Disminuye la esperanza de encontrar supervivientes del seísmo en Nueva Zelanda
Nueva Zelanda, Agencias
La esperanza de encontrar supervivientes en Christchurch tras el seísmo más mortífero de Nueva Zelanda en los últimos 80 años disminuía este jueves, cuando los socorristas llevaban desde el miércoles sin encontrar señales de vida entre los escombros.
"Esperamos poder encontrar a nuevos supervivientes, pero a medida que pasa el tiempo la esperanza disminuye", declaró Russel Gibson, un alto responsable de la policía.
El balance de muertos por el sismo que devastó la ciudad neozelandesa de Christchurch aumentó a 102, con 228 personas desaparecidas, anunció el viernes el ministro de Defensa Civil, John Carter.
"Tenemos a 226 personas desaparecidas. Estamos extremadamente inquietos por esos individuos", declaró a la prensa el comandante del distrito, Dave Cliff.
Pero la policía subrayó que los esfuerzos seguían y que los socorristas no se daban por vencidos. "Si hay gente atrapada y viva, hacemos todo lo posiblemente humano, ayudados por cantidades de equipos que vinieron del extranjero", añadió Cliff.
"A través del mundo, en casos de desastres parecidos, hemos visto ocurrir milagros, con gente rescatada viva de las ruinas días, e incluso a veces semanas, después del acontecimiento", declaró el primer ministro neozelandés, John Key. "No podemos abandonar toda esperanza, pero también debemos ser realistas".
Un escuela de idiomas, la 'King's Education', situada en uno de los edificios más destruidos del centro de la ciudad, indicó que 48 de sus empleados y estudiantes, la mayoría asiáticos, habían desaparecido.
Unos 27 estudiantes japoneses y 23 chinos permanecían desaparecidos, según los ministros de Relaciones Exteriores de los dos países.
De acuerdo con las autoridades, unas 120 personas podrían haber muerto en este edificio, mientras que 22 están sin duda muertos en la catedral de Christchurch, el edificio emblemático de la ciudad, cuyo campanario cayó al suelo.
Durante la noche que siguió al seísmo, que se registró el martes a mediodía, los equipos de rescate rescataron a unas 30 personas vivas de los escombros. Ya no eran más que un puñado en ser salvadas el miércoles. Desde entonces, las búsquedas no han dado ningún fruto.
En un edificio de cuatro pisos bautizado Pyne Gould, que se derrumbó como un castillo de naipes, los esfuerzos se centraban ahora en recuperar los cuerpos de las víctimas, indicaron las autoridades. Faltaba encontrar a 14 personas.
El estado de emergencia fue decretado en el país entero, por primera vez en su historia, lo cual permite dirigir todos los recursos nacionales necesarios al esfuerzo de ayuda y de socorro a Christchurch.
Por otra parte, la policía indicó haber reforzado los controles para evitar los pillajes con policías australianos y soldados neozelandeses. Se han registrado una decena de robos en casas abandonadas.
El seíismo paralizó la actividad económica de Christchurch, que representa el 15% de la economía del país, subrayan los economistas. Los daños van a pesar sobre la economía de Nueva Zelanda, ya duramente afectada por la crisis, añaden.
El terremoto se registró el martes a las 12H51 (lunes a las 23H51 GMT) a 5 kilómetros de Christchurch y a solo 4 kilómetros de profundidad. Ocurre seis meses tras otro sismo, también en Christchurch, de magnitud 7, que no dejó ni muertos ni heridos.
Nueva Zelanda, situada en pleno cinturón de fuego, en la frontera de placas tectónicas australianas y del Pacífico, registra hasta 15.000 temblores anuales.
El más mortífero desde que existen las estadísticas en Nueva Zelanda dejó 256 muertos, el 3 de febrero de 1931, en la bahía de Hawke, en la Isla Norte.
La esperanza de encontrar supervivientes en Christchurch tras el seísmo más mortífero de Nueva Zelanda en los últimos 80 años disminuía este jueves, cuando los socorristas llevaban desde el miércoles sin encontrar señales de vida entre los escombros.
"Esperamos poder encontrar a nuevos supervivientes, pero a medida que pasa el tiempo la esperanza disminuye", declaró Russel Gibson, un alto responsable de la policía.
El balance de muertos por el sismo que devastó la ciudad neozelandesa de Christchurch aumentó a 102, con 228 personas desaparecidas, anunció el viernes el ministro de Defensa Civil, John Carter.
"Tenemos a 226 personas desaparecidas. Estamos extremadamente inquietos por esos individuos", declaró a la prensa el comandante del distrito, Dave Cliff.
Pero la policía subrayó que los esfuerzos seguían y que los socorristas no se daban por vencidos. "Si hay gente atrapada y viva, hacemos todo lo posiblemente humano, ayudados por cantidades de equipos que vinieron del extranjero", añadió Cliff.
"A través del mundo, en casos de desastres parecidos, hemos visto ocurrir milagros, con gente rescatada viva de las ruinas días, e incluso a veces semanas, después del acontecimiento", declaró el primer ministro neozelandés, John Key. "No podemos abandonar toda esperanza, pero también debemos ser realistas".
Un escuela de idiomas, la 'King's Education', situada en uno de los edificios más destruidos del centro de la ciudad, indicó que 48 de sus empleados y estudiantes, la mayoría asiáticos, habían desaparecido.
Unos 27 estudiantes japoneses y 23 chinos permanecían desaparecidos, según los ministros de Relaciones Exteriores de los dos países.
De acuerdo con las autoridades, unas 120 personas podrían haber muerto en este edificio, mientras que 22 están sin duda muertos en la catedral de Christchurch, el edificio emblemático de la ciudad, cuyo campanario cayó al suelo.
Durante la noche que siguió al seísmo, que se registró el martes a mediodía, los equipos de rescate rescataron a unas 30 personas vivas de los escombros. Ya no eran más que un puñado en ser salvadas el miércoles. Desde entonces, las búsquedas no han dado ningún fruto.
En un edificio de cuatro pisos bautizado Pyne Gould, que se derrumbó como un castillo de naipes, los esfuerzos se centraban ahora en recuperar los cuerpos de las víctimas, indicaron las autoridades. Faltaba encontrar a 14 personas.
El estado de emergencia fue decretado en el país entero, por primera vez en su historia, lo cual permite dirigir todos los recursos nacionales necesarios al esfuerzo de ayuda y de socorro a Christchurch.
Por otra parte, la policía indicó haber reforzado los controles para evitar los pillajes con policías australianos y soldados neozelandeses. Se han registrado una decena de robos en casas abandonadas.
El seíismo paralizó la actividad económica de Christchurch, que representa el 15% de la economía del país, subrayan los economistas. Los daños van a pesar sobre la economía de Nueva Zelanda, ya duramente afectada por la crisis, añaden.
El terremoto se registró el martes a las 12H51 (lunes a las 23H51 GMT) a 5 kilómetros de Christchurch y a solo 4 kilómetros de profundidad. Ocurre seis meses tras otro sismo, también en Christchurch, de magnitud 7, que no dejó ni muertos ni heridos.
Nueva Zelanda, situada en pleno cinturón de fuego, en la frontera de placas tectónicas australianas y del Pacífico, registra hasta 15.000 temblores anuales.
El más mortífero desde que existen las estadísticas en Nueva Zelanda dejó 256 muertos, el 3 de febrero de 1931, en la bahía de Hawke, en la Isla Norte.