La guerra de Irak sigue persiguiendo a Tony Blair
Redacción, BBC Mundo
El tema principal de la segunda indagatoria se centra en las aparentes discrepancias entre el primer testimonio de Blair, brindado en enero de 2010, y los comentarios posteriores del ex fiscal general británico, Lord Goldsmith.
Goldsmith, la máxima autoridad legal durante el gobierno de Blair, expresó al comité haberse sentido "incómodo" con las declaraciones que había hecho el entonces primer ministro antes del conflicto, las que fueron la base de los argumentos para ir a la guerra.
Según el corresponsal de la BBC que cubre la llamada Indagatoria Chilcot, Peter Hunt, hay varias inquietudes que se le estarán planteando al ex mandatario.
Cuando Tony Blair compareció por primera vez en enero de 2010 dijo no sentirse "arrepentido" de llevar al país a la guerra. También se manifestó convencido de que el mundo era un sitio más seguro tras el derrocamiento de Saddam Hussein.
El asesor del gobierno en temas legales, Lord Goldsmith, afirmó sin embargo posteriormente que él le había dicho a Blair antes de la guerra que la resolución 1441 del Consejo de Seguridad de la ONU no era suficiente para justificar el uso de fuerza contra Irak.
No obstante, Blair luego le dijo al Parlamento que, aunque una segunda resolución de Naciones Unidas sería "preferible", había circunstancias en las que "no sería necesaria" -en caso de que surgiera un "veto poco razonable" de parte de algún miembro del Consejo de Seguridad.
De acuerdo a nueva evidencia publicada por la Indagatoria Chilcot esta semana, Lord Goldsmith se manifestó "incómodo" con esta declaración.
Cartas a Bush
Otro de los temas que se están abordando es el de la correspondencia entre Blair y el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, principal artífice de la guerra.
Aunque el comité investigativo ha leído parte de los textos de esta comunicación y los utilizará como base del interrogatorio a Blair, el contenido fue vetado a los medios de comunicación por el secretario del Gabinete.
En un documento de 26 páginas contestando preguntas escritas de la indagatoria, Tony Blair explicó que le había dado al presidente Bush su fuerte respaldo para que "hiciera lo necesario" para desarmar a Saddam Hussein a pesar de la dudas que existían sobre las bases legales para invadir Irak.
Blair se refiere a los desacuerdos con el entonces fiscal general Glodsmith sobre el ámbito legal, pero expresó que no quería plantearle esas dudas a Bush.
"Al hablarle al presidente Bush el 31 de enero de 2003, no iba a abordar este debate legal que era una cuestión interna del gobierno del Reino Unido", escribió Blair. "Le repetí mi fuerte compromiso, ofrecido en público y en privado, que hiciera lo necesario para desarmar a Saddam".
En sus respuestas, el ex primer ministro también niega que puso a Lord Goldsmith bajo presión para que cambiar su postura.
"Tal presión hubiese sido completamente inútil, él es un abogado británico de pies a cabeza", declaró.
Protestas
En su primera comparecencia Blair se mostró inicialmente nervioso, pero su confianza empezó a crecer a medida que hacía una robusta defensa de sus argumentos.
Varios observadores criticaron al panel de investigadores de ser demasiado indulgentes y de no formular preguntas cruciales.
El comité investigador querrá demostrar que puede realizar un interrogatorio más eficaz esta vez, abordando las inconsistencias del primer testimonio de Blair.
Lo que indudablemente está repitiéndose son las protestas afuera del centro de conferencias por parte de aquellos que continúan sosteniendo que la guerra fue un acto ilegal.
"Finalmente se confirma que la guerra en Irak fue criminal y catastrófica", expresó a la BBC Chris Nineham, del grupo activista Alto a la Guerra.
"Ya no hay más excusas para que Blair escape a la justicia y ciertamente ningún argumento posible para que continúa como enviado de la ONU para la Paz en el Medio Oriente", concluyó.
Aunque es poco probable que Blair cambie la línea de su defensa y la conclusión de la Indagatoria Chilcot no le haga mella, muchos analistas coinciden que el ex primer ministro nunca podrá escapar la sombra de esa polémica guerra y que "Irak" será su epitafio.
