El movimiento chií Hizbulá rechaza apoyar al primer ministro libanés
Beirut, Agencias
El movimiento chií libanés Hizbulá anunció hoy que no apoyará al primer ministro saliente, Saad Hariri, para que siga en el poder después de la última crisis de gobierno, y volvió a rechazar cualquier intento de vincular a ese grupo con el asesinato, en el 2005, del ex primer ministro Rafic Hariri.
Así lo dejó claro en un mensaje televisado, desde un lugar desconocido, el máximo líder de Hizbulá, jeque Hasan Nasrala, en el primer discurso que hizo público desde la crisis de gobierno que se desató el miércoles pasado.
Saad Hariri, que formó su Gobierno el 9 de noviembre del 2009, después de cinco meses de arduas negociaciones, perdió el miércoles pasado a diez ministros de la oposición y otro designado por el presidente libanés, Michel Suleiman.
La salida de estos ministros está vinculada con las investigaciones de un tribunal internacional que lleva el caso del asesinato de Rafic Hariri, padre del primer ministro saliente.
"La oposición se puso de acuerdo de modo unánime para no nombrar a Saad Hariri y ejercerá sus propias convicciones nacionales, y no se dejará intimidar por las reacciones internacionales tras la dimisión del gabinete", afirmó Nasrala.
El líder de Hizbulá añadió que entre las razones que precipitaron la salida de los ministros de la oposición se encuentran los "falsos testigos (en el caso del asesinato de Rafic Hariri) y la incapacidad del Gobierno para hacer frente a las repercusiones del acta de acusación".
Se espera que en los próximos días entregue su acta de acusación la fiscalía del tribunal especial internacional que investiga el asesinato de Rafic Hariri, con sede en Holanda, pero se descarta que el documento se haga público inmediatamente.
En informaciones previas se ha filtrado la posibilidad de que por este crimen sean acusados militantes de Hizbulá, pero Nasrala hoy volvió a rechazar cualquier vinculación con este magnicidio y censuró a quienes intentan empañar la reputación de su movimiento.
"No permitiremos que atenten contra nuestra reputación y dignidad, y nos responsabilicen de la sangre del ex primer ministro Hariri", afirmó Nasrala en su discurso.
Nasrala dijo que el Gobierno saliente fue fruto de las gestiones de Siria y Arabia Saudí para sacar al Líbano de la crisis política que arrastraba desde las elecciones del 7 de junio del 2009, que fueron ganadas por la coalición encabezada por Saad Hariri.
"Vivimos la experiencia del Gobierno saliente, que era nueva para nosotros", afirmó. "Es obvio que Estados Unidos e Israel hicieron abortar los esfuerzos sirio-saudíes para sacar al Líbano de la crisis", agregó.
Hizbulá no solo rechaza cualquier vinculación con el asesinato de Rafic Hariri, una de las principales figuras políticas de la historia reciente del Líbano, sino que ha presentado indicios que, según cree, apuntan hacia una posible implicación de Israel.
También sostiene que parte de las conclusiones de la fiscalía están basadas en falsos testimonios que han derivado en acusaciones contra Hizbulá o contra el régimen sirio, que apoya al movimiento chií y que surgió como el primer sospechoso del crimen.
"Cualquier gobierno que venga debe asumir sus responsabilidades. No nos callaremos contra uno que proteja los testigos falsos, los fabrique y se caracterice por la corrupción", advirtió el jeque Nasrala.
Mañana, lunes, se espera que Suleiman inicie las consultas con los distintos grupos políticos para designar a un nuevo jefe de Gobierno que cuente con el suficiente respaldo parlamentario, aunque, según la televisión libanesa, es posible que esas deliberaciones se pospongan por varios días.
Además de Hizbulá, el dirigente opositor libanés Michel Aoun, aliado de Hizbulá, anunció hoy que su partido no votará para que Saad Hariri conserve su puesto.
Aoun consideró que su grupo no puede mantener "al mismo patrón en el Ejecutivo", ya que, según él, quienes voten a Hariri "apoyarán la corrupción y los falsos testigos".
