Afganistán lanza operación antitalibán "Esperanza" en el sur y este del país
Kabul, Agencias
El Gobierno de Afganistán anunció hoy que el Ejército nacional lanzará durante 2011 una nueva operación contra la insurgencia con énfasis en algunas zonas del este y el sur del país, en colaboración con las fuerzas extranjeras y otros cuerpos de seguridad afganos.
El portavoz del Ministerio de Defensa, Zaher Azimi, explicó en una rueda de prensa en Kabul que la ofensiva, bautizada como "Omid" ("Esperanza", en dari), se prolongará durante 18 meses y se centrará en el cinturón suroriental, donde predomina la etnia pastún, la propia de los talibanes, según recogió el canal televisivo Tolo.
"La guerra se intensificará este año porque es un año importante para nosotros. En primer lugar, este año marca el inicio del proceso de traspaso de la seguridad a las autoridades afganas; en segundo lugar, se producirá un aumento de nuestras capacidades y potencial", aseveró Azimi.
Consultado por Efe, el portavoz de Defensa precisó que la operación tiene como objetivo garantizar la seguridad de cara a mejorar el gobierno del país e impulsar la reconstrucción, aunque observó que es una máxima "causar el mínimo posible de víctimas civiles".
Según Azimi, los actuales problemas de inseguridad en el país se deben a la falta de tropas en algunas zonas conflictivas.
"Teniendo en cuenta la situación en Afganistán, se necesitan 20 agentes por cada 1.000 personas para garantizar la seguridad", consideró.
En el país hay desplegados unos 149.000 militares afganos y unos 150.000 soldados extranjeros.
A lo largo de 2010, murieron en actos de violencia en Afganistán más de 5.000 insurgentes, 2.000 civiles, casi 1.300 policías y 711 soldados de las tropas internacionales, según diferentes fuentes, que no pudieron confirmar el número de militares afganos fallecidos.
En febrero del año pasado, las fuerzas extranjeras y afganas lanzaron una gran ofensiva contra los feudos de la insurgencia talibán en la provincia sureña de Helmand, y en septiembre hicieron lo propio en la capital de la vecina Kandahar con la operación "Golpe de Dragón".
Debido a las operaciones en sus bastiones tradicionales en el sur, algunos insurgentes se desplazaron el pasado año a zonas del norte, que hasta entonces se presumían más seguras pero en las que se ha registrado un aumento de la violencia.
Las fuerzas internacionales, con EEUU a la cabeza, comenzarán en julio de 2011 a retirar gradualmente a sus soldados y a traspasar la competencia de la seguridad a la Policía y Ejército afganos, que, según los objetivos, deberán asumir completamente esta responsabilidad en 2014.
El Gobierno de Afganistán anunció hoy que el Ejército nacional lanzará durante 2011 una nueva operación contra la insurgencia con énfasis en algunas zonas del este y el sur del país, en colaboración con las fuerzas extranjeras y otros cuerpos de seguridad afganos.
El portavoz del Ministerio de Defensa, Zaher Azimi, explicó en una rueda de prensa en Kabul que la ofensiva, bautizada como "Omid" ("Esperanza", en dari), se prolongará durante 18 meses y se centrará en el cinturón suroriental, donde predomina la etnia pastún, la propia de los talibanes, según recogió el canal televisivo Tolo.
"La guerra se intensificará este año porque es un año importante para nosotros. En primer lugar, este año marca el inicio del proceso de traspaso de la seguridad a las autoridades afganas; en segundo lugar, se producirá un aumento de nuestras capacidades y potencial", aseveró Azimi.
Consultado por Efe, el portavoz de Defensa precisó que la operación tiene como objetivo garantizar la seguridad de cara a mejorar el gobierno del país e impulsar la reconstrucción, aunque observó que es una máxima "causar el mínimo posible de víctimas civiles".
Según Azimi, los actuales problemas de inseguridad en el país se deben a la falta de tropas en algunas zonas conflictivas.
"Teniendo en cuenta la situación en Afganistán, se necesitan 20 agentes por cada 1.000 personas para garantizar la seguridad", consideró.
En el país hay desplegados unos 149.000 militares afganos y unos 150.000 soldados extranjeros.
A lo largo de 2010, murieron en actos de violencia en Afganistán más de 5.000 insurgentes, 2.000 civiles, casi 1.300 policías y 711 soldados de las tropas internacionales, según diferentes fuentes, que no pudieron confirmar el número de militares afganos fallecidos.
En febrero del año pasado, las fuerzas extranjeras y afganas lanzaron una gran ofensiva contra los feudos de la insurgencia talibán en la provincia sureña de Helmand, y en septiembre hicieron lo propio en la capital de la vecina Kandahar con la operación "Golpe de Dragón".
Debido a las operaciones en sus bastiones tradicionales en el sur, algunos insurgentes se desplazaron el pasado año a zonas del norte, que hasta entonces se presumían más seguras pero en las que se ha registrado un aumento de la violencia.
Las fuerzas internacionales, con EEUU a la cabeza, comenzarán en julio de 2011 a retirar gradualmente a sus soldados y a traspasar la competencia de la seguridad a la Policía y Ejército afganos, que, según los objetivos, deberán asumir completamente esta responsabilidad en 2014.