El tema principal de la segunda indagatoria se centra en las aparentes discrepancias entre el primer testimonio de Blair, brindado en enero de 2010, y los comentarios posteriores del ex fiscal general británico, Lord Goldsmith.
Goldsmith, la máxima autoridad legal durante el gobierno de Blair, expresó al comité haberse sentido "incómodo" con las declaraciones que había hecho el entonces primer ministro antes del conflicto, las que fueron la base de los argumentos para ir a la guerra.
Según el corresponsal de la BBC que cubre la llamada Indagatoria Chilcot, Peter Hunt, hay varias inquietudes que se le estarán planteando al ex mandatario.
Cuando Tony Blair compareció por primera vez en enero de 2010 dijo no sentirse "arrepentido" de llevar al país a la guerra. También se manifestó convencido de que el mundo era un sitio más seguro tras el derrocamiento de Saddam Hussein.
El asesor del gobierno en temas legales, Lord Goldsmith, afirmó sin embargo posteriormente que él le había dicho a Blair antes de la guerra que la resolución 1441 del Consejo de Seguridad de la ONU no era suficiente para justificar el uso de fuerza contra Irak.
No obstante, Blair luego le dijo al Parlamento que, aunque una segunda resolución de Naciones Unidas sería "preferible", había circunstancias en las que "no sería necesaria" -en caso de que surgiera un "veto poco razonable" de parte de algún miembro del Consejo de Seguridad.
De acuerdo a nueva evidencia publicada por la Indagatoria Chilcot esta semana, Lord Goldsmith se manifestó "incómodo" con esta declaración.
Cartas a Bush
Otro de los temas que se están abordando es el de la correspondencia entre Blair y el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, principal artífice de la guerra.
Aunque el comité investigativo ha leído parte de los textos de esta comunicación y los utilizará como base del interrogatorio a Blair, el contenido fue vetado a los medios de comunicación por el secretario del Gabinete.
En un documento de 26 páginas contestando preguntas escritas de la indagatoria, Tony Blair explicó que le había dado al presidente Bush su fuerte respaldo para que "hiciera lo necesario" para desarmar a Saddam Hussein a pesar de la dudas que existían sobre las bases legales para invadir Irak.
Blair se refiere a los desacuerdos con el entonces fiscal general Glodsmith sobre el ámbito legal, pero expresó que no quería plantearle esas dudas a Bush.
"Al hablarle al presidente Bush el 31 de enero de 2003, no iba a abordar este debate legal que era una cuestión interna del gobierno del Reino Unido", escribió Blair. "Le repetí mi fuerte compromiso, ofrecido en público y en privado, que hiciera lo necesario para desarmar a Saddam".
En sus respuestas, el ex primer ministro también niega que puso a Lord Goldsmith bajo presión para que cambiar su postura.
"Tal presión hubiese sido completamente inútil, él es un abogado británico de pies a cabeza", declaró.
Protestas
En su primera comparecencia Blair se mostró inicialmente nervioso, pero su confianza empezó a crecer a medida que hacía una robusta defensa de sus argumentos.
Varios observadores criticaron al panel de investigadores de ser demasiado indulgentes y de no formular preguntas cruciales.
El comité investigador querrá demostrar que puede realizar un interrogatorio más eficaz esta vez, abordando las inconsistencias del primer testimonio de Blair.
Lo que indudablemente está repitiéndose son las protestas afuera del centro de conferencias por parte de aquellos que continúan sosteniendo que la guerra fue un acto ilegal.
"Finalmente se confirma que la guerra en Irak fue criminal y catastrófica", expresó a la BBC Chris Nineham, del grupo activista Alto a la Guerra.
"Ya no hay más excusas para que Blair escape a la justicia y ciertamente ningún argumento posible para que continúa como enviado de la ONU para la Paz en el Medio Oriente", concluyó.
Aunque es poco probable que Blair cambie la línea de su defensa y la conclusión de la Indagatoria Chilcot no le haga mella, muchos analistas coinciden que el ex primer ministro nunca podrá escapar la sombra de esa polémica guerra y que "Irak" será su epitafio.