El movimiento chií libanés Hizbulá anunció hoy que no apoyará al primer ministro saliente, Saad Hariri, para que siga en el poder después de la última crisis de gobierno, y volvió a rechazar cualquier intento de vincular a ese grupo con el asesinato, en el 2005, del ex primer ministro Rafic Hariri.
Así lo dejó claro en un mensaje televisado, desde un lugar desconocido, el máximo líder de Hizbulá, jeque Hasan Nasrala, en el primer discurso que hizo público desde la crisis de gobierno que se desató el miércoles pasado.
Saad Hariri, que formó su Gobierno el 9 de noviembre del 2009, después de cinco meses de arduas negociaciones, perdió el miércoles pasado a diez ministros de la oposición y otro designado por el presidente libanés, Michel Suleiman.
La salida de estos ministros está vinculada con las investigaciones de un tribunal internacional que lleva el caso del asesinato de Rafic Hariri, padre del primer ministro saliente.
"La oposición se puso de acuerdo de modo unánime para no nombrar a Saad Hariri y ejercerá sus propias convicciones nacionales, y no se dejará intimidar por las reacciones internacionales tras la dimisión del gabinete", afirmó Nasrala.
El líder de Hizbulá añadió que entre las razones que precipitaron la salida de los ministros de la oposición se encuentran los "falsos testigos (en el caso del asesinato de Rafic Hariri) y la incapacidad del Gobierno para hacer frente a las repercusiones del acta de acusación".
Se espera que en los próximos días entregue su acta de acusación la fiscalía del tribunal especial internacional que investiga el asesinato de Rafic Hariri, con sede en Holanda, pero se descarta que el documento se haga público inmediatamente.
En informaciones previas se ha filtrado la posibilidad de que por este crimen sean acusados militantes de Hizbulá, pero Nasrala hoy volvió a rechazar cualquier vinculación con este magnicidio y censuró a quienes intentan empañar la reputación de su movimiento.
"No permitiremos que atenten contra nuestra reputación y dignidad, y nos responsabilicen de la sangre del ex primer ministro Hariri", afirmó Nasrala en su discurso.
Nasrala dijo que el Gobierno saliente fue fruto de las gestiones de Siria y Arabia Saudí para sacar al Líbano de la crisis política que arrastraba desde las elecciones del 7 de junio del 2009, que fueron ganadas por la coalición encabezada por Saad Hariri.
"Vivimos la experiencia del Gobierno saliente, que era nueva para nosotros", afirmó. "Es obvio que Estados Unidos e Israel hicieron abortar los esfuerzos sirio-saudíes para sacar al Líbano de la crisis", agregó.
Hizbulá no solo rechaza cualquier vinculación con el asesinato de Rafic Hariri, una de las principales figuras políticas de la historia reciente del Líbano, sino que ha presentado indicios que, según cree, apuntan hacia una posible implicación de Israel.
También sostiene que parte de las conclusiones de la fiscalía están basadas en falsos testimonios que han derivado en acusaciones contra Hizbulá o contra el régimen sirio, que apoya al movimiento chií y que surgió como el primer sospechoso del crimen.
"Cualquier gobierno que venga debe asumir sus responsabilidades. No nos callaremos contra uno que proteja los testigos falsos, los fabrique y se caracterice por la corrupción", advirtió el jeque Nasrala.
Mañana, lunes, se espera que Suleiman inicie las consultas con los distintos grupos políticos para designar a un nuevo jefe de Gobierno que cuente con el suficiente respaldo parlamentario, aunque, según la televisión libanesa, es posible que esas deliberaciones se pospongan por varios días.
Además de Hizbulá, el dirigente opositor libanés Michel Aoun, aliado de Hizbulá, anunció hoy que su partido no votará para que Saad Hariri conserve su puesto.
Aoun consideró que su grupo no puede mantener "al mismo patrón en el Ejecutivo", ya que, según él, quienes voten a Hariri "apoyarán la corrupción y los falsos testigos".