El hotel sede de Outtara seguirá bloqueado hasta que se retiren los rebeldes que lo custodian
Abiyán, Agencias
El ejército de Costa de Marfil levantará el bloqueo que mantiene sobre el Hotel Golf de Abiyán, sede temporal del gobierno del presidente electo del país, Alassane Outtara, sólo si los milicianos de las Fuerzas Nuevas (FN) que lo custodian se retiran de la ciudad, afirmó hoy el gobierno de Laurent Gbagbo.
"Tan pronto como las FN vuelvan a Bouaké (plaza fuerte del antiguo movimiento rebelde en el centro del país), el bloqueo será levantado, dijo en rueda de prensa en la capital financiera marfileña el ministro de Asuntos Exteriores de Gbagbo, Alcide Djedje.
Según Djedje, antiguo representante permanente de Costa de Marfil ante las Naciones Unidas, "no podemos tolerar que más de 300 efectivos fuertemente armados de la ex rebelión continúen en el hotel, pues constituyen una amenaza para el presidente Gbagbo, cuya residencia se encuentra a cinco minutos de viaje" por mar.
El Hotel Golf, custodiado asimismo por 800 efectivos de la ONU, se encuentra cercado desde el pasado 16 de diciembre por las fuerzas leales a Gbagbo, que se niega a entregar el poder a Ouattara pese a que éste ha sido reconocido por la comunidad internacional como el presidente legítimamente electo en los comicios del 28 de noviembre.
Tras su visita el lunes a Abiyán para tratar de resolver la crisis marfileña, los representantes de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) y la Unión Africana (UA) dijeron que Gbagbo se había comprometido a levantar "inmediatamente" el bloqueo del Hotel Golf.
Sin embargo, Djedje aclaró que Gbagbo sólo había dicho que estaba "dispuesto a estudiar las condiciones para el levantamiento del bloqueo".
Según los mediadores de la CEDEAO y la UA, Gbagbo y Ouattara habrían también acordado reunirse "cara a cara" para resolver la crisis, pero ese extremo fue negado tajantemente por este último que consideró que las "conversaciones están acabadas" y exigió la intervención militar regional para que aquel le entregue el poder.
En caso de que Gbagbo no acceda a abandonar pacíficamente la Presidencia, la CEDEAO mantiene la amenaza de enviar tropas para retirarlo y colocar en su lugar a Ouattara.
En tanto, en Nairobi, el enviado de la UA para la crisis marfileña, el primer ministro keniano Raila Odinga, que viajó a Abiyán el lunes junto con los presidentes de Benin, Cabo Verde y Sierra Leona -los representantes de la CEDEAO- reiteró hoy que Gbagbo había aceptado negociar "sin condiciones".
Odinga también confirmó que la misión africana había ofrecido inmunidad a Gbagbo, que éste no sería entregado a la Corte Penal Internacional (CPI) por sus supuestos abusos de los derechos humanos y que se le permitiría seguir su carrera política en Costa de Marfil o exiliarse y mantener sus negocios en el extranjero.
Sin embargo, Alcide Djedje afirmó que la cuestión de una amnistía para Gbagbo "no fue abordada en ningún momento" durante las conversaciones en Abiyán.
Asimismo, Djedje desestimó el asilo político para Gbabgo propuesto por Estados Unidos y afirmó que "el presidente (marfileño) está bien donde se encuentra y aquí permanecerá".
En estas circunstancias, la tensión se mantiene en Costa de Marfil, que se enfrenta a la posible reanudación de la guerra civil (2002-2007), que dejó el país dividido y controlado en el sur por los militares, leales a Gbagbo, y en el norte por los ex rebeldes de las Fuerzas Nuevas, que no se desarmaron tras el conflicto y ahora respaldan a Ouattara.
El ejército de Costa de Marfil levantará el bloqueo que mantiene sobre el Hotel Golf de Abiyán, sede temporal del gobierno del presidente electo del país, Alassane Outtara, sólo si los milicianos de las Fuerzas Nuevas (FN) que lo custodian se retiran de la ciudad, afirmó hoy el gobierno de Laurent Gbagbo.
"Tan pronto como las FN vuelvan a Bouaké (plaza fuerte del antiguo movimiento rebelde en el centro del país), el bloqueo será levantado, dijo en rueda de prensa en la capital financiera marfileña el ministro de Asuntos Exteriores de Gbagbo, Alcide Djedje.
Según Djedje, antiguo representante permanente de Costa de Marfil ante las Naciones Unidas, "no podemos tolerar que más de 300 efectivos fuertemente armados de la ex rebelión continúen en el hotel, pues constituyen una amenaza para el presidente Gbagbo, cuya residencia se encuentra a cinco minutos de viaje" por mar.
El Hotel Golf, custodiado asimismo por 800 efectivos de la ONU, se encuentra cercado desde el pasado 16 de diciembre por las fuerzas leales a Gbagbo, que se niega a entregar el poder a Ouattara pese a que éste ha sido reconocido por la comunidad internacional como el presidente legítimamente electo en los comicios del 28 de noviembre.
Tras su visita el lunes a Abiyán para tratar de resolver la crisis marfileña, los representantes de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) y la Unión Africana (UA) dijeron que Gbagbo se había comprometido a levantar "inmediatamente" el bloqueo del Hotel Golf.
Sin embargo, Djedje aclaró que Gbagbo sólo había dicho que estaba "dispuesto a estudiar las condiciones para el levantamiento del bloqueo".
Según los mediadores de la CEDEAO y la UA, Gbagbo y Ouattara habrían también acordado reunirse "cara a cara" para resolver la crisis, pero ese extremo fue negado tajantemente por este último que consideró que las "conversaciones están acabadas" y exigió la intervención militar regional para que aquel le entregue el poder.
En caso de que Gbagbo no acceda a abandonar pacíficamente la Presidencia, la CEDEAO mantiene la amenaza de enviar tropas para retirarlo y colocar en su lugar a Ouattara.
En tanto, en Nairobi, el enviado de la UA para la crisis marfileña, el primer ministro keniano Raila Odinga, que viajó a Abiyán el lunes junto con los presidentes de Benin, Cabo Verde y Sierra Leona -los representantes de la CEDEAO- reiteró hoy que Gbagbo había aceptado negociar "sin condiciones".
Odinga también confirmó que la misión africana había ofrecido inmunidad a Gbagbo, que éste no sería entregado a la Corte Penal Internacional (CPI) por sus supuestos abusos de los derechos humanos y que se le permitiría seguir su carrera política en Costa de Marfil o exiliarse y mantener sus negocios en el extranjero.
Sin embargo, Alcide Djedje afirmó que la cuestión de una amnistía para Gbagbo "no fue abordada en ningún momento" durante las conversaciones en Abiyán.
Asimismo, Djedje desestimó el asilo político para Gbabgo propuesto por Estados Unidos y afirmó que "el presidente (marfileño) está bien donde se encuentra y aquí permanecerá".
En estas circunstancias, la tensión se mantiene en Costa de Marfil, que se enfrenta a la posible reanudación de la guerra civil (2002-2007), que dejó el país dividido y controlado en el sur por los militares, leales a Gbagbo, y en el norte por los ex rebeldes de las Fuerzas Nuevas, que no se desarmaron tras el conflicto y ahora respaldan a Ouattara.