Biden alerta a Pakistán de que la insurgencia está erosionando su soberanía
Islamabad, Agencias
El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, de visita en Islamabad, advirtió hoy a Pakistán de que la insurgencia está violando su soberanía, tan sólo unas horas antes de que un ataque suicida contra la Policía matara a 22 personas cerca de la convulsa frontera con Afganistán.
Biden, que llegó procedente de Kabul, garantizó el compromiso "a largo plazo" de EEUU con Pakistán pero lanzó varios mensajes dirigidos a contrarrestar las "ideas falsas" que a su juicio dominan el discurso público paquistaní.
En su comparecencia ante la prensa tras reunirse con el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, el vicepresidente condenó la muerte del gobernador de Punyab, Salman Tasir, "asesinado simplemente porque era una voz a favor de la tolerancia y el entendimiento".
"Las sociedades que toleran acciones así acaban siendo consumidas por esas mismas acciones", alertó.
Tasir, del gobernante Partido Popular (PPP), fue asesinado el 4 de enero por su guardaespaldas, que confesó estar motivado por su oposición a las leyes antiblasfemia y luego recibió una lluvia de pétalos por parte de abogados a su entrada a una corte.
Desde entonces, las manifestaciones a favor de estas leyes y las justificaciones o posturas tibias de fuerzas políticas y organizaciones en la órbita islamista han alimentado el debate sobre la penetración de la ideología del Islam en la sociedad.
Biden intentó combatir los prejuicios que, en su opinión, están instalados no en el Gobierno sino en una parte de la sociedad paquistaní y en sus medios de comunicación, como que Estados Unidos esté en contra del Islam, algo que negó tajantemente.
El vicepresidente rechazó también que Estados Unidos esté "imponiendo una guerra" a Pakistán en el marco de su lucha global contra la red terrorista Al Qaeda.
"El extremismo violento también es una amenaza para Pakistán", argumentó.
Frente a las acusaciones de que EEUU está violando la soberanía paquistaní -fundamentadas en los frecuentes ataques de aviones espía norteamericanos en las regiones tribales-, Biden sostuvo que es la insurgencia la que "ha encontrado refugio" en Pakistán y amenaza su integridad territorial.
"Nuestro objetivo es trabajar con sus líderes para restaurar y fortalecer la soberanía de Pakistán en aquellas áreas de su país donde los extremistas la han violado", resumió Biden.
El vicepresidente insistió en que EEUU mantendrá su compromiso con el país surasiático a través de la ayuda económica de 7.500 millones de dólares aprobada por el Congreso para los próximos cinco años, al margen de los fondos de varios cientos de millones de dólares para intentar paliar la crisis de las inundaciones.
También apostó por un Pakistán "democrático" que busque la paz con sus vecinos, en particular con la India.
Junto a Biden compareció Guilani, quien explicó que ambas partes departieron de forma "fructífera" sobre el proceso de paz afgano, aunque el vicepresidente norteamericano no dio detalles sobre ello.
Biden mantuvo también un encuentro con el presidente, Asif Alí Zardari, quien le comunicó que Pakistán necesita "el apoyo y la comprensión" de la comunidad internacional en su esfuerzo antiterrorista, para el que pidió la transferencia de tecnologías como los aviones no tripulados, según la agencia estatal APP.
Tras sus encuentros con la cúpula civil, Biden partió de la casa del jefe de Gobierno para completar su ronda de contactos con el jefe del Ejército, Ashfaq Pervez Kiyani.
Horas después de su intervención pública, al menos 22 personas murieron y 35 resultaron heridas en un ataque suicida contra una comisaría del distrito noroccidental de Bannu, según informó a Efe una fuente policial.
Un suicida empotró un vehículo cargado de explosivos contra una comisaría en la localidad de Mirian y la explosión afectó también a una mezquita adjunta, donde fuerzas de seguridad y civiles se habían congregado para la oración vespertina.
Bannu ha sufrido varios episodios de violencia debido a su ubicación estratégica, ya que limita al oeste con la región tribal de Waziristán del Norte, feudo de facciones talibanes afganas y paquistaníes y de redes yihadistas.
Aunque durante su visita Biden no se refirió explícitamente a Waziristán ante la prensa, Estados Unidos presiona a Pakistán desde hace meses para que lance una operación militar en esta región, algo que considera clave para el desempeño de sus tropas en la guerra afgana.
El Ejército paquistaní por el momento es renuente y recuerda que tiene otros frentes abiertos en las áreas tribales.
