El acusado de la matanza de Tucson se declara no culpable
Tucson, El País
Jared Lee Loughner, el acusado de perpetrar el tiroteo del 8 de enero que acabó con la vida de seis personas en la localidad estadounidense de Tucson (Arizona), se ha declarado "no culpable" de los cargos de intento de asesinato de la congresista Gabrielle Giffords y de dos de sus asistentes. Esposado de manos y pies y con una sonrisa en la cara, el imputado permaneció en silencio durante la audiencia mientras su abogada, Judy Clarke, leía ayer el alegato ante un tribunal federal de Phoenix.
La declaración se refería a tres de los cinco cargos federales a los que Loughner se enfrenta por el momento: uno por intento de asesinato de un miembro del Congreso y dos por intento de asesinato de empleados de Estados Unidos. Además, al joven se le imputan dos cargos de asesinato de empleados federales, el juez de distrito John Roll y el asesor de la congresista Gabriel Zimmerman. Junto a ellos, murieron otras cuatro personas, entre ellos la la pequeña de nueve años Christina Green, y 14 resultaron heridas.
La acusación subraya que los cargos federales son "solo el principio" y que Lougner se enfrentará además a varios cargos estatales por los asesinatos y ataques a personas que no trabajaban para el Gobierno. Además, la investigación acumula varias muestras de su obsesión con Giffords, incluida una carta en la que la propia congresista le agradecía su asistencia a un acto y que él había llenado de insultos escritos a bolígrafo. Giffords, herida en la cabeza en el tiroteo, fue trasladada el viernes del hospital en el que se recuperaba en Tucson a un centro de rehabilitación en Houston (Texas), donde se espera que permanezca varios meses.
Tras la primera comparecencia de Loughner ante un juez, dos días después del tiroteo, la fiscal de Pima -condado al que pertenece Tucson-, Barbara LaWall, pidió que se le aplicara la pena de muerte.
Loughner, de 22 años, permanece recluido sin posibilidad de fianza en la Institución Correccional de Phoenix, ubicada a 225 kilómetros al norte de Tucson, aunque su abogada pidió ayer que se le traslade de nuevo a esa localidad.
Jared Lee Loughner, el acusado de perpetrar el tiroteo del 8 de enero que acabó con la vida de seis personas en la localidad estadounidense de Tucson (Arizona), se ha declarado "no culpable" de los cargos de intento de asesinato de la congresista Gabrielle Giffords y de dos de sus asistentes. Esposado de manos y pies y con una sonrisa en la cara, el imputado permaneció en silencio durante la audiencia mientras su abogada, Judy Clarke, leía ayer el alegato ante un tribunal federal de Phoenix.
La declaración se refería a tres de los cinco cargos federales a los que Loughner se enfrenta por el momento: uno por intento de asesinato de un miembro del Congreso y dos por intento de asesinato de empleados de Estados Unidos. Además, al joven se le imputan dos cargos de asesinato de empleados federales, el juez de distrito John Roll y el asesor de la congresista Gabriel Zimmerman. Junto a ellos, murieron otras cuatro personas, entre ellos la la pequeña de nueve años Christina Green, y 14 resultaron heridas.
La acusación subraya que los cargos federales son "solo el principio" y que Lougner se enfrentará además a varios cargos estatales por los asesinatos y ataques a personas que no trabajaban para el Gobierno. Además, la investigación acumula varias muestras de su obsesión con Giffords, incluida una carta en la que la propia congresista le agradecía su asistencia a un acto y que él había llenado de insultos escritos a bolígrafo. Giffords, herida en la cabeza en el tiroteo, fue trasladada el viernes del hospital en el que se recuperaba en Tucson a un centro de rehabilitación en Houston (Texas), donde se espera que permanezca varios meses.
Tras la primera comparecencia de Loughner ante un juez, dos días después del tiroteo, la fiscal de Pima -condado al que pertenece Tucson-, Barbara LaWall, pidió que se le aplicara la pena de muerte.
Loughner, de 22 años, permanece recluido sin posibilidad de fianza en la Institución Correccional de Phoenix, ubicada a 225 kilómetros al norte de Tucson, aunque su abogada pidió ayer que se le traslade de nuevo a esa localidad.