Australia se prepara para el mayor ciclón de su historia
Melbourne, El País
Australia está en estado de máxima alerta. Unas 300.000 personas han huido de sus hogares y se han reunido en refugios al noreste de Australia a la espera de la llegada de un ciclón con un frente de 650 kilómetros de ancho y con vientos que podrán alcanzar los 280 kilómetros por hora. Se espera que toque tierra con categoría 5 en la costa de Queensland a las 10 de la noche. Se espera que su fuerza esté a la par con el huracán Katrina, que devastó Nueva Orleans en 2005.
"Nos enfrentamos a una tormenta de proporciones catastróficas", ha declarado Anna Bligh, presidenta del estado de Queensland, después de que el ciclón Yasi fuera elevado a tormenta de categoría cinco. El servicio meteorológico australiano asegura que será el ciclón más fuerte que jamás haya golpeado el país. "Este ciclón se va a ser terrible y, potencialmente, muy, muy dañino ", agregó Bligh. La mayor amenaza podría venir de las mareas a lo largo de la costa debido al golpe del mar cuando la marea esté alta.
Minas, vías férreas y puertos de carbón han cerrado, mientras los funcionarios advierten de que la tormenta podría adentrarse en el interior cientos de kilómetros, alcanzando las zonas rurales y mineras que continúan luchando por recuperarse después de meses de devastadoras inundaciones. Hay pocas tiendas abiertas, las universidades han sido protegidas con sacos de arena y tablones en las ventanas, e incluso los militares se apresuran para sacar de la zona a sus barcos y aviones a tiempo.
Ayer, los militares evacuaron a cerca de 40.000 personas de las zonas bajas costeras. Se espera que los fuertes vientos previstos aumenten unos 5 metros el nivel del agua. En el aeropuerto de Cairns, la gente hace cola desde la madrugada para coger los últimos vuelos antes de que la terminal fuera cerrada.
El ciclón Yasi llega a Australia apenas unas semanas después de las peores inundaciones de la historia del país y que se convirtió en una catástrofe sin precedentes. Los daños económicos ascendieron a más de 3.800 millones de euros. En total, las inundaciones del pasado mes de enero causaron más de 200.000 damnificados.
Australia está en estado de máxima alerta. Unas 300.000 personas han huido de sus hogares y se han reunido en refugios al noreste de Australia a la espera de la llegada de un ciclón con un frente de 650 kilómetros de ancho y con vientos que podrán alcanzar los 280 kilómetros por hora. Se espera que toque tierra con categoría 5 en la costa de Queensland a las 10 de la noche. Se espera que su fuerza esté a la par con el huracán Katrina, que devastó Nueva Orleans en 2005.
"Nos enfrentamos a una tormenta de proporciones catastróficas", ha declarado Anna Bligh, presidenta del estado de Queensland, después de que el ciclón Yasi fuera elevado a tormenta de categoría cinco. El servicio meteorológico australiano asegura que será el ciclón más fuerte que jamás haya golpeado el país. "Este ciclón se va a ser terrible y, potencialmente, muy, muy dañino ", agregó Bligh. La mayor amenaza podría venir de las mareas a lo largo de la costa debido al golpe del mar cuando la marea esté alta.
Minas, vías férreas y puertos de carbón han cerrado, mientras los funcionarios advierten de que la tormenta podría adentrarse en el interior cientos de kilómetros, alcanzando las zonas rurales y mineras que continúan luchando por recuperarse después de meses de devastadoras inundaciones. Hay pocas tiendas abiertas, las universidades han sido protegidas con sacos de arena y tablones en las ventanas, e incluso los militares se apresuran para sacar de la zona a sus barcos y aviones a tiempo.
Ayer, los militares evacuaron a cerca de 40.000 personas de las zonas bajas costeras. Se espera que los fuertes vientos previstos aumenten unos 5 metros el nivel del agua. En el aeropuerto de Cairns, la gente hace cola desde la madrugada para coger los últimos vuelos antes de que la terminal fuera cerrada.
El ciclón Yasi llega a Australia apenas unas semanas después de las peores inundaciones de la historia del país y que se convirtió en una catástrofe sin precedentes. Los daños económicos ascendieron a más de 3.800 millones de euros. En total, las inundaciones del pasado mes de enero causaron más de 200.000 damnificados.