entre gritos de "libertad para Libia", el hasta ahora embajador de aquel país en Estados Unidos, Ali Aujali, compareció la tarde del viernes ante su residencia en Washington para presenciar como unos colaboradores izaban la bandera que su país utilizaba antes del golpe de estado de Muamar el Gadafi en 1969, en un inequívoco gesto de apoyo a los rebeldes que han acorralado al dirigente en su feudo de Trípoli. "Que nadie se equivoque, las revueltas no las ha organizado Al Qaeda. Ese grupo terrorista no tiene nada que ver en esta revolución, que no es una revolución islámica, es una demanda clara de libertad para el pueblo libio", ha dicho el exembajador.
La bandera pre-Gadafi ya ondea frente a su residencia, delante de las delegaciones oficiales de otros países como Siria, Afganistán o Sri Lanka. El antiguo embajador, visiblemente emocionado, ha dicho que cortó toda comunicación con el régimen al presentar su dimisión por vías oficiales a principios de esta semana. Aujali es un veterano diplomático que llegó a Norteamérica en 2001 para asesorar a la embajada libia en Canadá. Fue elegido embajador en EE UU en enero de 2009. Previamente había desempeñado unas funciones similares, pero Libia sólo pudo abrir una embajada como tal después de que el Departamento de Estado borrara al país de la lista de Estados que apoyan el terrorismo, algo que George W. Bush hizo en mayo de 2006.
Precisamente fue Aujali el diplomático libio que se encargó en Washington de aquellas gestiones. También fue artífice, en parte, de la reparación de la imagen de Gadafi, de dictador del que se sospechaba que había ordenador el bombardeo de un avión en Lockerbie, Reino Unido -un atentado en el que murieron 270 personas- a dirigente autoritario reformado y amigo de Occidente. Desde su puesto de embajador, Aujali defendió en numerosas ocasiones la polémica extradición a Libia, por razones médicas, del condenado en Reino Unido por aquel atentado de Lockerbie, Abdel Baset al-Megrahi, algo que se cumplió en agosto de 2009.
Cuando se le preguntó por su asociación con el régimen durante años, en el acto de izada de la bandera pre-Gadafi, el diplomático dijo que solo trabajaba para la ciudadanía libia, y no para el dirigente en concreto. "Eso es lo que me preocupa ahora, que la sangre de ciudadanos inocentes se está vertiendo en mi país", dijo. "Esa gente, los manifestantes, sólo piden derechos, un futuro mejor para su país, y están siendo masacrados. Por eso no quiero tener nada que ver con el régimen". Aquí en Washington residen unos 500 ciudadanos libios, según cálculos de la embajada. A Aujali le acompañó una veintena de ellos, en buena parte mujeres, en el acto.
Entre gritos de "libertad para Libia", el hasta ahora embajador de aquel país en Estados Unidos, Ali Aujali, compareció la tarde del viernes ante su residencia en Washington para presenciar como unos colaboradores izaban la bandera que su país utilizaba antes del golpe de estado de Muamar el Gadafi en 1969, en un inequívoco gesto de apoyo a los rebeldes que han acorralado al dirigente en su feudo de Trípoli. "Que nadie se equivoque, las revueltas no las ha organizado Al Qaeda. Ese grupo terrorista no tiene nada que ver en esta revolución, que no es una revolución islámica, es una demanda clara de libertad para el pueblo libio", ha dicho el exembajador.
La bandera pre-Gadafi ya ondea frente a su residencia, delante de las delegaciones oficiales de otros países como Siria, Afganistán o Sri Lanka. El antiguo embajador, visiblemente emocionado, ha dicho que cortó toda comunicación con el régimen al presentar su dimisión por vías oficiales a principios de esta semana. Aujali es un veterano diplomático que llegó a Norteamérica en 2001 para asesorar a la embajada libia en Canadá. Fue elegido embajador en EE UU en enero de 2009. Previamente había desempeñado unas funciones similares, pero Libia sólo pudo abrir una embajada como tal después de que el Departamento de Estado borrara al país de la lista de Estados que apoyan el terrorismo, algo que George W. Bush hizo en mayo de 2006.
Precisamente fue Aujali el diplomático libio que se encargó en Washington de aquellas gestiones. También fue artífice, en parte, de la reparación de la imagen de Gadafi, de dictador del que se sospechaba que había ordenador el bombardeo de un avión en Lockerbie, Reino Unido -un atentado en el que murieron 270 personas- a dirigente autoritario reformado y amigo de Occidente. Desde su puesto de embajador, Aujali defendió en numerosas ocasiones la polémica extradición a Libia, por razones médicas, del condenado en Reino Unido por aquel atentado de Lockerbie, Abdel Baset al-Megrahi, algo que se cumplió en agosto de 2009.
Cuando se le preguntó por su asociación con el régimen durante años, en el acto de izada de la bandera pre-Gadafi, el diplomático dijo que solo trabajaba para la ciudadanía libia, y no para el dirigente en concreto. "Eso es lo que me preocupa ahora, que la sangre de ciudadanos inocentes se está vertiendo en mi país", dijo. "Esa gente, los manifestantes, sólo piden derechos, un futuro mejor para su país, y están siendo masacrados. Por eso no quiero tener nada que ver con el régimen". Aquí en Washington residen unos 500 ciudadanos libios, según cálculos de la embajada. A Aujali le acompañó una veintena de ellos, en buena parte mujeres, en el acto.