El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, de visita en Islamabad, advirtió hoy a Pakistán de que la insurgencia está violando su soberanía, tan sólo unas horas antes de que un ataque suicida contra la Policía matara a 22 personas cerca de la convulsa frontera con Afganistán.
Biden, que llegó procedente de Kabul, garantizó el compromiso "a largo plazo" de EEUU con Pakistán pero lanzó varios mensajes dirigidos a contrarrestar las "ideas falsas" que a su juicio dominan el discurso público paquistaní.
En su comparecencia ante la prensa tras reunirse con el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, el vicepresidente condenó la muerte del gobernador de Punyab, Salman Tasir, "asesinado simplemente porque era una voz a favor de la tolerancia y el entendimiento".
"Las sociedades que toleran acciones así acaban siendo consumidas por esas mismas acciones", alertó.
Tasir, del gobernante Partido Popular (PPP), fue asesinado el 4 de enero por su guardaespaldas, que confesó estar motivado por su oposición a las leyes antiblasfemia y luego recibió una lluvia de pétalos por parte de abogados a su entrada a una corte.
Desde entonces, las manifestaciones a favor de estas leyes y las justificaciones o posturas tibias de fuerzas políticas y organizaciones en la órbita islamista han alimentado el debate sobre la penetración de la ideología del Islam en la sociedad.
Biden intentó combatir los prejuicios que, en su opinión, están instalados no en el Gobierno sino en una parte de la sociedad paquistaní y en sus medios de comunicación, como que Estados Unidos esté en contra del Islam, algo que negó tajantemente.
El vicepresidente rechazó también que Estados Unidos esté "imponiendo una guerra" a Pakistán en el marco de su lucha global contra la red terrorista Al Qaeda.
"El extremismo violento también es una amenaza para Pakistán", argumentó.
Frente a las acusaciones de que EEUU está violando la soberanía paquistaní -fundamentadas en los frecuentes ataques de aviones espía norteamericanos en las regiones tribales-, Biden sostuvo que es la insurgencia la que "ha encontrado refugio" en Pakistán y amenaza su integridad territorial.
"Nuestro objetivo es trabajar con sus líderes para restaurar y fortalecer la soberanía de Pakistán en aquellas áreas de su país donde los extremistas la han violado", resumió Biden.
El vicepresidente insistió en que EEUU mantendrá su compromiso con el país surasiático a través de la ayuda económica de 7.500 millones de dólares aprobada por el Congreso para los próximos cinco años, al margen de los fondos de varios cientos de millones de dólares para intentar paliar la crisis de las inundaciones.
También apostó por un Pakistán "democrático" que busque la paz con sus vecinos, en particular con la India.
Junto a Biden compareció Guilani, quien explicó que ambas partes departieron de forma "fructífera" sobre el proceso de paz afgano, aunque el vicepresidente norteamericano no dio detalles sobre ello.
Biden mantuvo también un encuentro con el presidente, Asif Alí Zardari, quien le comunicó que Pakistán necesita "el apoyo y la comprensión" de la comunidad internacional en su esfuerzo antiterrorista, para el que pidió la transferencia de tecnologías como los aviones no tripulados, según la agencia estatal APP.
Tras sus encuentros con la cúpula civil, Biden partió de la casa del jefe de Gobierno para completar su ronda de contactos con el jefe del Ejército, Ashfaq Pervez Kiyani.
Horas después de su intervención pública, al menos 22 personas murieron y 35 resultaron heridas en un ataque suicida contra una comisaría del distrito noroccidental de Bannu, según informó a Efe una fuente policial.
Un suicida empotró un vehículo cargado de explosivos contra una comisaría en la localidad de Mirian y la explosión afectó también a una mezquita adjunta, donde fuerzas de seguridad y civiles se habían congregado para la oración vespertina.
Bannu ha sufrido varios episodios de violencia debido a su ubicación estratégica, ya que limita al oeste con la región tribal de Waziristán del Norte, feudo de facciones talibanes afganas y paquistaníes y de redes yihadistas.
Aunque durante su visita Biden no se refirió explícitamente a Waziristán ante la prensa, Estados Unidos presiona a Pakistán desde hace meses para que lance una operación militar en esta región, algo que considera clave para el desempeño de sus tropas en la guerra afgana.
El Ejército paquistaní por el momento es renuente y recuerda que tiene otros frentes abiertos en las áreas tribales.