El parásito de malaria sufre cuando tiene "jet lag"

BBC Ciencia
El parásito que causa la malaria tiene dificultades para propagar la enfermedad si está con "jet lag", afirma una nueva investigación.

Se provocó jet lag en los mosquitos insertándolos en ratones con ciclos corporales distintos.

Los científicos provocaron en el parásito el malestar que sienten los humanos con los viajes que atraviesan husos horarios, insertándolo en ratones cuyo reloj biológico era diferente de su propio ciclo de 24 horas.

Algunos de los ratones estaban despiertos durante el día y otros estaban activos durante la noche.

Los investigadores descubrieron que los parásitos sólo lograron propagar con un 50% de efectividad una infección en los ratones que tenían una rutina distinta a la del parásito.

El estudio, afirman los investigadores de la Universidad de Edinburgo, ofrece información importante sobre cuándo es más perjudicial el parásito malárico y cuándo es más vulnerable.

Mecanismos inteligentes

Los científicos afirman que el hallazgo también podría ser una herramienta útil en el desarrollo de tratamientos para combatir la enfermedad.

La doctora Sarah Reece, quien dirigió la investigación, señala que "para este estudio, en efecto sometimos a los parásitos a un jet lag".

"Nuestros resultados revelan que el parásito ha desarrollado ciertos mecanismos inteligentes para ser lo más oportuno posible al momento de causar la infección".
"Por primera vez tenemos evidencia de que los organismos cuyo reloj biológico está sincronizado con su medio ambiente tienen una mejor posibilidad de supervivencia".
"Entre más conozcamos sobre la forma como funciona el parásito de la malaria, mejor equipados estaremos para combatir la enfermedad de forma efectiva". agrega.

El reloj corporal interno, o biológico, que poseen la mayoría de los seres vivos, está determinado por los patrones del día y la noche y gobernado por una variedad de funciones como los ciclos de sueño, el hambre, la presión arterial y la fuerza física.

La malaria, que se propaga por la picadura de un mosquito infectado con el parásito, mata a más de un millón de personas cada año, principalmente en África subsahariana y a efecta a millones más en todo el mundo.
El estudio fue financiado por la organización de investigación Wellcome Trust y aparece publicado enla revista de la Sociedad Real, Proceedings B.

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